Red Velvet

Anillos de papel

—Tal vez deberíamos casarnos.

Ella está muy contenta de estar aquí hoy. La han invitado, como ya es costumbre los amigos de Eren, que ahora también son sus amigos.
Es una pequeña reunión, están celebrando que la época de guerra aparentemente ha terminado. Su querido amigo de la infancia ha regresado con bien, gracias al cielo no le ha pasado nada.

Debería estar más que agradecida porque no solo él llegó sano y salvo, también sus otros amigos, como por ejemplo Armin, tiene un par de cicatrices en sus manos pero nada del otro mundo. Ahora con el rubio tiene algo más que compartir, ella tiene su pequeña raya debajo de su ojo derecho.

Toma un poco de licor de su copa, Sasha se ha lucido hoy trayendo la vajilla más bonita y cara de su casa. Aquel líquido realmente le lastimó la garganta en el primer sorbo, pero ahora se siente exquisito.
Levanta la vista hacia sus demás compañeros y todos parecen de verdad felices. Sus mejillas se calienta cuando su vista cae en el chico de cabellos castaños y ojos turquesa.

Oh, ella siempre ha sido tan devota hacia él.

Mikasa solía ser la niña del campo que Eren visitaba a menudo. La familia de ella vivía apartada de los demás hasta que su madre quedó embarazada de su hermano, entonces decidieron que era hora de ir a la ciudad. Mientras todo esto pasaba, Eren le contaba sobre su mejor amigo Armin, sobre sus planes de recorrer el mundo, sobre cómo le iba en la escuela y cómo le daba (según él) una que otra paliza a los chicos malos.

Claro que cuando la azabache llegó a la ciudad no quería despegarse de él. No se había dado cuenta que había desarrollado mucho cariño por aquel chico. Después Eren le presento a su amigos y recuerda unas cuantas frases que hasta hoy hacen revolotear su estómago.

"Oh esta es la chica de la que a menudo hablas"

"¿Por ella es que no sales con nosotros el sábado?"

"Es un gusto conocer a la chica que siempre tiene ocupado a Eren"

Esta feliz de que aquel círculo de amigos la haya aceptado porque en serio los aprecia mucho.

Sasha fue la que organizó la comida, por supuesto, le aviso con anticipación y ella estaba más que feliz. Se pasó una media hora frente a su ropero escogiendo su atuendo, se decidió por una blusa azul de botones sin mangas y una falda larga blanca, lo acompañó con un sombrero del mismo color que la prenda larga con un listón azul alrededor y como el día estaba fresco, también decidió tomar su suéter delgado de color blanco para que combinara todo.

Sonrió cuando vio su reflejo frente al pequeño espejo.

Su cabello está corto pero eso no le impidió poner un mechón de su cabello negro tras la oreja. Hoy vería a Eren y cualquier cosa sobre él le hacía feliz.

Ella lo quiere.

Ella en verdad, en verdad lo quiere.

Levanta su vista otra vez hacia aquel chico y él está viendo hacia el lado contrario. Mikasa a prieta sus manos sobre su falda arrugándola un poco y agacha la cabeza. Le parece gracioso que Eren esté vistiendo un traje negro justo cuando ella trae ropa blanca. Parecen trajes de boda, ellos están en su boda.

Y esa idea le encanta. Su cabeza se impulsa hacia arriba y cuando lo ve sonreír se pierde en su imaginación, en su fantasía.

Solo Dios sabe cuantas veces ha fantaseado con él.

Ahora está en una en donde esta celebración no es por el fin de la guerra si no por su boda porque después de tantos años por fin se ha casado con Eren. El castaño descubrió lo maravillosa que es ella como más que una amiga y... pronto hasta podrán formar una familia.