Rosa Marchita ; German Usinger, Unicornio

Capítulo 5

Ruth salió de su casa empujando una silla de ruedas donde sentada estaba una niña. Me acerque abrir un poco la puerta del portón para que pudieran pasar las dos.

—Buenos dias, señoritas.

—¿Unicornio? —pregunto la niña, emocionada.

—¿Paloma me conoce?

—¿Cómo sabes mi nombre?

—Me lo dijo tu linda mamá.

Ruth nego con la cabeza, pero sonrió.

—Me gustan mucho tus stream.

—Gracias.

—¿Ese es tu auto? —me pregunto Ruth.

—Sí.

—¿Me podes ayudar a subirla?

—Sí, no hay problema.

Levante de la silla a Paloma para meterla en el auto. Ruth se acerco a cerrar la puerta y me miro por un minuto.

—Gracias.

—No me tenes que agradecer.

—¿Podes abrir el baul así pongo la silla?

—Lo voy a hacer yo.

—Bueno.

—¿Y cuantos años tiene Paloma?

—Siete, pero parece de menos porque la tuve siendo una adolescente. No sabía que estaba embarazada y no me cuide de el alcohol...fumar, ya sabes.

—No es tu culpa. No sabías que estabas embarazada.

—En realidad si es mi culpa. Si no hubiera consumido quien sabe qué ella no habría nacido con una deformidad en sus piernas y podría caminar.

—Sigue sin ser tu culpa.

—Se burlan de ella sus compañeros, no tiene amigos y lo único que hace feliz es ver tus stream, Germán.

—No puedo pensar en que molesten a ese angelito.

—Las personas pueden ser muy crueles.

—¿Y su papá?

—No me creyo que este embarazada...no tengo el mejor pasado, Germán. Si no querés continuar puedo sacar a mi hija del auto y volver.

—No, yo quiero seguir conociendote.

—¿Y qué pensas que pase cuando lo hagas?

—No sé.

—Espera una mejor respuesta.

—Es que no se que va a pasar si te conozco, pero quiero hacerlo.

—¿Vamos?

—Espera, Ruth.

Le toqué la boca con mis dedos. Sus labios estaban hinchados y tenían un poco de sangre.

—¿Te pego alguien?

—No.

—¿Entonces porque cada vez que te veo tenés heridas nuevas?

—Soy muy torpe.

Ella se subió al auto y no me digirió la mirada en todo el camino hacía la plaza. Paloma era la única que me hablaba e intentaba responder a todas las preguntas que tenía sobre mí.

—¿Si fueras una flor cual serías?

—No se nada de flores —conteste, concentrado en el volante.

Me acorde de la hermana de Lucas. Lolita una vez me hablo sobre diferentes tipos de flores en menos de un minuto que me mareo la cabeza. No sabía que había tantas y ni me acordaba de sus nombres. Solo la de las margaritas y las rosas.

—¿Qué flor serías, mamá?

—Una rosa marchita.

—¿Una rosa marchita? —repetí, confundido.

—Me describe bien.

—Yo pienso que solo sos una rosa.

—Llegamos —dijo, bajando del auto a penas estacione.

—¿Tu mamá es poco habladora?

—Si no habla nadie le va a hacer preguntas.

—¿Preguntas sobre qué?

—El señor malo.

—¿El señor malo?

Ruth abrió la puerta, haciendo que nos quedemos callados.

—¿Que pasa? —pregunto ella.

—Estábamos hablando sobre mi último stream, ¿Lo viste, Paloma?

—Sí, fue divertido. Mamá se rio mucho.

—¿Entonces mamá mira mis stream?

—No, mamá no mira tus stream —dijo Ruth.

—Pero siempre los ves conmigo, mami.

Ruth me miro enojada cuando solté una risa.

—¿Podemos comer un helado, mami?

—No tengo plata para comprarte uno —le contesto Ruth, apenada.

—Entonces los voy a comprar yo —dije para bajar del auto.

—No es necesario, Germán. No puedo pagarte después.

—No tenés que pagarme nada.

—No puedo aceptarlo.

—Por favor no seas orgullosa.

—Ya te dije que no soy orgullosa.

—Si, lo sos.

—Sos un... —se calló, mirando a su hija. —Bueno.

—¿Y cual es tu sabor favorito, Paloma? —le pregunte.

—Granizado.

—¿Y el tuyo, Ruth? ¿Uno amargo?

—¿Eso es una especie de indirecta?

—Una indirecta sería darte entender que quiero chapar con vos.

—¿Y no querés eso?

—No me puedo ilusionar como dijiste vos.

Ella rio.

—Si, no lo hagas.

—¿Entonces no tenés a nadie en tu vida?

—¿Cómo a nadie?

—Un novio.

—Germán...

—¿Me podes sentar en mi silla, mami? —la interrumpió Paloma.

—Sí, hija.

—¿Cuales son tus flores favoritas, Ruth? —le pregunte por si un día tenía que darle flores.

—Las rosas rojas.