Red Velvet

La mujer en la ciudad

Semana Eremika en Español💘
Día 5: Vampiros AU

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La conoció desde que era un niño.

Y uno muy pequeño.

La vio por primera vez cuando visitaba a su abuela, él se había perdido y creyó que era su fin. Tenía seis años. Se hacía de noche y no sabía qué hacer, más que llorar, quizás fue por eso que ella se apiadó de él.

Se hizo presente una mujer alta, delgada, de ojos grises y cabello negro, largo. La comparo con la noche, su piel blanca que hacía un buen contraste. Eren sorbió por la nariz, toda su cara estaba llena de mocos y sabía que sus lágrimas no eran capaz de limpiarlo. Esta mujer lo tomó de la barbilla, sonrió y le secó un par de ellas.

—¿Te has perdido?

Él asintió.

—Es una lástima...

No terminó la frase, tal vez en su mente lo hizo. Ella le ofreció una mano y Eren la tomó dudando ¿pero que más podía hacer?

—Te llevaré a casa —le aseguro ella.

Igual pudo haberlo raptado pero no, en serio lo llevó a casa.
Estaban afuera, él ya había dejado de llorar. Le dió las gracias y ella le hizo prometer que no se alejaría de sus padres de nuevo. Después se marchó.

La alegría volvió a su hogar cuando él entró. No volvió a saber de la mujer hasta tres años después.

De nuevo en casa de su abuela.

Fue por una leyenda sobre una mujer hermosa que aparecía por las noches. Su mirada grisácea hipnotizaba a cualquiera, su cabello oscuro y su cuerpo cautivaba a todos para después llevarte a la muerte.

Una mujer vampiro.

Dejaba marcas en sus víctimas. Todo apuntaba a un ser de esos.
La descripción encajaba con aquella mujer que lo ayudó cuando era más pequeño. Podría haber olvidado varías cosas pero no el como era.

No la volvió a ver físicamente hasta que cumplió trece años. Era tarde-noche y Eren se encontraba en un callejón con un par de chicos rodeándolo, mayores que él por supuesto. Le iban a dar una paliza.
Y a su rescate, ella apareció.

—Dos contra uno no es justo ¿no les parece?

Los chicos se quedaron sin hablan, ella sonrió mostrando sus colmillos y solo fue cuestión de segundos para que ellos desaparecieran. Cuando se giró para verlo a él, solamente le guiño el ojo y se fue caminando por donde llegó.

Le salvo la vida dos veces. Bien pudo robarle la sangre pero no lo hizo.

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Eren no volvió a visitar a su abuela hasta los diecisiete años. Fue una ocasión especial. Hubo una fiesta muy grande por su cumpleaños. Sus primos lo convencieron de irse de antro después que todo acabara.
Por supuesto que la reconoció entre las personas bailando. Su cabello era más corto, súper corto. Pero en su mejilla seguía aquella cicatriz que pudo notar la última vez que le salvó el pellejo.

Observó como se fue con un señor que aparentemente era más grande que ella. Pudo deducir que ella está entre los veinticinco o treinta años. Tenía curiosidad por saber exactamente su edad, o más bien en cual se quedó. Pero Eren apreciaba mucho su vida como para tentar su suerte.

Aunque nunca se caracterizó por ser muy prudente. Cuando iba de visita con su abuela, que ahora era más frecuente, cada que se la encontraba no la perdía de vista. Ella podía encontrarse del otro lado de la calle pero él la seguiría desde su lugar.
Le pareció extraño como es que nadie ataba cabos de que ella es un vampiro y una asesina. Él le ha visto por mucho tiempo y por eso se dio cuenta de la verdad. A no ser que, ella lo dejó ver lo que ella quería ver.