Capítulo 10
–Selena... –Demi suspiró. –Creo que... deberíamos dejar esto hasta aquí.
Levanté una ceja y al notar que no mentía, me aleje de golpe y negué graciosa con la cabeza. Reí sarcástica. «Sí que sabes cómo sorprenderme, Lovato.»
–Nunca cambias ¿no? –la mire con lágrimas en mis ojos. Ella trató de acercarse dando dos pasos y tomo mi rostro en sus manos. La empuje y limpié las lágrimas que caían por mi mejilla con el dorso de mi mano. –Siempre jugando con la gente. Esa es tu única habilidad. Que perra.
Salí de esa habitación de golpe y me dirigí a clases. El profesor esperaba en la puerta mirando hacia mí. Zayn estaba a su lado hablando muy entretenido. Se giró a mirarme. «No voy a llorar. »
Continúe mi camino recto pasando a su lado y corriendo hasta la entrada de la Universidad, hasta llegar a los dormitorios. La recepción de cuatro metros de altura aún estaba decorada con ese tono amarillento viejo y de pilares blancos perlados, sucios por el polvo de más de dos años sin limpiar. Empuje las puertas de cristal provocando un chirriante sonido al cerrarse y dejando entrar ese olor exagerado a rosas viejas, por mis fosas nasales. Arrugue la nariz y continúe mi camino hasta la barra donde se encontraba la Srta. Castle –decana de los dormitorios de mujeres– con sus lentes y un cárdigan verde aqua, mirando concentrada la pantalla del monitor frente a ella.
Aclare mi garganta. La señorita elevó su mirada acomodando con su dedo índice los lentes por el puente de su nariz, sus ojos azules resaltando a través del cristal.
–Bueno días. –Murmuré.
–Hola, Srta. Gomez. ¿No debería estar en clases? –preguntó volviendo la mirada al monitor como si buscara algo. «Por supuesto que busca algo. A ti.»
–Sabe que aquí no podemos... –continuó.
–Sí, lo sé. Solo... –Ninguna excusa se me ocurría. –quería saber si me había llegado correo.
Ella entrecerró sus ojos y busco nuevamente en el computador, asintió sacando una llave de su bolsillo y caminó hasta unos cajones detrás de ella donde introdujo la llave y sacó una carta.
–Es de tu padre. –Susurró entregándome el sobre blanco con la firma de Brian detrás de este. «Padrastro. »
–Gracias. –Camine hasta las escaleras y las subí lentamente hasta llegar al quinto piso, el sobre abierto en mis manos. El pasillo dejo impregnar el olor a cloro y detergente por todos lados. El terrible naranja electrizante en las paredes con una que otra planta verde en cada puerta y al fondo una gran pared de cristal que dejaba al Sol entrar cada mañana. Camine por la alfombra pasando por cuatro puertas hasta llegar a la mía y entrar a mi habitación compartida. Deje mis cosas en el suelo mientras cerraba la puerta con un pie y me dejaba caer en la cama. Abrí la carta.
''Querida Selena,
Espero que estés disfrutando este año en la Universidad y puedas venir a visitarnos para Día de Gracias. Tu madre y yo hemos estado algo preocupados por tu falta de comunicación. ¿Estás bien? ¿Pasa algo? ''
«No, no estoy bien. Y pasa que, tuve sexo descontrolado con un chico que odio porque de hecho lo deseo pero no me decido y bese a mi mejor amiga además de escucharla confesarme que está enamorada de mí y por poco hago un trío. ¿Correcto? Sí, eso pasa. »
''Gracie no para de hacernos preguntas sobre ti, ella desea tanto como nosotros verte. De verdad espero que nos respondas, tal vez vayamos a visitarte si no puedes venir. ¿Te has enfermado? He escuchado que hay un virus. ''