Capítulo 11.
Ya había pasado una semana desde la última vez que había hablado con Zayn y con Demi, simplemente había dejado de contestarles, de mirarlos, de hablarles. Se habían vuelto unos fantasmas para mí. Y así comenzaba mi plan de tres fases.
La fase uno: cambiar completamente en todos los sentidos, en otras palabras, volverse una perra y esa primera fase, estaba por comenzar.
—¿Estás segura de esto? —Cuestionó Harry.
—Sí, Harry, estoy segura.
Me moví a lo largo del pasillo hasta quedar frente a la chica de ojos azules y su grupo. Parecían estar contando un chiste cuando se detuvieron a observarme atentos.
—Necesito hablar contigo. —dije. Los ojos de la chica se abrieron como platos al observarme por completo. «Bingo.»
Me hizo una seña y caminamos entre la gente hasta la parte de atrás de la Universidad, la chica sacó un cigarrillo y me ofreció otro.
—No, gracias...
Introdujo el cigarrillo en su boca y con un encendedor que sacó de su chaqueta, encendió el cigarrillo tomando un poco del humo y dejándolo salir por completo en mi cara.
— ¿Qué...? —tosí ante su acción y me aleje tratando de evitar el humo dando sacudidas con la mano en el aire. — ¿Podrías no hacerlo?
—Bien. —Sus ojos azules volvieron al cigarrillo del cual aspiró más de la sustancia en sus pulmones y dejó escapar esta vez hacia el aire libre. — ¿Qué quieres?
—Necesito... —la miré detalladamente antes de terminar. —tu ayuda...
La chica soltó una gran carcajada que hizo que mi corazón se acelerara.
— ¿Qué es tan gracioso? —Pregunté al ver que no se detenía.
—Tú... —tomo aire. — ¡necesitas mi ayuda!
Asentí y ella continuó riendo. Suspire con desespero y comencé a caminar de vuelta a clases pero su mano en mi brazo me detuvo.
— ¿A dónde vas?
—A clases. —Me solté de su agarre y cierto brillo de sorpresa inundó sus ojos por un segundo pero al siguiente, estaban tan fríos y calculadores como siempre. —No me gusta ser el payaso de nadie.
Ella se encogió de hombros. Me gire y nuevamente fui detenida.
—No dije que no te ayudaría... —Sonreí y le expliqué con sumo detalle a excepción de algunas cosas, la conversación entre Harry y yo la noche de hace una semana. Ella asentía con todo mientras terminaba con el desagradable cigarrillo entre sus labios. Cierta sonrisa juguetona apareció en ellos al terminar de explicarme.
— ¿Quién lo diría? ¡Gomez busca venganza! —dice moviendo las manos como si fuera una noticia o un titular del periódico. Termina su cigarrillo y lo aplasta con su bota. —Me gusta. Realmente estos son el tipo de cosas que pasan cuando juzgas a alguien por su portada. ¿A qué viene esto, Gomez?
—Uno, no me llames por mi apellido y dos, creo que... —Sonreí perversa. —es hora de que le den una cucharada de su propia medicina.
La chica asintió y camino a mi lado hasta la entrada a la Universidad. —Espero que sea eso y no te arrepientas luego. —Dijo entrando y dejándome completamente sola. «Créeme que no.»
Camine por los pasillos de vuelta a Harry y coloque mi rostro más serio. La preocupación brillante en sus ojos. —Creo que...
—Está con nosotros. —Susurré victoriosa mirando por sobre mi hombro a la chica de ojos azules quien mantenía su mirada fija en mi desde su grupo. Le guiñe el ojo.