Amor Eterno » Jos Canela

Cap. 21

Poco a poco fui abriendo los ojos, no sabía que había pasado y mucho menos no sabía que pasaba ahora.

Me senté en la cama en donde estaba acostada, vi a mí alrededor. Una cabaña, estaba en una cabaña.

Busque mi móvil pero no había nada, pase mis manos por mi rostro, luego suspire.
Me puse de pie, abrí una puerta, era el baño y la volvía a cerrar.
Esperaba al menos encontrar a alguien ahí.

—Hola—digo, aunque sonó más como una pregunta
Al no oír respuesta salí de aquella cabaña en donde me encontraba.

Me quede en shock al ver el mar frente a mí ¿Que hacía en la playa? No recuerdo haber venido a la playa ¿Donde están todos? No había nadie, ni un turista. Y esto me estaba asustando.

—Hasta que despiertas, bella durmiente. —La voz de Jos se hizo presente detrás de mí.

— ¿Dónde estamos? ¿Donde están todos?

—Estamos en Santa Monica Emma.

— ¿Qué? ¿Santa qué...?

—Santa Monica, tontita, Santa Monica. —Ríe y me toma de los hombros acercándome a él.

—Jos ¿Por qué?—Di un paso hacia atrás, alejándome un poco de él.

—Porque te amo, porque te quiero solo para mi. —me toma de las mejillas y me acerca a sus labios intentado besarme, me zafo de su agarré y el bufa.

— ¡Eres un loco Jos! ¡Me secuestraste! —digo enojada, le doy unos cuantos golpes en su pecho y salgo corriendo.

— ¡Emma, regresa!—Jos grita desde la orilla del mar.

Corrí hasta la ciudad que había, en fin, no estábamos tan lejos de la sociedad. No entiendo cómo pudo ¿secuestrarme?, o lo que haya sido, pero sin duda no tuvo porque hacerlo. ¿O sí?

Tengo todo una familia en México, mi papá, mis amigos. Aunque solo son pocas las personas que amo mucho. No puedo creer que ahora este en otro país y ni entiendo como hizo Jos para pasarme a otra frontera. Eso es ilógico, los policías lo hubieran detenido al no llevar yo mi pasaporte y visa y menos sin mi consentimiento.

Tenía hambre, no recuerdo cuando fue la última vez que lleve algo a mi boca.
Pero recordé que no llevaba ni un centavo y todo se fue a la basura, no quería regresar a la cabaña con Jos, por el momento estaba muy enojada con él como para verlo. No pensaría y tal vez podría matarlo.

Esos ruidos en mi estómago se hicieron cada vez más fuertes. Me senté en una banca que estaba afuera de un restaurante a pensar como conseguiría dinero.

El olor de la comida del restaurante salía de sus casillas y venían directo a mis fosas nasales; provocándome más hambre de lo que tenía.

Salí de ahí antes de volverme una vagabunda y arrasar con toda la comida del lugar.

Ahora me senté frente a un jardín, la gente pasaba al igual que los autos. No sabía qué hora eran, propongo que son las 2pm por la puesta del sol que hay.

Aun pensaba como conseguir dinero para al menos un delicioso, no digo maldito Porque a estos casos es glorioso un Pan de azúcar.

— ¿Puedo? —Un chico se acercó a mí, pidiéndome permiso para sentarse a mi lado.

—Adelante. —Sonreí y él me devolvió la sonrisa.

Lo inspeccione de arriba para abajo mientras tomaba asiento, note un sándwich en su mano derecha y en la izquierda cogía un libro.