Capítulo 12
La clase de química había comenzado y la suplente del profesor estaba aún supliéndolo, Sonreí falsamente y pase de largo entre los asientos mientras los silbidos de los hombres se hacían presentes. Tome el último puesto, cerca de la ventana y desvíe mi mirada al paisaje de las afueras de la Universidad. La profesora aclaro su garganta y me volví hacia ella observando como caminaba entre los alumnos después de haber escrito un nuevo tema en la pizarra. Algo relacionado con las leyes de un hombre que parecía el Santa de hace tres siglos. Suspire agotada y saque mi libreta de dibujo, el paisaje afuera era digno de ser dibujado. Hoy la profesora llevaba un tono más opaco d lo normal en su ropa, llevaba unos vaqueros negros desgastados, una blusa marrón con detalles en dorado y tacones negros de plataforma. Su rostro disimulaba tristeza y enojo al mismo tiempo mientras sus labios se movían dictando o explicando la clase.
«No es como si tuviera mucho público interesado. » Digamos que la sala no era la típica que veías en preparatoria, se podría decir que estaba la primera fila de adelante, los más aplicados chicos del salón, pero sin el aspecto de nerd que todos creen y detrás de ese rostro arreglado y toda esa inteligencia, habían grandes secretos ocultos. Chicos que pasaban de góticos hasta alcohólicos, de fumar todo tipo de hierbas hasta hijos de los magnates más grandes de la ciudad. Luego estaban los deportistas, los de la segunda fila, chicos fiesteros, pero humildes que si sabían dónde quedaba la biblioteca, no se quemaban al entrar en una iglesia y mantenían un promedio casi perfecto, no todos eran rubios o altos, ni un cuerpo de infarto, solo lo suficiente o lo que le requería su actividad física. La tercera fila se basaba en góticos y chicos que parecían tener un aura tan oscura como para poseer algún tipo de poder especial, pero no, solo fueron tanto tiempo niños de mamá y papá que decidieron irse de casa y aprender a enfrentar la vida por si solos, la mayoría tenia vicios, sí, pero trabajaban, hacían servicio comunitario y se ocultaban bajo tanto negro por el hecho de ser rechazados tantas veces y por hacer algo para poder resaltar en su familia, la mayoría hijos de padres ricos de la ciudad, graduados con honores en las mejores Universidades del país. Y por último, pero no menos importantes, está el grupo de la cuarta fila, donde se encuentran todos aquellos con un talento en especial y ahí estamos Demi y yo. Ella poseía la habilidad de cantar como un ángel cuando se lo proponía y yo solo dibujaba, la dibujaba en secreto.
—Señorita Gomez ¿me puede decir que acabo de mencionar? —pregunto la profesora posando su ojos azules sobre mí y toda la clase se giró hacia mí.
—No es como si importara. —susurré casi para mis adentros.
— ¿Disculpe? No la escucho. —elevo una ceja y yo sonreí.
—Decía que hablaba sobre la tercera Ley de Arrhenius sobre la electrolisis y las conducciones de la electricidad por cualquier otra sustancia, preferiblemente el metal. —Escupí y todos rieron. Los ojos de la profesora parecían que se iban a salir en cualquier momento. Ella continuo con la clase haciéndome preguntas una que otra vez para ver si le prestaba atención, aunque la verdad es que no. «Que suerte que Harry me dio esta clase».
Salí del salón encontrándome con el rey de Roma junto a la puerta esperándome, sonreía mucho hoy. — ¿Qué te pasa? Cupido ya te dio su flechazo.
Harry río y negó gracioso. —Me río por cómo le has cerrado la boca a la profesora.
—Gracias. —susurré y el infló su mejilla como un pez globo y la señaló. «Quiere un beso. » Me acerque y al estar a unos centímetros de distancia, corrí mi rostro y continúe caminando.
—Suerte para la próxima, Styles.
Escuche la risa de Harry detrás de mí mientras continuaba mi camino por el pasillo cuando Zayn paso delante de mí, haciéndome chocar contra su pecho, sus manos rodearon mi cintura evitando m caída. —Hola. —murmuro tan cerca de mis labios como pudo.
