Capítulo 13

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Ruth

Me quedé parada en medio de la entrada de la escuela, mirando como una maestra empujaba la silla de mi hija hacía adentro. Cinco segundos después me di la vuelta para comenzar a caminar hacía el departamento de Germán, antes entre a un kiosco cercano para comprar una botella de agua. Hacía mucho calor.

—¿Algo más? —pregunto la kiosquera, una chica de no mayor de dieciséis años.

—Nada más.

—¡Claudia! —gritó una voz masculina desde la parte de atrás del mostrado.

—¡Estoy atendiendo a un cliente, boludo!

—¡¿Viste mi camiseta de Argentina de Messi?!

—¡Fíjate en la lavandería!

Claudia, la kiosquera me miro algo apenada.

—Perdón, ese era mi hermano.

—No pasa nada —contesté, sacando mi billetera para terminar de pagar la botella.

—Claudia, no la esta en la…¿Ruth?

—¿Tiziano? —le pregunté, sorprendía.

Él me miro boquiabierto.

—¿Se conocen? —pregunto Claudia, curiosa.

—Éramos novios —contesto Tiziano.

—Gracias por la botella —dije, agarrando la botella para comenzar a caminar hacía la salida.

—Ruth espérame.

¿Por qué teníamos que encontrármelo justo ahora? Me detuve al sentir su mano tocarle el brazo, afuera del kiosco.

—¿Quién te hizo eso? —me pregunto Tiziano, serio, refiriéndose a mis golpes.

—Nadie.

—No me mientas.

—¿Y que te importa a vos que me pase?

—Te estuve buscando todos estos años.

—¿Para qué?

—Fui un pelotudo por no creerte cuando me dijiste que era el bebé era mío.

—Ella es una niña ahora.

—Hablemos, por favor.

—Bueno.

—¿Tenías algún plan?

—No.

En la noche tenía mi cita con Germán pero no me pareció necesario decírselo.

—Te invito a comer, déjame entrar y prepararme.

—¿Me quedo afuera?

—No, entra conmigo —dijo, agarrándome de la mano.

Los dos entramos de nuevo al kiosco y me llevo a la parte de atrás, bajo la mirada de Claudia.

—¿Claudia es tu hermana?

—Media hermana.

—¿Tu mamá se caso de nuevo?

—Sí, este es su tercer matrimonio y sexta pareja desde que falleció mi papá.

—¿Tu mamá está acá?

—¡Mi hijo trajo por fin una novia! —exclamo la mamá de Tiziano, emocionada.

—¡Mamá! —se quejo Tiziano.

—Sos tan hermosa —me dijo ella, dulce. —Me llamo Piera y soy tu suegra.

—Ruth no es mi novia, mamá.

Rosa Marchita ; German Usinger, UnicornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora