¿Podrías perdonarme?

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Había sido invitada a una fiesta por el estreno de una película.
Y su vestido llevaba muchas flores encima junto con mucha tela trasparente, dejaba ver lo necesario y cubría lo indispensable: solo sus pecho y su entrepierna.

Estaba divirtiéndose mucho, Mikasa Ackerman recibió la invitación ya que comenzaba a ser bastante popular y no solo por ser una actriz nueva de televisión, en realidad, nadie notaba mucho esto, si no, su marca de maquillaje, ya que sus videos promocionales eran muy llamativos junto con sus tweets. Y aunque no le gustara la catalogaban como "influencer".
Ella odiaba ese término porque no se supone que lo era, Mikasa era una joven empresaria que tuvo mucha suerte de que un video suyo se hiciera tan viral que aprovechara la oportunidad para unirse con una compañía y fabricar una excelente marca de maquillaje.

Aunque eso no fue suficiente, necesitaba ser más reconocida así que se las ingenio para conseguir un papel en una serie de una plataforma. Una pésima, pero al menos tiene audiencia.
Su marca aún estaba elevándose, pero pronto sería de las más conocidas y populares, Mikasa estaba muy segura.

—Hay un tipo que no ha dejado de verte —le dijo su amiga Annie, ella también es actriz, se conocieron por casualidad en un evento de una marca de perfume.

—No es por nada, pero este vestido ha sido el causante de eso.

—No es el vestido querida, eres tú.

Mikasa se sonrojó pero sabía que eso era verdad. No quería sentirse vanidosa pero ella estaba en el negocio ahora y tenía que mantener un buen cuerpo y sabía que lo tenía.

Ambas se encontraban en el tocador fuera del baño. Realmente era una cosa muy grande y elegante que se podía ver desde el centro del lugar de la fiesta. Mikasa estaba retocando su labial, el cual era de su marca, no podía desaprovechar la oportunidad de autopromoción.

—Es ese tipo, el que tiene una banda o espera ¿o es solista?

Mikasa rodó los ojos divertida.

—Lo estoy confundiendo, si es solista —continuó Annie—. Es Eren Jaeger.

La azabache dejó de pintarse los labios y algo decepcionada y malhumorada dijo:

—Meh, puede regresar su vista a otro lugar.

—¿Qué problema tienes con él? —quiso saber Annie, ahora estaba interesada en el tema—. Él es el que escribe canciones románticas ¿no? Lo han considerado todo un experto en letras de amor.

—Creí que no lo conocías.

—No recordaba quien era.

—Como sea, conozco su música -dijo Mikasa—. Hace como un año fui a una fiesta, él estaba ahí y cuando me vio cerca tiro un comentario sobre lo ridículo que es como algunos se hacen famosos tan rápido y esa estupidez de ser influencer. Que cada vez la gente hace famosa a cada tipejo.

—¿Dijo tipejo?

—Dijo algo similar, no recuerdo —Mikasa guardó su labial en su pequeña bolsa dorada—. El caso es que su comentario fue hacia a mi y después dijo cosas sobre cómo los que si tienen talento no son reconocidos, que idiota.

—Bueno, quizás si te lo dijo a ti y efectivamente es un idiota porque tú supiste aprovechar tu oportunidad.

—Lo sé.

—Entonces no le des importancia.

—No lo hago —admitió Mikasa—. Solo te lo comenté porque dijiste que estaba mirándome, es hombre y por más que cante canciones de amor sobre cómo hacer sentir a una chica especial o lo que él siente cada que la ve, sigue pensando con otra cosa y ahora me ve porque estoy usando este vestido y ha pensado alguna cosa sobre cómo llevarme a la cama.

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