Primeros pasos

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Llegamos a mí pequeña casa, cuando bajamos del auto aún está lloviendo, así que conseguimos mojarnos un poco más.

Invito a pasar a YoonGi y él entra sigiloso como un gato detrás de mi, se queda tímido y estático en la entrada mirando su cabello chorrear sobre el piso.

– Ah, no te preocupes por eso, pasa, puedo prestarte algo de ropa si tú gustas...

Atravesamos el recibidor y me deshago de mis prendas mojadas dejándolas en una silla, YoonGi comienza a imitarme quitando su sobrecamisa mojada y debajo de esta, su camisa blanca y también mojada se extiende pegada sobre su pecho y sus botones se marcan a través de la tela. También sus pectorales resaltan un poco sobre la prenda, y su cintura estrecha acentúa la delgadez de su cuerpo. No puedo evitar pensar que es caliente.

– Muchas gracias, Jin

Lo guío a mí habitación, hablamos del mal clima y algunos comentarios más se añaden sin mucho interés. Le tiendo un cuello de tortuga negro y le pregunto si desea pantalones, pero el niega y dice que es suficiente con el polo.

Apenas voy a darme la vuelta para salir y el se quita la playera blanca ante mis ojos.

«Dios»

Su cuerpo mojado tiembla de frío, su piel es blanca, tan pálida como su rostro y no puedo evitar mirar aquellos botones que parecen dos gomitas rosas una en en cada pectoral. Están duros por el frío al igual que todo él. Me quedo estático apenas dos segundos pero puedo apreciar la belleza de su cuerpo e incluso alcanzo a ver la fina línea de vello que baja por la parte más baja de su abdomen, así como el vello sus axilas que se alzan cuando se retira la ropa.

Mi cuerpo pulsa de repente y me obligo a salir a toda prisa diciendo que lo esperaré en la sala. YoonGi no responde, pero tarda apenas dos minutos en salir de mi recámara con la playera mojada en la mano y la nueva playera quedando bastante holgada sobre su cuerpo pequeño, debido a la diferencia de estaturas y musculatura.

– ¿Prefieres té o café? - le pregunto desde la barra de la cocina mirando como el permanece en la sala mirando las paredes y los muebles.

– No quiero causarte molestias, Jin

– No es molestia YoonGi, además, yo te invite - le digo aún mirándolo a la distancia

– Café está bien

Y pasamos una tarde bastante amena, YoonGi es un chico callado y bastante reservado, como si prefiriera escuchar a las personas en lugar de hablar él. Pero no es desagradable ni grosero, solo bastante más receptivo que comunicativo.

Pasamos de estar de las sillas al sillón, no puedo evitar mirar como cruza sus piernas finas una encima de la otra con delicadeza, posando sus manos a sus costados y mirándome con la misma curiosidad que un gato. Ah, es tan bonito, y me causa algo verlo enfundado en mi ropa que le queda tan enorme.

– ...y bueno, creo que es agradable que entiendas el mensaje del libro, son temas bastante sensibles y... A veces es difícil hablar de eso - me dice mirando la hora en su teléfono. – ah, Jin, es casi media noche - dice levantándose del sillón, y yo muero de ganas de pedirle que no se vaya o que se quede a dormir, pero apenas lo conozco y mañana tenemos clase.

– Ha pasado muy rápido el tiempo - le digo sin poder evitar un suspiro - desearía hablar más de estos temas con alguien.

Él sonríe, y veo su gummy smile en su rostro que denota satisfacción.

– Lo mismo digo. Pero es hora de ir a casa.

Entonces, ambos nos quedamos un poco estáticos, sin saber muy bien como despedirnos. El juega nerviosamente con sus manos y yo no puedo dejar de mover el pie.

– Si... Yo... Te veré mañana, supongo - le digo esperando que haga algún contacto

– Seguro. Mañana te devolveré tu ropa - afirma  dejando que las mangas cubran sus manos por lo largas que son. - Gracias Jin, ha sido una tarde maravillosa.

Y siento el color subir a mis mejillas y él también se tiñe de un rojo más intenso mientras se agacha un poco tímido.

No puedo evitar sonreír al ver cómo no deja de mirarme incluso cuando ha avanzado unos metros sobre  la carretera.

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Pero no vi a YoonGi al día siguiente ni al siguiente, ni al siguiente, porque el que terminó por resfriarse fui yo.

Y me quedé en casa, a recoger un poco las habitaciones y después a dormir porque me negaba a ir al médico.

La playera de YoonGi se había quedado en la sala, ahora estaba seca, y cuando la encontré no pude evitar olfatearla un poco y dejwrla tirada por ahí para evitar lavarla.

«¿Porque me siento así?»

Olfateando la playera del chico que conozco hace menos de una semana es algo obsesivo y que me parece gracioso pero extraño, sin embargo no puedo dejar de olerlo y llenarme de su delicioso aroma.

Y al 4 día de estar enfermo y con fiebre, sostengo la camisa en mi mano mientras estoy recostado en la cama, pero lo que me hace delirar, más que la fiebre, es recordar al pálido semidesnudo en mi habitación mostrando sus pezones y su cuerpo tan blanco y menudo. Si cierro los ojos puedo ver la línea de vello bajar por su abdomen y entrando a su pantalón, me hace preguntarme si tendrá vello ahí abajo. O como la tendrá. Es morboso, pero la fiebre y mi calentura no contribuyen en la situación.

No puedo evitar tocarme a mí mismo con un tacto caliente, y no solo por la enfermedad.

𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐩á𝐠𝐢𝐧𝐚𝐬 𝐲 𝐟𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬 ||𝐉𝐢𝐧𝐒𝐮||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora