C a p í t u l o 3

129 6 1
                                    

S I L V I A

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

S I L V I A

Después de desnudarme hasta la ropa interior más minúscula que conocí, Agnes me dio la aprobación que necesitaba. Después, fui al médico que me indicaron y me hice la prueba de ETS. Tumbada en la camilla, con una joven doctora entre mis piernas, me pregunté si sabía que estaba allí porque necesitaba estar limpia para mis actuaciones. Me pregunté si le importaba o si juzgaba el trabajo que iba a hacer. En cualquier caso, no me lo dijo y salí de la consulta, y me llamaron unos días más tarde para decirme que todo estaba limpio. No es ninguna sorpresa, ya que siempre practiqué el sexo seguro.

Después de saber que estaba bien, me dirigí a la oficina del tesorero, armada con un nuevo plan y una súplica para pasar el semestre. Decir que tuve suerte fue un eufemismo. El hombre que me escuchó y me vio casi romper a llorar me ayudó enormemente.

Establecimos un plan de pagos para poder pagar el semestre antes de las vacaciones de primavera, y también me encontró un lugar en otro programa de estudio de trabajo en el departamento de física. Parecía una solución fácil, puesto que ya estaba en el edificio para mi estudio de trabajo en biología.

Por primera vez en un par de semanas, sentí que podía respirar, como si me hubieran quitado un peso del pecho. El semestre iba a ser duro, pero no me asustaba el trabajo duro. Mi determinación me haría seguir adelante. Y el próximo año, tendría más cuidado. Sería más fácil. Sólo tenía que concentrarme en estos próximos meses.

Sin embargo, seguía buscando otros trabajos, con la esperanza de encontrar algo menos... menos que Voyeur.

Menos que los zapatos negros y el vestido de Santa Claus que llevaba actualmente. Mis pechos se alzaron para mostrarse perfectamente.

-Navarro. -Daniel me llamó por mi nombre mientras entraba con un tipo alto y sin camiseta. Decir que era atractivo era un eufemismo. Parecía un James Dean moderno y me quedé boquiabierta al ver su pecho desnudo y sus ajustados vaqueros negros.

-Mis ojos están aquí arriba -bromeó.

-Sé amable, Jackson. -Daniel hizo una advertencia antes de hablarme-. Este es tu nuevo compañero, Jackson.

Extendió su gran mano y yo puse la mía en la suya, viendo cómo se perdía entre sus largos dedos.

-Hola, soy Silvia.

-Hola, Silvia. No puedo esperar a besarme contigo.

-Deja de asustarla, Jackson. -Daniel miró a Jackson antes de volverse hacia mí-. Aquí mantenemos la profesionalidad. Sí, probablemente habrá actos sexuales entre ustedes dos, pero piensa que es un trabajo de interpretación. Habrá una especie de periodo de prueba con ustedes dos para asegurarnos que hay química, y si no funciona, pueden probar con otro compañero. Así que, no dejes que Jackson te asuste. Es uno de los más agradables que conozco. -Volvió a centrar su atención en Jackson-. No te metas en una demanda por acoso. No me gustaría perderte.

ObservadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora