Riccardo
La manera en la que manipuló a esa vieja me dejó sorprendido sabía que era manipuladora pero no a ese extremo. No tiene escrúpulos para matar siendo mujer.
Ver cómo le hablaba con esa superioridad me encanto.
- Ya tenemos la información, sabemos que es el hijo de Antonio Volkova - La veo fijamente - Sobrevivió con su abuela y huyeron.
- Ya hablé con mi padre y el tuyo estamos poniendo seguridad máxima en todo, no sabemos de lo que es capaz. Hablé con uno de mis contactos y lo están buscando pero lo quiero vivo lo voy a matar con mis propias manos - sentencio.
Me acerco a ella hasta quedar de frente, me vuelve loco su aroma.
- Te quedarás aquí ya hablé con tu padre, aquí hay más seguridad y no quiero que te pase nada - le veo los labios carnosos y rojos.
- Está bien - Dice segura pero se que por dentro se esta muriendo ya que me está viendo los míos - Dónde me quedaré.
- Ven te llevo - La guío hasta mi habitación. Una vez entramos cierro la puerta y la observo y ella a mi.
Estamos a poco centímetros, lentamente levanto mi mano hasta su mejilla la acaricio con ternura. Miro sus labios y no puedo resistirme más y nuestros labios se unen en un beso. Comienza suave pero se vuelve apasionado cuando nuestras lenguas se entrelazan, mi mano derecha viaja por su cuerpo hasta llegar a su cintura, la sostengo con firmeza y la acerco a mi. Ella gime en mi boca cuando levanto la otra mano y aprieto su culo, que me ha vuelto loco desde que lo ví.
- Principessa, ¿Quieres que pare? - digo entre un gruñido, cuando ella agarra mi cabello y lo jala - Elizabeth te pregunté algo - reitero con la respiración acelerada. Ella está igual o incluso más agitada que yo.
-No. - Responde en un jadeo - No quiero que pares Riccardo.
-Elizabeth, mi farai rovinare il cazzo. - Digo mirándola a los ojos.
<<Elizabeth, tu vas hacer mi puta perdición>>
La vuelvo a besar mucho más intenso, dirijo mis dos manos a su trasero ella gime ante eso, siento que la polla me va a explotar, la levanto y ella es rápida a la hora de enredar sus piernas en mi cintura. Ella se estremece cuando siente mis manos por su pecho pego mi frente con la de ella.
-¿Quieres seguir con esto? - Digo con la respiración acelerada.
- Si...- Dice con las mejillas sonrojadas - Quiero que sigamos con esto.
- Elizabeth, te en cuenta que pase lo que pase eres mía y nadie podrá tocarte. Aquel que lo intente será hombre muerto.
Ella no dice nada entonces la vuelvo a besar, el vestido se lo quito de un tirón. No tiene sostén y queda expuesta para mí. Una de mis mano va directo a su seno lo toco con deseo y gime.
Ella dirige sus manos a mi saco me lo quita y sigue con los botones de mi camisa.
La acuesto lento en mi cama me quedo viéndola unos segundos.Le empiezo a besar el cuello para ir bajando hasta su punto sensible le voy dejando besos húmedos. Ella se estremece cuando le doy un beso a su parte íntima, la lamo por encima de la tela de sus bragas.
- Riccardo....- Jadea mi nombre y eso hace que me ponga más duro de lo que ya estaba.
- Eres mía - Le digo con lujuria.
Le abro las piernas para poder acomodarme entre ellas, la beso con deseo.
Voy bajando mis mano lentamente hasta que tocó sus bragas, las hago a un lado y empiezo acariciar sus pliegues, ella gime en mi oído, con mi pulgar acaricio su clítoris.
Con uno de mis dedos la empiezo a masturbar, despacio le introduzco un dedo dedo ¡Carajo! está tan estrecho, sigo besándola y no me contengo y le introduzco otro dedo ella se mueve incómoda por la presencia pero le acaricio el botón hinchado.
La sigo masturbando a un ritmo de sacar y meter, siento como sus paredes se contraen y se que está apunto de llegar a su orgasmo.
Le voy dejando besos húmedos por todo su cuello , suelta un grito cuando incremento mis movimientos lo cual hace que llegue su orgasmo. Saco mis dedos los cuáles me llevo a la boca para saborear sus flujos y es deliciosa.
Ya quiero poder tenerla en mi boca y saborearla con mi lengua.
Ella me mira con una sonrisa en los labios y me empieza a besar con devoción me muerde el labio y suelto un gruñido.
- ¿Usas protección? - Le pregunto no quiero usar condón quiero sentirla piel a piel, sentir el calor de su interior.
- Si, tengo el aparato.
Ya teniendo su consentimiento, bajo mi mano al cinturón de mi pantalón en un movimiento rápido me deshago de el y me quedo en boxer, la miro y se está mordiendo el labio inferior.
Me quito el boxer y quedó desnudo ante ella, abre los ojos como platos lo cual me hace reír.
- Carajo.
- Que ? tu ex no tenía la polla grande.
Acaricio mi glande con una mano, me duele como una mierda, tiene un líquido en la punta, me posicionó entre sus piernas y me pego mi frente con la suya, colocó mi polla en su entrada.
- Mírame, quiero ver tu cara cuando entre completo - me mira enseguida.
Entro hasta la punta y ella gime me empiezo a mover poco a poco para que se acostumbre a mi tamaño. Cuando siento que ya está lista entro de una sola estocada y la agarro del cuello.
Veo sus pupilas dilatadas y como abre la boca en forma de o para gemir.
- Di que eres mía - Le digo continuando las embestidas y con mis manos todavía en su cuello.
- Ahh...- Paro en seco.
- Que lo digas!.
- Si, maldita sea, si, soy tuya!!- Allí le doy un beso y empiezo otra vez a penetrarla.
Siento como sus paredes se empiezan a contraer y se que ya se va venir y yo también estoy apunto.
Me aruña la espalda, nunca me ha gustado que me hagan ningún tipo de marca pero ella conmigo puede hacer lo que quiera.
Siento como sus fluidos mojan mi pene, yo también ya estoy por venirme. La penetro varias veces más, hasta que siento como me derramó en su interior.
Salgo de su interior y me tumbo a un lado de ella, volteo a verla y está boca arriba con su mirada en el techo y sus mejillas rojas. Me levanto y le doy un pequeño beso en los labios .
- Eres jodidamente mía Elizabeth - digo viendo como empieza a cerrar sus ojos.
Denle like por favor:(.
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Tentación oculta
RomanceRiccardo Mancini un hombre poderoso próximo rey de la mafia italiana con un carácter de mierda, todo lo que el dice se hace y punto. Elizabeth De Finci una mujer que nació en cuna de oro caprichosa y con las agallas bien puestas y que no se deja so...