Me adentré a un kiosco antes de ir a buscar a Paloma al colegio. Con Ruth nos pusimos de acuerdo en que uno la llevaba y que el otro la buscaba. A veces hacía las dos porque era más cómodo para Paloma ir en el auto y más fácil transportar su silla de ruedas. Decidí comprar un paquete de galletas y una leche chocolatada antes de dejarla con Santiago porque sabía que él no iba a tener nada para darle a Paloma.
—Hola Claudia.
—No sabes lo insoportable que se puso mi hermano.
—Buenas tardes a vos también.
—Se reencontró con la ex.
Estaba acostumbrado a que Claudia me contara cosas que no le preguntaba ni me interesaban. Normalmente la dejaba hablando sola, pero esta vez la escuche atento.
—¿La que siempre menciona? ¿Ruperta?
—Sí, y no sabes de lo que me entere.
—¿Qué cosa?
—Tiziano tiene una hija con ella.
—Eso ya lo sabía.
Claudia me miro confundida.
—¿Cómo que ya lo sabías?
—Sí, me lo conto él.
Cuando uno venía a este kiosco se enteraba de todos los dramas familiares de los Rosso, aunque Claudia no era una Rosso, pero su papá estaba con la mamá de Tiziano.
—A mí no me conto nada —comentó Claudia.
—Tal vez porque le contas a todos los clientes su vida personal.
—También cuento la mía —contesto, restándole importancia. —Conocí a un chico muy lindo. Se llama Axel.
—¿Entonces Tiziano se reencontró con la ex y su hija?
En realidad medio que ese tema no me interesaba más, pero era mejor que escuchar a Claudia hablar de chicos.
—No, solo con la ex porque la hija esta en el escuela.
—Hablando de escuela tengo que ir a buscar a Paloma.
Claudia miro las cosas que deje en el mostrador.
—¿No era que la madre no quería que Paloma coma mucha azúcar?
Uno tampoco salía de este kiosco sin mencionar algo de su vida.
—Es un secreto que tenemos entre nosotros.
—¿No tenías una cita con la madre de Paloma? Me olvide el nombre.
Esta seria mi segunda cita con Ruth. La primera fue buena, pero quería que la segunda fuera mejor. Trasmitirle a Ruth que podía confiarme sus secretos y que me contara que Lucas era el papá de Paloma sin que yo deba decirle que ya lo sé.
—Ruth.
Claudia hizo un gesto pensativo.
—Creo que escuche ese nombre antes.
—Sí, tenemos una cita esta noche.
—Te deseo suerte, ¿y sabes qué? También a mi hermano. Si vuelve con la ex y se van con la hija a otra parte lejos de acá. La más feliz voy a ser.
—¿Decís que vuelva con la ex?
—Tiziano está enganchadisimo. La cosa sería saber si la mina siente algo todavía por él, pero estoy casi segura que vuelven.
—Bueno, ojala sean felices juntos.
La pantalla de mi celular se prendió apenas subí al auto. Noté que tenía un montón de llamadas de Rodrigo. Le marqué a su numero enseguida. Me pareció raro que intentara llamarme cuando estábamos medio distanciados después de su funeral.
—¿Rodrigo te paso algo?
—No soy Rodrigo —contesto una mujer con la vos quebrada como si hubiera llorado. —Me llamo Agostina y soy la amiga de Rodrigo.
—¿Le paso algo a Rodrigo?
—No despierta y no sé que hacer…
—¿Cómo que no despierta?
—Lo encontre inconsciente en su departamento. Llame a la ambulancia, pero todavía no vienen y tengo mucho miedo. No se que hacer. Te marque a vos porque Rodrigo me conto que vos sos un buen amigo de él.
—Tranquila Agostina, ¿sí?
—¿Cómo me pedís que me calme en una situación como está?
—Rodrigo es un hombre fuerte, Agostina. Sobrevivió a dos estados de coma en un año.
—Eso es imposible.
—Unos minutos llegó y no te alteres mientras.
—Me voy a alterar todo lo que yo quiero —me colgó la llamada.
Primero fui a buscar a Paloma y lo más rápido que pude fuimos al departamento de Rodrigo. En la entrada del edificio había una mujer castaña de como mi edad con ojos llorosos. Esa debía ser Agostina.
—Se lo llevo la ambulancia —me dijo Agostina apenas me vio.
—¿Qué le paso, Agostina?
—Le dio una sobredosis.
Solté un suspiro. Rodrigo estaba peor de lo que pensé.
—¿Rocío está acá?
—No, Rodrigo estaba solo.
Me parecía extraño que Rocío no este con Rodrigo cuando siempre se los veía juntos, pero también estaba al tanto que Rocío tampoco estaba tan bien. Tomás me comentaba cada tanto que Rocío más que avanzar empeoraba, pero no pensé que Rodrigo iba a seguir el mismo camino.
—Llego la ambulancia —dijo Agostina.
—Mándame la dirección del hospital y gracias por cuidarlo, Agostina.
—No quiero que le pase nada a Rodrigo. Lo quiero un montón...como amiga —aclaró lo último como si fuera necesario. Eso me hizo saber que tal vez lo quería más que una amiga.
—¿Los paramédicos te dijeron algo? —le pregunté unos minutos después de que no me hablara, pero la llamada seguía.
—Por suerte respira, pero le tienen que hacer un lavado de estómago.
—Quédate a su lado que llego en unos minutos.
—Ni por un segundo pensé en dejarlo solo.
La llamada se cortó. Entonces, primero decidí ir a buscar a Paloma a la escuela y después ir un momento al hospital porque si iba a perder a un amigo de nuevo quería estar como no pude con él en sus últimos minutos de vida.
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Rosa Marchita ; German Usinger, Unicornio
FanfictionGerman no sabía quién era la chica del cementerio. La podía ignorar y seguir con su vida, pero sentía curiosidad por saber más sobre ella. Libro conectado con "Lola, Lola ; Rodrigo Carrera, Carreraaa".