Jungkook

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Jungkook

Hace varios años que conozco a JiMin y siempre he pensando que es el ser más hermoso que han visto mis ojos. Me ha gustado durante todos los años que hemos estudiado juntos, pero al mismo tiempo lo quiero como un hermano mayor y como un gran amigo mío. Es por eso  que no he podido corresponder sus sentimientos a pesar de saber que él también gusta de mi. Creo que lo nuestro no funcionaría y no quisiera perder su amistad porque entonces si que me dolería.
Por otro lado ha pasado tanto tiempo que no tengo una relación que de no ser por el ya habría olvidado como besar. Me digo a mi mismo que me gusta mi soltería pero al mismo tiempo deseo a alguien con quién hacer las cosas que me gustan y hacer cosas que le gusten a esa persona.
No se si me definiría como gay absoluto, el género no es un factor importante para mi y priorizo más los sentimientos y el interés en esa persona sea lo que sea.
Trabajar como modelo es algo que me mantiene ocupado gran parte del día, sin embargo suele haber días en los que si no trabajo no sé que hacer.
Hoy es uno de esos días, en donde creo que simplemente iré a un bar para tomar una copa y no sentirme tan solo en una noche tan fría.
Voy caminando por la acera, atravesando un vecindario donde vive la gente más acomodada de la ciudad y en dónde yo aspiro a llegar un día. Los autos pasan ligeros y no muy veloces, la mayoría son autos lujosos y a pesar de ser deportivos ninguno excede el límite de velocidad.
Mis audífonos se descargan y la música deja de sonar así que me los quito. Volteo a mirar la carretera detrás de mi cuando escucho llantas derrapar y apenas alcanzo a reaccionar cuando un auto se dirige fuera de control al poste a apenas unos metros de mi. El choque es inevitable, y el lujoso auto de pintura negra se estrella a más de 80 km/h contra la estructura de concreto, con tanta fuerza que algunos vidrios y pedacería del auto llegan hasta mi, causándome algunos cortes en los pómulos. Espantado, trato de cubrirme mientras escucho las bolsas de aire inflarse tras el impacto, más vidrios caen al suelo, ruido, caos y todo confuso a mí alrededor, como si de repente el tiempo se detuviera en medio del accidente. Una gota carmesí corre por mi mejilla, mis manos arden por lo que supongo deben ser pequeños cortes también.
Cuando el ruido termina mi primer instinto es acercarme al auto en donde la parte frontal está casi destruida y las ventanas completamente rotas. Un joven de cabello azul está  contra el volante, respirando pesadamente mientras la sangre corre por su nariz, la bolsa de aire se desinfla lentamente. Me alarmo y no se que hacer, estoy casi tan espantando como él lo está, quiero hacer tantas cosas pero el shock no me deja moverme y me quedo estático tratando de no hiperventilar.
Lo primero que hago es sacar mi teléfono con manos temblorosas para llamar una ambulancia, marco los números y me equivoco en varias ocasiones por el violento temblor de mi cuerpo.

– ¡N-no! - gime el chico malherido en el auto - no marques... A nadie

Lo miro perplejo con el teléfono en las manos, mirando como trata de recomponerse.

– Ayúdame - pide respirando igual de pesado – estoy bien, solo ayúdame

Me acerco con cuidado dudoso de que hacer, y el gira su rostro para verme. Su ojo comienza a hincharse un poco y hay sangre saliendo profusamente de su nariz así como golpes y rasguños en su piel, pero él parece bastante consciente. La sangre ha manchado su camisa blanca de lino e inmediatamente reconozco que debe ser alguien de la alta sociedad por su auto y vestimenta, pero eso  o tiene relevancia en este momento.

– La puerta - pide con un gesto de dolor.

Abro lo que queda de la puerta, y él estira su mano para tomarse de la cintura de mi pantalón y no caer y tener algo en qué apoyarse. No sé dónde tomarlo pues no de de dónde esté herido, así que le tiendo mis manos guardando mi teléfono y el toma una de ellas tratando de salir del auto. Aulla de dolor cuando pone un pie fuera y casi se desvanece cuando saca el otro, tratando de recomponerse. Tomando mis dos manos logra ponerse de pie apenas unos segundos antes de dejar caer su peso sobre mi. Preocupado y asustado lo tomo en mis brazos, haciendo que él envuelva sus manos en mi cuello y abrazándolo por la cintura.

– ¿Qué hago? - le pregunto  sintiendo mi corazón latir desenfrenado por la adrenalina y el susto. La sangre en mi mejilla se mezcla con la de él en donde las pieles se tocan, y la herida me arde un poco.

– El maletín - dice con trabajo - está en el asiento.

Veo un maletín Louis Vuitton en el asiento en donde el estaba y con cuidado, con extremo cuidado me estiro para sacarlo del auto con mi pie y tirarlo al suelo, en donde solo necesito patearlo para empotrar el bolso contra el auto y tomarlo sin tener que agacharme.
Sus respiraciones parecen haberse regulado un poco, y con lo que se son todas sus fuerzas me susurra en el oído:

– Por favor, llévame a tu casa.

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Siento al chico con extremo cuidado en el sillón de la sala de mi pequeña casa. Hemos tenido que pagar una buena cantidad de dinero al taxista por haber manchado sus asientos de sangre, pero ahora el sangrado se ha detenido aunque no quita el hecho de que sigue muy herido.
Él ha hecho alguna llamadas en el camino, al parecer para arreglar el asunto de su auto y para pedir que no avisen a nadie de su accidente, también para decir que se ausentaria unos días de lo que supongo es su trabajo y que no se preocupen por él.

Él está sentado, con su ropa llena de sangre y algunos moretones que empiezan a aparecer pie su cuerpo y rostro.

– Debería llevarte al hospital, puedes tener una contusión o alguna fractura, por favor permíteme llevarte - le pedí casi como suplica aún con el miedo de que tuviera alguna herida mortal.

– Estoy bien, solo son algunos golpes y rasguños, nada grave. Por favor no lo hagas, nadie puede saber que me accidenté.

Sus manos de largos dedos se dirigen a los botones de su camisa y poco a poco se deshace de la prenda mojada en líquido rojo. Su cuerpo, menudo y suave tiene numerosos moretones y rasguños esparcidos y el se queja cuando apenas roza su magullada piel.

Lo miro dudoso y la ansiedad de que esté herido le consume a medida que veo más y más heridas en él. Incluso me he olvidado de mis rasguños y de mi mismo por solo pensar en que él pueda tener algo grave y no lo sepamos. No puedo dejar de mirarlo mientras me pierdo en mis pensamientos con todos los escenarios que pueden salir mal con este chico en mi casa.

– Puedo llamar a mi médico y puede venir a tu piso si me lo permites y si eso te deja más tranquilo

Asiento frenéticamente mirando como limpia su piel dorada de la sangre seca que se acumula.

– Lamento causarte tantas molestias, prometo que te lo recompensare cuando esté mejor. Pero por favor déjame pasar aunque sea está noche aquí, mañana arreglaré todo para irme si te molesto y todas esas cosas, pero por favor, déjame pasar la noche aquí.

Asiento sin decir nada  solo mordiendo mis labios ansiosamente.
El hace una reverencia con la cabeza.

– Mis disculpas, estoy pidiendo favores sin haberme siquiera presentado. Mi nombre es Kim TaeHyung.



𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐩á𝐠𝐢𝐧𝐚𝐬 𝐲 𝐟𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬 ||𝐉𝐢𝐧𝐒𝐮||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora