Capítulo 3

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Ruth sacó rápido su mano del paquete de yerba y comenzó a temblar al darse cuenta de que era yo. Noté que en su cara había marcas que no estaba antes y fueron hechas en tiempo reciente.

—¿Otras escaleras? —le pregunté, extendiéndole el última paquete de yerba.

—¿Te estás burlando de mí? —se enojo.

—No, nada que ver.

—Más te vale.

—¿Y qué podrías llevar a hacerme vos?

—Nada, no te voy a hacer nada.

—Yo creo que con ese puño me dejas inconsciente, eh.

—No uso el puño con nadie.

—¿Te caíste de nuevo? —pregunte en serio.

—Sí.

Mentía.

—Tenés que tener más cuidado, Ruth. Mira si te golpeas la cabeza.

—No te importa a vos.

—¿Y si te digo que si me importa lo que te pase?

—Ni siquiera me conoces.

—¿Y vos me conoces a mí?

—Sos un streamer.

—¿Ves mis stream?

—No, tengo cosas más importantes como para perder el tiempo viéndote en stream.

—¿Sabes mi nombre real?

—No.

—Germán Usinger.

—No te pregunte tu nombre.

—¿Me podes decir tu apellido así estamos a mano?

—Ruth Duarte.

—Me sorprende que me lo dijeras de una.

—No te emociones y no creas que ahora que me diste el paquete de yerba te lo voy a devolver.

—No esperaba que lo hagas.

—Gracias.

—¿Por qué?

—Esto es un detalle para mí. Conseguir otro de esto me tardaría una hora más o menos y tengo que estar en casa a horario.

—¿Que pasa si no llegas a horario?

—Nada.

—¿Por qué me estás mintiendo?

—¿Por qué estás empecinado en que te miento?

—Por que lo haces, Ruth.

—No somos amigo para que te lo diga y ni siquiera si lo fueras te contaría sobre mi vida.

—¿Alguien te lastima?

Ella se quedo callada, abrió la boca y negó con la cabeza.

—¿Cómo vas a preguntarme eso?

—No te caíste de una escalera.

—¿Sos invasivo con todas las minas que te cruzas? Con razón estás soltero.

—¿Cómo sabes que estoy soltero?

—Lo suponía.

—¿Y si vos estás soltera?

—No, perdón por ilusionarte.

—No me ilusione.

—¿Entonces por que me estás molestando? Me haces pensar que gusto o algo parecido.

—No sé.

—¿No sabes?

—Me llamas la atención, Ruth.

—¿Por qué? ¿Por que tengo la cara así?

—No, bueno...

—No digas nada mejor.

—No quiero ser un pesado.

—Desde el primer momento me pareces uno.

—¿Podemos empezar de nuevo?

—No, te dije que no pertenezco a tu mundo.

—¿Y cual es mi mundo?

—Te expones a todos y ese es el lugar donde no quiero estar.

—Nunca te obligaría a eso.

—¿Y si me ven con vos? Van a querer saber quién soy yo y no quiero eso.

—No es como que sea el streamer número uno.

—Pero sos bueno en lo que haces y no me va a sorprender si llegar a ese puesto algún día.

—¿No era que no me veías?

—No lo hago.

Ella empujo su carrito y la seguí, dejando el mío atrás.

—¿Me das tu número?

—Dame una razón para que te lo de.

—Te puedo conseguir más de esas yerbas gratis.

—Me convenciste.

Pensé que iba a ser más difícil.

—¿Y si te llamo vas a contestar?

—No tengas dudas de eso.

Rosa Marchita ; German Usinger, UnicornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora