Capitulo |5|

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Vivir la vida...

¿Qué demonios se supone que debe hacer alguien para vivir la vida?

Perder el miedo, contestaría Chiara.

¿Pero cómo se hace para perderlo? Si le temo a tantas cosas, que ya perdí la cuenta...

Invadida por una súbita idea, Emma sacó un cuaderno y un lápiz de su bolso y comenzó a escribir en letras grandes:

M͜͡ i͜͡ s͜͡  m͜͡ i͜͡ e͜͡ d͜͡ o͜͡ s͜͡ 

Se quedó en blanco por un momento, hasta que tuvo que hacerse la inevitable pregunta: ¿Cuál es mi mayor miedo?

Observó a su alrededor en busca de inspiración y alcanzó a ver a Timothée, que llevaba una bebida a una de las mesas que estaban cerca de la suya. Y no pudo evitar distraerse de nuevo. Sus ojos resbalaban por él, abrazaban su tórax, acariciaban su rostro, enumeraban las pecas del puente de su nariz... Hasta que él volteó en su dirección y la pilló mirándolo. Presa del pánico, se obligó a concentarse de nuevo en el cuaderno que tenía enfrente.

El lápiz se deslizó a través de la hoja casi sin su permiso.

𝘋𝘦𝘤𝘭𝘢𝘳𝘢𝘳𝘭𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘢 𝘛𝘪𝘮𝘰𝘵𝘩𝘦́𝘦

Emma suspiró. De acuerdo, aquel era su mayor miedo, su secreto inconfesable. ¿Había algún otro miedo que estuviera más al alcance de su maltrecha valentía? Volvió a escudriñar el salón en busca de alguna respuesta y la encontró en la barra, específicamente adentro de las botellas que estaban excibidas sobre los estantes de pino barnizado.

A continuación, escribió en el cuaderno:

𝘌𝘮𝘣𝘰𝘳𝘳𝘢𝘤𝘩𝘢𝘳𝘮𝘦.

Emborracharse en el restaurante de los padres de su mejor amiga muerta quizá no era precisamente la mejor manera de comenzar. Sin embargo, antes que la ansiedad pudiera apoderarse de ella y tomara control de sus decisiones, Emma se puso en pie y se dirigió con ímpetu hacia la barra.

Pero la voz de Hugo, el camarero–cocinero (y ahora al parecer también barman), la devolvió a la realidad.

—¡Emma! — La saludó — ¿Qué te apetece tomar?

Pánico.

¿Qué se bebia en lugares como esos? No era una disco, tampoco un bar. Pero los cocteles que había visto llevar de acá para allá parecían apetecibles...

—Umm... ¿alcohol? — Farfulló, tan indecisa que su afirmación había sonado como una pregunta.

Se sentía una cavernícola. Nunca había bebido alcohol antes, tampoco se había emborrachado. ¿Y si todo aquello era solo una excusa para encontrar valor donde no lo habia? Asi seria demasiado fácil, no tenía sentido lo que estaba haciendo si lo hacía bajo los efectos desinhibitorios del alcohol. Ya se había decidido a abandonar el intento, cuando Timothée llegó a su lado con la bandeja vacía.

—Hugo, dos martinis para la mesa ocho — Dijo y luego la miró de costado —¿Qué haces? — Le preguntó como al pasar.

Emma frunció los labios, cohibida, y entonces Hugo habló por ella.

—Me preguntó por los cócteles con alcohol, ¿Cierto? — La miró — Puedes elegir los que quieras. Aquí, un caballero que conoce las noches de Milán mejor que nadie podrá aconsejarte.

Timothée frunció el seño, confundido. La escrutó por unos segundos, leyendo en su rostro lo que pretendía hacer. Luego esbozó una sonrisa burlona.

When Emma Falls in Love || Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora