DÍA 2: "Un adiós con sabor a nueva historia"
"CAM"Probablemente, lo que menos esperaba encontrarme esa mañana al volver a aquella casa, era a Maya saliendo en estampida de una ducha con un paraguas en la mano. Pero ahí estaba, de rodillas en el suelo, con cara de haber visto un fantasma y tratando de recuperar el aliento.
Me agaché a recoger el paraguas, todavía sin comprender muy bien lo que estaba pasando.
—Yo... Tú... —balbuceó, intentando formar una frase con sentido, aún pálida.
—¿Sí?
—¡¿Qué demonios estás haciendo aquí?!
Solté una carcajada ante su reacción.
—Sí, Maya Honey, yo también me alegro de verte.
—¿Pero tú no te ibas a tu casa? No me digas que has vuelto a perder el avión, porque eso sería... —se cortó en seco cuando trató de levantarse, poniendo una mueca de dolor.
Me fijé en su rodilla, que se estaba empezando a amoratar y de la cual salía sangre, a causa de la herida que llevaba y que al parecer se había vuelto a abrir.
Corrí a ayudarla a sentarse en el váter, inspeccionando la rodilla más de cerca. Le cogí la pierna con cuidado y traté de flexionarla, para descartar que se hubiera hecho algo más grave al aterrizar, por segunda vez, en el suelo.
Soltó un quejido.
—¿Te he hecho daño? ¿Crees que puede haber algo roto?
—No... sí... —vi cómo ella misma movía la pierna un poco, con gesto adolorido—. No creo que tenga nada roto, me duele, pero es únicamente por el golpe. Nada grave.
—Bien, pero no tiene muy buena pinta que digamos —ambos bajamos la vista a la herida que seguía supurando sangre. Se estaba poniendo de unos colores nada agradables—. Creo que lo mejor es que desinfectemos esto, antes de que haya que amputar o algo así. Por aquí debe de haber algún botiquín...
Comencé a abrir cajones y armarios, tratando de dar con lo que buscaba.
Ella se mantuvo callada, pero notaba su mirada, siguiendo cada movimiento que hacía, probablemente estaba esperando a que respondiera a la pregunta que me había hecho. Por fin encontré un botiquín con todo lo necesario para curarla.
Me arrodillé frente a ella y comencé a sacar lo que iba a utilizar.
—No, no he perdido el avión —levantó la mirada, clavándola directamente en mí, esperando a que continuara—, simplemente no me he montado.
Sus ojos se abrieron con sorpresa.
—¿Cómo?
—Esto te va a escocer un poco —dije mientras con ayuda de un algodón, le echaba alcohol para limpiar la herida.
—¡Dios! ¡Es como si un volcán hubiera entrado en erupción en mi rodilla!
Solté una carcajada desde lo más hondo de mi ser, sin poderlo evitar. No me esperaba para nada esa comparación.
—Mira que eres quejica, ya te lo dije ayer.
—¿Quejica? —me miró mal— ¿Quieres que te raje la pierna y le eche alcohol? Y ya me dices si no es como si mil agujas recién salidas del caldero del infierno estuvieran penetrando en tu piel.
—¿Pero no era la lava de un volcán?
—¡Yo qué sé, duele mucho! Es como que el grado de dolor va aumentando a raíz que pasa el tiempo y necesito encontrar algo que defina cómo me siento.
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15 DÍAS PARA CONOCER(TE)ME #PGP2024
Novela Juvenil15 días. Ese es el tiempo del que disponía Maya para decidir si arriesgarse por su sueño o seguir el camino que los demás esperan de ella. Con una mochila al hombro y un mar de dudas, se embarca en un viaje a un país extranjero, enfrentándose a sus...