DÍA 1: "El comienzo del viaje"
"MAYA"En mi patético intento de buscar aquello que sabía que no encontraría porque había estado rebuscando durante largo rato sin variar el resultado, oí una risa a mi espalda.
—¿En serio te llamas Maya Honey?
Me volví dispuesta a decirle cuatro cosas a la persona que se estaba burlando descaradamente de mí. Sin ponerme a preguntarme por qué una persona, en Italia, sabría mi nombre. No estaba para pensar, estaba alterada.
—¿Tienes algún problema con ello? —pero cuál fue mi sorpresa al encontrarme de frente al chico que horas antes había encontrado mi cartera, me quedé presa de la sorpresa a la vez que murmuraba—: Tú.
—Sí, soy yo —respondió sin borrar la sonrisa divertida que tenía—. Tu salvador de objetos perdidos personal, al parecer —me fijé en lo que tenía en las manos—, aquí tienes, Maya Honey.
Le quité rápidamente mi identificación de las manos, con el ceño fruncido: —Sí, gracias.
Miré al camarero, que observaba atentamente, con los brazos cruzados. Le tendí la tarjeta y la examinó, para finalmente sonreírme antes de devolvérmela.
—Sí identificazione, sí cerveza —dijo como si nada, y me empezó a poner otra nueva, ya que la que me había puesto en un principio, no era más que un montón de líquido amarillo caliente que no tenía mejor pinta que una jarra de pis.
Le cogí el maldito trozo de plástico que me tendía para guardarlo en la cartera y por fin cogí la cerveza, levantándola a modo de irónico brindis mientras le dedicaba una sonrisa a boca cerrada. Malditos italianos.
Fui a sentarme en una mesa, mientras comenzaba a buscar por internet algún lugar para pasar la noche que no fuera un atraco a mano armada a mi cuenta bancaria.
Concentrada en la búsqueda que no me estaba dando muchos frutos, noté cómo alguien arrastraba la silla vacía que había junto a mí y procedía a sentarse. Levanté la mirada y vi al chico que despreocupadamente se llevaba su cerveza a la boca. Me quedé mirándolo con lo que probablemente sería una cara de "¿qué se supone que estás haciendo?".
—Hay que ver cómo entra una bien fresquita con este calor —siguió bebiendo como si nada.
—No quiero ser maleducada, pero ¿qué haces?
—Tomarme la cerveza, ¿y tú? ¿Todo bien aparte de no parar de perder cosas? —lo dijo sonriendo, sabía que no era a malas, pero por algún motivo, me molestó que se tomara esas confianzas conmigo.
—Me refiero que por qué te sientas conmigo —traté de no sonar demasiado borde, la verdad es que no creo que lo consiguiera, por lo que intenté enmendarlo— Quiero decir, te agradezco mucho que me hayas ayudado. Dos veces. Pero no estoy interesada en...
—¿Qué? —estalló en una carcajada— No estoy tratando de ligar contigo, Maya Honey. Estoy haciendo tiempo hasta que sea la hora en la que pueda ir al aeropuerto a solucionar un problema con mi billete, ya que el vuelo que tenía, lo he perdido.
Me quedé mirándolo, recordando la fugaz conversación que tuvimos al devolverme la cartera; me dijo algo de que iba con prisa porque su vuelo salía enseguida. No lo habrá perdido por haberme ayudado, ¿no? De pronto, sentí cómo la culpa me avasallaba.
—¿Lo perdiste por mi culpa?
—Efectivamente, lo perdí por ayudar a una chica a que no perdiera la cabeza cuando se enterara que algún italianito espabilado se estaba gastando su dinero —lo dijo con una sonrisa, pero no pude evitar bajar la mirada—. Eh, no te preocupes, mira el lado bueno, te he ayudado también a recuperar tu DNI, ¿no? Además, así alargo unas horas más mi viaje.
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15 DÍAS PARA CONOCER(TE)ME #PGP2024
Teen Fiction15 días. Ese es el tiempo del que disponía Maya para decidir si arriesgarse por su sueño o seguir el camino que los demás esperan de ella. Con una mochila al hombro y un mar de dudas, se embarca en un viaje a un país extranjero, enfrentándose a sus...