Tú Demonio

Cap II.II

-Te verías perfecta sentada encima de la barra, con tus piernas ligeramente abiertas y yo entre ellas apretando tus muslos con mis manos.

Laura miró hacia la barra y sonrió, ya su imaginación reproducía esa imagen, tomo asiento a su lado, cruzó sus pies y se acomodó entrelazando los dedos de sus manos dando a expresar mediante movimientos corporales su timidez. Edgar la miró y le dijo.

-Sabes escribí algo para ti ayer.
Laura sorprendida. -Serio, por favor me lo puedes leer.

Edgar se inclina hacia un lado y saca de su bolsillo izquierdo un papel y mientras lo habré sonríe.

-Se titula "tu demonio". Mi objetivo es inundar tu mente de pensamientos, atacarla y derrocar ese piloto automático que te saca una y otra vez de mi dimensión para llevarte al plano realista. No te voy a negar que a veces  imagino como mis dientes muerden suavemente hasta tus sueños más simples. Por una vez, levanta tu mirada y mírame directamente a los ojos para con mi imaginación sacarte de este mundo de ilusión y llevarte a mi alocada dimensión donde te voy a hacer sentir con dolor y pasión. Tu corazón arder en mi mente, te observo en silencio como sicópata disfrutando de una copa mientras estás atada con mi ropa, quizás estas ideas te asusten, pero no sabes cuánto anhelo susurrarte al oído que te corras conmigo. Que te retuerzas al sentir sobre tu piel cera y miel caliente, sin saber dónde te enteraste mis dientes nuevamente. Te delata tu respiración y los latidos de tu corazón, tu cuerpo está en modo vibración y el mío loco por morderte, quiero que te vengas con dolor, que tu cuerpo retumbe mientras yo, tu demonio, te hago morir y vivir atada a la adicción de mi sádicas pasión. Me vuelvo psicópata y mi mente se aloca cuando te admiro sin ropa, mírame de repente y verás la imagen que se reproduce en mi mente, donde estás atada completamente siendo torturado por este demonio en el presente.

Al terminar de leer se lo entrega a Laura en sus manos, la cual lo mira con ojos brillosos y le dice. -Woow me has dejado sin palabras-. Edgar sonríe.

-En verdad eres fascinante, podrías escribir una novela si quisieras, me has dejado sin palabras.

-No quiero que me demuestres lo que sientes con palabras, sino a través de tu caliente cuerpo-. El demonio de Edgar sabía que era el momento indicado para atacar a su corazón y desatar sus deseos más oscuros.

La miro, tomo su mano y acercándose a su cuerpo le dijo. -Te confieso algo, desde que te vi en la entrada vestida tan sensual y atractiva, lo primero que pasó por mi mente fue tenerte de frente sin ropa con tu cabeza sobre mi pecho abrazándome fuerte.

Laura no podía más, sentía que estallaba por dentro y deliberadamente le dijo.
-Desde aquel día que me besaste, volver a probar tus labios es algo que no se me quita de la cabeza-. El demonio de Edgar sonríe en silencio, ya está logrando su objetivo.

-Sólo imagínatelo, cierra tus ojos y reprodúcelo en tu mente. Al parecer ya te estás liberando, estas poniendo esas ideas sexis y locas en práctica.

-Ya yo las tenía lo que no las manifestaba.

-Yo quiero transmitirte todo lo que se, toda mis locuras, para que pierdas el control y disfrutar de ti, de tu cuerpo.
Laura se acerca a su boca. -No es mala idea. Yo soy muy cohibida, bueno era, tú me has ayudado a liberarme, pero tú, tu das ganas de conocer tus límites y explotarlos hasta que me vuelva adicta a ti.

-Entonces eso quieres hacer conmigo, conocer mis límites, mis locuras, mi forma de hacerte sentir placer y correrte encima de mí, quieres sentir ese placer.

-Eso es... Sólo de imaginarlo dan más ganas aún.

Edgar presiente que Laura está caliente y la trata de incitar aún más contándole una de sus sexis ideas. -Desde que estás aquí sentada a mi lado con ese vestido rojo y provocador, no dejo de pensar en tenerte a centímetros de mi boca, sentir tu respiración y los latidos de tu corazón, mientras te beso lentamente el cuello y erizo tu piel, con mis manos rasgo tu vestido y acaricia tus senos, tomo dos de mis dedos y los introduzco en tu boca para lubricarlos con tu saliva y pasarlos por tus pezones hasta que estén duros y erizados, no se me quita la idea de volverte loca y tú misma me pidas estas cosas porque te sientes muy excitada por mi cuerpo y pensamientos.
Quiero hacerte tan fuerte y unida a mis pensamientos que sólo de mirarte ya te vengan ideas calientes a la mente y te den deseos de hacerlo conmigo-.