Cap I.IV

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Esa noche Lili durmió súper relajada y plácidamente como una niña pequeña. Desde ese día follarse era un deseo que ninguno podía controlar, sólo bastaba con mirarse fijamente a los ojos y poder sentir la atracción sexual que había entre los dos.

Lo hacían en cualquier lugar, lo de ellos era matar ese deseo que llevaban por dentro que los quemaba, cada vez trataban de elegir un lugar más peligroso para sentir su adrenalina por sus venas.

El estaba obsesionado con su cuerpo y cada día que pasaba aprendía un poco más de su carácter y perfeccionaba su técnica. Edgar enfermaba cada segundo, cada minuto quería más y más probar cosas nuevas, cosas que le llamaran la atención y que llenarán ese gran deseo sexual que llevaba por dentro.

Después de un año, Edgar ya era todo un experto en el tema, pero era una persona que estaba dispuesta a aprender cosas nuevas, tenía su mente abierta a miles de opciones.

Todo estaba perfecto pero comenzaron los problemas, el esposo de Lili la empezó a maltratar, ella quería huir lo único que la retenía era Edgar al cual ya en ese entonces amaba.

Una noche quedan para verse en el trabajo de Lili y así discutir el tema él llega muy elegante como siempre de traje completamente negro y zapatos de vestir muy caros. Entra al restaurante donde trabajaba ella, por cierto un lugar muy fino y acogedor, pasa al baño y la llama a su móvil.

Después de unos timbres. -Dime.
-Estoy en el baño de las mujeres, en la segunda puerta, ven, quiero hablar contigo.
-Como, en el baño, estás loco, jjjjj.
-Te dije que vinieras, espero por ti.
-Espera un segundo, ya llegó-. De repente se abre la puerta del baño y Edgar sale de donde estaba escondido y ahí estaba ella, un poco sudada por el gran trabajo que estaba haciendo de mesera esa noche, había muchos clientes.

Su traje de camarera era blanco y negro combinado, chaqueta negra y camisa blanca, con una falda negra bien corta y muy provocativa que hacía que las hermosas nalgas de Lili se marcarán aún más haciéndolas ver muy jugosas, también tenían unas medias pantis negras con bordados las que cubrían sus hermosas piernas y unos tacones bajos para que sus pies se sintieran cómodos a la hora de caminar por el gran salón lleno de mesas y sillas.

La mira par de veces de arriba hacia abajo y le dice. -Estás muy guapa, ese traje te queda muy bien, se ve muy sexy-.

Ella enrojece su rostro y le va encima y lo abraza, él la abraza fuertemente y la acerca a una superficie que tenía dos lavamanos en su interior, la sube ahí poniéndola cómoda y a la altura de su rostro, se pone entre sus piernas y le dice.

-Necesito saber qué es lo que está pasando con tu pareja. ¿Es verdad que te está maltratando? Tu solo dime y yo de una vez acabo con él.

Lili agacha su cabeza, engurruña su mentón y de sus ojos comienzan a brotar lágrimas, el levanta su rostro y le repite nuevamente. -Dime que es lo que sucede.

-Nada, solo es que él últimamente está muy ebrio, se ha vuelto muy agresivo, trata de golpearme y abusar de mí, yo ya siento asco por él, se ha convertido en una persona repugnante.

Edgar enfurecido da fuertemente con su puño en la superficie donde está sentada Lili y le dice con voz muy enojada pero bajo para que nadie los escuche. -Si él te vuelve a tocar un pelo, sólo un pelo, él se va a enterar de quién soy yo, porque no sólo es que seas su pareja sino que eres una mujer y a las mujeres se les quiere, se cuidan para mantener viva esa niña que llevan dentro sólo se les da cariño, ustedes son como flores y si no las cuidamos se marchitan. El abusa de ti porque es un cobarde, un poco hombre-. Y vuelve a dar nuevamente contra la superficie con su puño.

Ella con sus ojos brillosos por las lágrimas y su cara muy triste, le dice. -Por favor no me metas en problemas, yo te amo pero por favor no te metas en eso, prométeme que no lo harás.

Tú Demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora