Cap IV.I

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-Buenas noches señorita Rosmery, ya se encuentra mejor.

-Sí, pero aún tengo un poco de dolor de cabeza.

-Mañana pasó por ti a las 9:00pm, no te pongas maquillaje por favor y ve sencilla, sólo vamos a sentarnos en un lugar tranquilo a conversar mientras nos tomamos unas copas de vino.

-Vale a las 9:00pm estaré lista.

Al día siguiente Edgar como había planeado está esperando a Rosmery abajo de su casa a las 9:00pm, si hay algo que le gusta a él es la puntualidad, eso es sinónimo de educación.

Un minuto más tarde siente unos pasó en la escalera, era ella muy atractiva con su belleza natural, llevaba un vestido corto que la hacía ver más niña e inocente, con su pelo suelto que le acariciaba toda la espalda. Apenada se acercó a él y entrelazando sus deditos le dijo. -Hola.

Edgar estaba aturdido. -Estás súper guapa, al parecer la noche te favorece.

-jjj, no me hagas sonrojarme por favor, ¿nos vamos?

Edgar la monta en su moto y se dirigen hacia un parque cerca de allí, toman asiento en uno de los bancos fríos, Edgar saca de la mochila dos copas y una botella de vino tinto. Ella tiene sus bracitos entrecruzados, hacía frío.

-Si tienes un poco de frío puedes acercarte a mí, estoy ardiendo en estos momentos, mi demonio me puede ayudar a calentarme.
Él se quitó su chaqueta, se la colocó enzima a ella y con sus brazos la acercó aún más a él y sirvió vino en las copas.

-Te daré el privilegio. ¿Por qué quieres brindar esta noche?

-Porque tu dimensión me lleve a otro planeta y destruya mi monotonía.

-Buena elección-. Tocan las copas y toman un sorbo. En el transcurso de la noche llueven cumplidos y risas, Edgar tiene arte para seducir almas como la de ella, la hace sentir muy a gusto, el vino tinto se había agotado y a la vez comienza a hacer efecto en sus cuerpos.

-uffff parece que ya tengo un poco de calor, tengo mis orejas hirviendo-. Rosmery se retira la chaqueta, se siente acalorada.

Edgar sonríe. -Al parecer el contenido en antioxidantes del vino está actuando en tu cuerpo-. Se acerca a ella y a centímetros de su boca le da una explicación razonable.

-Estos tienen efectos vasodilatador permitiendo un mayor aporte de sangre en tus zonas genitales al igual que en las mías, por eso sientes un infierno entre tus piernas. Usted debería saber algo al respecto señorita, está estudiando para ser doctora.

Rosmery sonríe. -¿Dónde aprendiste eso en google?

-jajaja, puede ser, pero al parecer es muy cierto, los efectos son muy claros.

-Y como sabes que entre mis piernas hay vapor y labios húmedos-. Edgar la toma con una mano por el pelo y la otra en el cuello suavemente y entre dientes le susurra.

-No me tientes, la podrías pasar mal, no sabes con lo que juegas señorita Rosmery.

Edgar desliza la mano desde el cuello hacia los pezones. -Estas excitada, tus pezones están bien duros.
Nuevamente desliza su mano pero esta vez, metiéndola debajo del vestido corto, percatándose que sólo llevaba sus bragas las cuales estaban muy encharcadas por los líquidos de lubricación de su vagina.

-¿Hoy tenías pensado hacer algo más conmigo que sólo conversar?-. Mientras se miraban fijamente.

-¿Por qué dices eso?

-Llevas un vestido corto y por debajo sólo tus bragas, muy fáciles de desliza hacia un lado y sentarte encima de mí, para penetrarte fácilmente-. Rosmery agacha su mirada y queda en silencio.

-No te voy a juzgar por eso, al contrario me gusta. Sólo libera eso que tanto retumba en tu mente.
Rosmery levanta su mirada y con cara de ninfómana le susurra. -Pues sí, sólo tenía la idea de poder probar y saborear a ese niñito que en su infancia pervertía, tus deseos de tenerme no están en solitario, mi cuerpo también te desea.

Edgar toma la mano que tiene cerca del sexo de Rosmery y con sus dedos desliza las bragas húmedas y los introduce en la vagina. Ella siente como su vientre se agudiza y hace un pequeño gemido.

-Sabes, me excita mucho hacerlo en público.

-Eso se llama agorafilia.

-Yo lo que se en estos momentos es que me tienes inundada en líquidos segregados por mi vagina.

-Shuuu has silencio y siéntate encima de mi lentamente.
Rosmery cumple con lo ordenado y se le sienta lentamente encima, dejando sus suculentos senos a la altura de la cara de Edgar, sintiendo una gran erección contra su vientre, su respiración se agita.

-¿Quieres hacerlo?
-Mm sí, ya quiero sentirte dentro de mí.
-Hace cuánto tiempo no lo haces.
-Hace mucho, estoy muy excitada, por favor penétrame-. Mientras apoyaba su frente con la de Edgar aguantándolo con sus manos alrededor de la cara.

-Pues tendrás que contenerte, tengo otros planes para ti, yo no he venido a esto.

-No me hagas esto, me tienes toda encharcada, no podré dormir-. Se muerde los labios.

-La concentración de testosterona en el plasma sanguíneo de los hombres es diez veces mayor que el de las mujeres, así que es imposible que estés más excitada que yo-. Rosmery lo continúa provocando moviéndose hacia delante y atrás frotando su vientre contra la gran erección.

Toma a Rosmery por el pelo fuertemente y le susurra al oído. -Yo no domino mi cuerpo, mi jodido demonio me domina y él tiene otros planes para ti, el decide, no yo. Recuerda que ya no soy el niño inocente que conocías, le he dado mucho poder a una personalidad que nació en mi interior como defensa y ahora tiene autonomía, nos entendemos muy bien.

Rosmery un poco asustada pero muy excitada aún. -Mastúrbame con tus manos, no me dejes así.

-jajaja, aprende a contener tus impulsos.
Edgar la echa a un lado recoge las copas de vino y la levanta del banco con sus manos, otorgándole un beso muy húmedo mientras le apretada sus nalgas jugosas.

-Te llevaré a tu casa.
Al llegar a la casa de Rosmery, para despedirse le da un gran abrazo, demostrándole que la quiere, pero en realidad no sabe ella que es lo que verdaderamente él tiene en mente. Al Rosmery retirarse, Edgar la llama.

-Espera, regresa un momento, tengo que hacer una última cosa.
-jajaja, ahora que.
-Acércate más.

Edgar desliza sus dedos por los muslos de Rosmery levantando su vestido y le pregunta. -Esto te gusta.

-Sí, me pone mucho-. Toma la mano de él, la dirige hacia su vientre, pero Edgar no es fácil de dominar, pasa sus dos dedos por la vagina mojándolos de un preciado líquido y mientras la mira a los ojos los lleva a la boca de ella para que los saboree. Rosmery cierra sus ojos y con su lengua limpia los dedos que tiene en su boca, tragando consecutivamente.

-jjjj ahora si me puedo retirar. Linda noche para Ud, señorita.

Tú Demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora