Rosmery sonríe y comienza a quitar el vestido de su cuerpo. Muerde sus labios y camina suavemente con sus pies descalzos por el piso frío, desliza los tirantes de su vestido, dejándolo caer al piso, otorgando una hermosa vista de su cuerpo desnudo a los ojos de Edgar.
Sólo estaban entre él y ella sus bragas, mete sus dedos en la boca lubricándolos y los lleva a sus pezones frotando sus bustos, se siente su respiración, suelta su pelo y con lentos movimientos de cadera le da un sensual baile a Edgar, él se para, quita su camisa y zafa su cinto. Está frente a ella y la hace que se arrodille, Rosmery mirándolo a sus ojos sin decir una palabra desabrocha los botones del pantalón dejándolo caer al suelo y frota su rostro contra la erección de Edgar. El mete sus dedos en la boca de Rosmery y la para suavemente, la acuesta en la cama y después de recorrer su cuerpo con los labios, besando cada parte, mientras ella se arqueaba encima de la cama, le dice al oído.
-Hoy quiero ser diferente, quiero que me ayudes a quererte de verdad, hoy te voy a dar el placer y privilegio de que toques mi cuerpo, de que me otorgues caricias con tus manos-.
Edgar estaba un poco confundido, le estaba entregando un poder que no era capaz de permitirle a nadie, estaba siendo víctima de la vulnerabilidad, sentía añoranza por el sentimiento de amor y en aquel estado de debilidad calentaba un poco nuevamente su interior. Ella permaneció en silencio sin darle respuesta.-Dame una caricia.
-No puedo-. Edgar cambia su rostro y le pregunta él por qué.
-Lo siento, pero no me nace.
Pensamientos de decepción en su conciencia lo atacaron, se remordía por dentro por haberse debilitado por un momento, cerró sus ojos y su corazón nuevamente, otorgándole su cuerpo al demonio que lleva dentro, a ese que lo protege y lo ayuda a superar el pensamiento de amor que en mayor o menor medida todos tenemos en nuestro interior, una vez más se percataba de cuál era su verdadero camino y su tarea en este mundo, sacar los sentimientos más profundos de un alma inocente y encerrarlos en su dimensión para siempre.El deseo de venganza lo hacía arder en llamas y ya transformado en otro ser, tomó a Rosmery y la acostó dejando sus glúteos a disposición de sus manos, bajó sus braguitas y la azotó.
-mmmm-.Le pega. -Esto es lo que quieres.
-Para-. Le pega nuevamente, la toma por el pelo y entre dientes le susurra al oído.
-¿Quieres que te azote otra vez?
-SiiiEdgar se desliza por la espalda de Rosmery encajando sus dientes en la piel terminando en las suculentas nalgas de ella. La vira y con la sábana la ata muñecas y tobillos, dejándola completamente inmóvil, Edgar se dirige a la cocina y al entrar al cuarto trae en su mano una bolsa de hielo y algunos cubitos sueltos en un vaso. Se acerca a Rosmery poniéndole la bolsa en su vientre.
Rosmery suspira. -Está muy frío me va a quemar.
-Sólo aguanta un poco.Edgar abre la gaveta donde tenía sus cosas y toma una pinza, sujetando con la misma un cubito de hielo el cual acerca lentamente a Rosmery para activar los receptores de su piel, haciéndola más sensible al tacto, con su otra mano toma un cubo de hielo más y lo mete en la boca de Rosmery, recorriendo lentamente con el otro el cuello, deslizándolo entre los senos erizados, enfriando su piel y calentando su interior, haciéndola retorcerse de frustración al no poder moverse y el disfrutando de su juego, la respiración de Rosmery esta agitada, en el cuarto retumban los gemidos y el hielo al hacer contacto con la piel y los pezones se derrite, está sudorosa, muerde sus labios.
Edgar retira la bolsa de su sexo comenzando a hacer ligeros círculos alrededor del clítoris, su vientre está muy sensible al tacto por el hielo y Edgar siente como la vagina de Rosmery se encharca lentamente, siente como se calienta y agudiza. Edgar deja la pinza en la mesa y mete un hielo en su boca, bajando suavemente por su zona abdominal hasta llegar al monte de Venus y pasar el hielo por el clítoris nuevamente, con ayuda de su lengua lo introdujo en el interior de Rosmery empujándolo hacia adentro con sus dedos, las muñecas de Rosmery están trozadas, por tantos movimientos incontrolables, está ansiosa e inquieta, Edgar la sigue torturando y con sus dedos frota la pared más gruesa del vientre, el hielo ahora es agua, las altas temperaturas de Rosmery lo derriten. Edgar la masturba y la mira fijamente a sus ojos, observando ese rostro lleno de morbosidad, siente como sus piernas tiemblan percatándose del gran placer que le está otorgando.
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Tú Demonio
ContoEsta novela erótica narra de una forma cruel y oscura la vida y evolución de un adolecente que tenía sentimientos puros y un corazón lleno de inocencia, un niño tímido al que este mundo de lujuria y maldad, este mundo lleno de personas corrompidas q...