Capítulo 14

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Emilia me encerró en un cuarto con ella sin importarle que le hubiera dicho que tenía que irme. Santiago me había enviado un mensaje en la mañana diciendo que se estaba quedando en lo de Emilia mientras se buscaba otro departamento y que por lo tanto iba a cuidar a Paloma junto a ella. Me pareció una buena idea porque Emilia tenía experiencia al ser madre, aunque su hijo todavía no tenía ni un año, pero seguía teniéndola al haber cuidado niños siendo acompañante terapéutico.

—Rodrigo es un pelotudo.

—¿Qué hizo ahora? —le pregunté, sin sorprenderme su comentario hacía Rodrigo. Este último tiempo se estaba comportando de tal manera que todos pensábamos de la misma forma que ella.

—Lolita volvió de Alemania y lo primero que hizo fue verlo a Rodrigo.

—¿No le explicaste lo que esta pasando con Rodrigo?

—¿Y como se lo voy a explicar si no me vino a ver a mi primero?

—¿Nadie le dijo nada antes que lo fuera a ver?

—Bernardo creo que intento explicarle.

—¿Quién es Bernardo?

—El amigo de Lolita.

Creo que se refería a Bautista porque Emilia ni le hablaba al otro amigo de Lola porque según ella misma: “Felipe es un boludo” y no iba a mentir. El pibe era medio boludo.

—Bautista se llama el amigo de Lola.

—Rodrigo le dijo cosas hirientes hasta hacerla llorar.

Rodrigo diciéndole cosas hirientes a Dolores si era sorprendente.

—Todos sabemos que él esta pasando por un mal momento, ¿pero llegar a decirle cosas hirientes a Dolores?

No lo podía creer por completo.

—Tengo una ganas de ponerle mis manos en el cuello y ahorcarlo.

—Emilia no digas eso. Tenés que tener un poco de empatía con él.

—Perdí la empatía por él cuando se olvido de Victorio —se refería a su hijo. —No lo visito ni una vez después de su nacimiento y siendo el padrino debería ser el que más presente debe estar como prometió, pero con su actitud idiota mejor lo quiero lejos.

—Entiendo que estés enojada…

—No lo justifiques, Germán. También perdí a mi papá y no me comporto como una idiota.

—Ustedes son personas diferentes. Se pueden tomar las mismas situaciones de otra manera.

—Pero hace meses que se comporta así. Lo entendí al principio, pero ahora me tiene harta. Si insisto todavía con Rodrigo es porque se lo prometí a Lucas sino lo hubiera mandado a la miércoles.

Nos quedamos en silencio por varios segundos. Lo único que se escuchaba era la respiración pesada de Emilia.

—Paloma es adorable —dijo Emilia, cambiando de tema. —Y parece llevarse bien con Santiago.

—Paloma es su favorita y hasta le puso un apodo al día de conocerse.

—¿Cuál es?

—Motorcito.

—Eso es un montón.

—Le dice así de cariño y a Paloma no le molesta.

—No le molesta porque es muy pequeña para entender que se refiere a la silla de ruedas, pero entiendo que es sin mal intensión. Tampoco me puedo hacer la ofendida si conozco como es Santiago.

—Entonces están viviendo juntos con Santiago...

—¿No tenías que irte?

No necesitaba que me lo confesara porque era obvio lo que sentía por Santiago, aunque lo negara porque antes estuvo con Lucas y hasta tuvieron a Victorio.

—Sí, tengo que organizar algunas cosas para mis futuros proyectos.

—No tenés porque mentirme. Se que vas a salir con la mamá de Paloma y que por eso la dejas esta noche acá para que la cuidemos.

—¿Cómo lo sabes?

No fue necesario que me diga quien porque era obvio que fue Santiago. Habíamos acordado no decirle a nadie sobre Ruth, pero si se lo dijo a Emilia era porque ella se dio cuenta de que el le escondía algo y lo pincho para que se lo diga.

—Paloma es muy parecida a Lucas.

No me había dado cuenta del parecido hasta Emilia lo menciono. Paloma era rubia y de ojos verdes como Lucas mientras Ruth era pelirroja y de ojos miel.

—Paloma debe ser parecida al padre.

—¿Lo conoces al padre?

—No, el padre nunca se hizo cargo de Paloma.

—No lo conozco, pero ya lo odio.

En ese momento alguien golpeó la puerta. Emilia se acerco a la puerta para abrir y ahí estaba Paloma con un dibujo sobre su regazo.

—Hice un dibujo para vos —dijo Paloma, mirando a Emilia.

—Es un dibujo muy lindo, ¿Estos somos Santiago, Victorio y yo?

—Sí, lo dibuje por Victorio porque no puedo hacerlo.

—Victorio todavía es un bebé muy pequeño para dibujar.

—¿Puedo hablar con tío Germán?

—Sí, obvio.

Emilia llevo sus manos a la silla de ruedas para entrar a Paloma al cuarto.

—Me parece que quiere hablar solo conmigo —le dije a Emilia al verla que no se iba.

—Te diría algo, pero está ella presente —me contesto Emilia antes de irse.

—¿Querías decirme algo ante que me vaya?

—Te quería decir algo.

—¿Qué me querés decir, Palo?

Paloma saco su fotografía su bolso de princesas y me lo extendió para que la viera. Cuando vi quienes estaban en la foto abrí la boca por la sorpresa.

—Esa es mi mamá de joven sosteniéndome con mi papá.

Tragué saliva. Miraba la foto sin entender nada, pero en cuestión de segundos todo tomaba sentido.

Lucas era el papá de Paloma.

Rosa Marchita ; German Usinger, UnicornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora