Unveiled Divinity |Gabriel/V1| | Ultrakill

Capítulo 12

"Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora nos vemos por espejo, oscuramente; mas entonces nos veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor".

Corintios 13

Gabriel permaneció despierto hasta la llegada del sol. V1 no dormía, pero se limpiaba a sí mismo como una computadora y eso tomaba tiempo. En algún punto se cansó de hablar de la Biblia y se quedó en silencio, descansando con el cuerpo metálico a su lado mientras reflexionaba que era exactamente lo que sentía.

Más allá del deseo carnal, lo apreciaba. Le gustaba su compañía, su solidez, el cuidado que tenía para con él, pero algo como el amor, ese sentimiento divino... aún no estaba seguro. Quizás estaba siendo conservador, pero necesitaba tiempo para saber si esa fuerza magnética que sentía era más que eso, una simple atracción.

Porque el amor es algo que se construye lentamente, que no surge en los primeros estadios de una relación. Es un acto de cuidado, de entrega y resistencia, un sentimiento construído por la intimidad, por el tiempo, que se extiende más allá de las sábanas y los colchones. Para ellos, a pesar de todo, el tiempo era poco. Los meses que habían pasado juntos no eran nada en comparación a la eternidad que él vivió.

V1 le había demostrado muchas de esas cosas, quedándose a su lado, con una paciencia que parecía inagotable; lo cuidó con esmero durante su traumático primer período y lo mantuvo cuerdo sacandolo a explorar en tierras humanas. No lo dejaba hundirse en el vacío, pero Gabriel quería continuar jugando en esas posibilidades antes de asegurar que estaba sintiendo algo más allá por la máquina.

Se puso en pie, batiendo las alas con fuerza mientras se estiraba. V1 se incorporó lentamente y lo miró con la óptica entrecerrada, como si le reprochara por haberlo interrumpido. De algún modo, se veía bastante orgánico, como una persona cansada que se desentierra de entre las sábanas como un no-muerto.

—Vamos —le dijo—, quiero que veas algo.

V1 obedeció, se puso en pie y lo siguió. Le mostró entonces que la planta que habían conseguido seguía viva, recuperándose poco a poco con el sol que entraba por la ventana. Su color vibrante estaba regresando y sus hojas estaban volviéndose sólidas y lisas de nuevo.

»Esta es una suculenta, su nombre es Echeveria desmetiana, o al menos es lo más parecido a una. Puedes hacer más plantas si pones sus hojas en la tierra, por eso está así.

Su dedo señaló que algunas hojas habían sido arrancadas para ser hundidas alrededor de la planta principal, como pequeñas estacas. Todo lo que sabía venía de un libro que encontró después de una búsqueda exhaustiva en un apartamento vecino. De ahí consiguió la información y un poco de calma, porque tenía miedo de aniquilar al pequeño vegetal. Por suerte, el texto decía que era una planta sumamente resistente y noble.