Capítulo 3.

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¿Estaba soñando? ¿Cuándo la dejó ahí? Es simplemente imposible. Deje la nota caer en mi bolso mientras trataba de mirar a otro lado, las manos de Demi parecía temblar, estaba teniendo su ataque de pánico. Ella hundió su rostro en sus manos que se posaban en sus piernas mientras se movía de atrás hacia adelante para calmarse.

No la dejaría pasar por esto, no otra vez.

Tome sus manos y levanté su mentón. Estaba llorando. La abracé fuertemente mientra su rostro se escondía en mi cuello con grandes sollozos y jadeos. La apreté más contra mi. Después de unos minutos, Demi había dejado de sollozar tan fuerte. Ella sabía lo que era esto.


-¿Demi? -Pregunté abriendo la puerta del baño. Mi mirada cayó al suelo mientras trataba de no desmayarme, Demi se encontraba tirada en el suelo con sus muñecas y piernas cortadas, su mirada ida y su piel pálida llena de sangre. -¡Demi!

Me arrojé al suelo y la sujeté contra mi pecho. No podía creerlo. Tome su rostro y lo puse debajo de la regadera mientras abría la llave para que el agua cayera sobre su rostro. Ella se había drogado, cortado y por poco se había suicidado.

-¿Se...? ¿Selena?- preguntó mientras el agua caía por su rostro. Tome una toalla e hice un torniquete para que la sangre no fluyera más.

-Aquí estoy princesa, estoy contigo, siempre lo estaré.


-No puedo hacer esto. -Dijo limpiando sus lágrimas, sus ojos mirándome de una manera diferente directamente a mis ojos, sus labios rojos, sus mejillas rojas al igual que los ojos. Ella sabía lo que era ser acosada.

-No tienes que hacerlo. -La abracé y ella se alejó.

-Pero lo haré.

Su mirada se mantuvo fija hasta que bajó a mis labios. Una tos falsa detrás de mí me hizo girar. Él me miraba fijamente y sonreía descaradamente mientras mordía levemente su labio.

-¿Puedo? -preguntó señalando el banco a mi lado. Mi cuerpo se tensó.

-No.

-No hay nadie. -Prosiguió. ¿Qué parte de "NO" no entendió?

-Nadie no, mi bolso si. -Dije indiferente. El rió y asintió.

¿Qué me pasa? Me acabo de de besar con mi mejor amigo y ni siquiera puedo dejar que se siente a mi lado. «Vamos. Tú puedes hacerlo. Quieres follártelo y ni puedes hablar con él.»

Suspire y quité mi bolso, dejándolo en la barra. -Adelante.

Zayn sonrió triunfante con esa hermosa sonrisa blanca que estaba a punto de derretirme. Él levantó su ceja. «Dios. Se dio cuenta de que lo miraba.»

Miré hacia otro lado mientras mis mejillas se tornaban a cierto color rojo. Traté de mirar a Demi pero ella ya se estaba alejando entre la multitud.

¿Me había dejado sola? ¿Con él? ¿Cómo pudo?

Trate de tomar mi bolso pero al acercarlo a mi, las cosas se cayeron de el, regándose por todo el suelo. Maldije cabizbaja.

-Odio esto...- Dije recogiendo algunas cosas. -Odio a Demi... -Tomé más cosas y las introduje. -Odio a...

-Mí. -susurro una voz al hacer contacto con mis manos.

«Me estaba tocando.» Sentía tigres despertarse en mi interior y enviar escalofríos por toda mi espalda con cierto placer desbordándose en mí.

Miré arriba y me encontré con esos ojos avellana oscurecidos e iluminados a la ve por las luces fluorescentes en todo el lugar. Mordía su labio.

-¿Per...? ¿Perdón? -Murmuré.

-A mí. ¿Me odias?-dijo con tono algo gracioso pero serio a la vez. Tragué saliva y negué. Su mano rozó la mía con más descaro mientras me tendía mi teléfono y debajo de este una nota. Su sonrisa creció levemente. «Hasta sonriendo hace que me moje.»

Su sonrisa creció más al ver que mordía mi labio. Me atrajo la mano manteniendo su mirada fija en la mía mientras lentamente nos levantábamos, nuestros cuerpos cada vez más cerca. Jadeé.

-Tienes unos lindos labios...- susurró. Su boca se curvó y se acercó más a mi oído. -Me gustaría morderlos.

Solté un leve gemido. Zayn soltó una leve carcajada mientras tomaba mi cintura y me giraba. Me llevo hasta la pista de baile y después de mirar al Dj me tomó aún más fuerte de mi cintura y me apretó contra él. Su creciente erección rozando mi trasero fuertemente. La música comenzó a sonar, era lenta, pegajosa, y yo la estaba bailando con Zayn de una manera tan placentera. Juro que si no estuviera en una pista de baile con tantas personas, ya no tuviera ropa.

Sus caderas se movía al ritmo de las mías mientras sus manos me pegaban más a su cuerpo y su erección rozaba mi trasero con más descaro. La música comenzó a acelerar y nuestros movimientos con ella. En pocos minutos me estaba devorando con la mirada los labios de Zayn mientras seguíamos bailando. Miré la hora y me di cuenta de que ya era tarde. Mañana tenía examen de Química a primera hora y el Sr. Miller no era una persona muy flexible. La música se detuvo y me moví a buscar mi bolso. Lo tomé y me moví entre la multitud hasta salir del bar. Estaba agotada, mi cuerpo jadeaba sudado mientras pedía más el calor del cuerpo de Zayn. Los lugares donde me había tocado aún mantenían el calor y un escalofrío excitante en mi piel. Mis manos bajaron a mi teléfono pero antes de poder marcar un número, el auto se detuvo frente a mí.

-Sube. -Dijo mientras se bajaba la ventanilla.

-Oh, no, no es necesario. -Mascullé.

-Sí, lo es. -Bajó del auto, su cabello negro despeinado y sudoroso cayéndole en su frente, su mirada oscura posada en mí. -Te subes o te subo. No tengo problema.

Ahora estaba frente a mí, sus manos en mi cintura y su boca en mi cuello. Su voz ronca contra mi piel no hacía más que volverme loca. Solté un leve suspiro y subí al auto. Él subió después de mí y encendió el auto. El silencio era cortante en el lugar, solo se escuchaba mi respiración.

Zayn se detuvo frente al primer y único semáforo en rojo, entre el bar y los dormitorios de la Universidad.

-Entonces... -Dijo ronco. -Creo que tenemos algo que hablar.

Lo miré confusa. -¿Sí?

-Si.

El semáforo se puso en verde. Zayn continuó el camino hasta quedar frente a los dormitorios, en el aparcamiento se encontraba el auto de Demi. Suspiré.

-¿Sobre qué? -pregunté más interesada.

-Sobre como te mojas por mí. -Su voz seductora susurrando en mi oído me hacía convulsionar de placer. Mis ojos se abrieron como platos mientras mis mejillas ardían.

-Yo... Yo no...- Lleve mis manos a mi rostro. Los nervios me estaban matando. ¿Cómo lo supo?

Sentí sus manos sobre las mías y su rostro cerca de mí. -Esta bien.

-No, yo...

-¿Sabes? Creo que me gusta que te mojes por mi. Pero ahora...- se acercó aún más y cuando creí sentir el roce de sus labios carnosos sobre los míos, el sonido de la puerta abriéndose me sacó de mis pensamientos. -Deberías irte. Es tarde y tu tienes examen mañana.

¿Cómo lo sabía? ¿Era psíquico acaso? Antes de bajarme me tomo del cuello y me acercó a el dejando un pequeño beso y luego mordiendo la piel erizada de mi cuello, para mañana sería una marca.

-Nos vemos mañana. -murmuró. -Asegúrate de llevar algo caliente.

Baje del auto sin palabras y en segundos ya no estaba frente a mí. Mi yo interno no dejaba de gritar. Entre al edificio al llegar frente a mi puerta busque en mi bolso las llaves para abrir pero la luz de mi teléfono avisando un nuevo mensaje, me sorprendió. Desbloqueé el teléfono y abrí el mensaje.


Oh, que linda te ves cuando está asustada, por un momento creí tenerte compasión, pero no. Si tratas de decirle a cualquiera, cerca o no de ti, lo que pasa, podrían salir a la luz imágenes que no te gustarían. Como muestra te dejo una de tantas que pueden llegar a publicarse. No me tientes, puedo ser dañino y muy peligroso. Puedo llegar a ser... tu mayor pesadilla y la más excitante.

Juegos Sexuales |Z.M.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora