Capítulo 31

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Riccardo.

— Amo... Riccardo — Abre los ojos dandose cuenta de lo que iba a decir y suelto un risa.

— ¿Me ibas a decir amor Principessa? — Noto como su rostro se pone rojo.

— No — Pone la cara seria.

— A ver acéptalo — Ella niega la cabeza y hace como si estuviera trabajando en la laptop — Además me puedes llamar como quieras — Sonríe — Mi rey, mi amo...

— Jamás te voy a llamar mi amo — Levanta la cara y me ve fijamente — Solo en la cama, amor — Se muerde los labios.

— ¿Me estás provocando nena? — Asiente lentamente y se levanta de la silla para sentarse a mi lado en el sillón. Sus manos acarician mi pecho de forma lenta y seductora.

— Quiero que me folles duro — Y solo eso basta para agarrarla de las manos y darle la vuelta para ponerla abajo de mi. Le desabrochó el pantalón y meto mis manos adentro de sus bragas.

— Estás tan húmeda — Introduzco un dedo en  su vagina lo cual hace que suelte un pequeño gemido —— Voy hacer que grites mi nombre tan fuerte que cuando hables no te saldra la voz de lo ronca que vas a estar.

— Que esperas para hacerlo — Me reta.

Le meto dos dedos más de un solo movimiento y ella gime mi nombre, siento como mi polla se va poniendo dura.

Le quitó el pantalón por completo y subo hacia su cara para darle un beso.

Saco mi polla y la paso por su coño húmedo torturandola.

— Joder Riccardo, solo Follame de una maldita vez — Gruñe molesta.

Meto mi polla de una sola estocada y la siento estrecha, me encanta.

— Más....más duro — Aceleró mis movimientos dándole estocadas más fuertes.

— ¿Te gusta que te folles así nena? — no responde solo gime — ¿Te gusta que mis bolas choquen con tu coño?.

— Ujunumm — Afirma y yo sigo penetrandola siento como se cotrae y se que está apunto de venirse.

— Vente para mí, quiero que llenes mi jodida polla de ti – Se agarra de mis hombros y rasguña lo cual hace que me excite más.

Siento como baña mi polla con sus fluidos y no pasan ni cinco minutos cuando me vengo.

Nos quedamos acostados en el sillón por un tiempo a lo que ella se levanta.

— ¿A dónde vas? — Le pregunto viendo como se empieza a vestir de nuevo.

— Tengo que ir a ver cómo está todo por la casa — Me levanto y le doy un beso.

— ¿Te quieres quedar a dormir en casa? — Levanta la mirada.

— No quiero dejar a mi mamá sola Riccardo — Habla acomodándose el cabello — Voy a esperar a que se vaya de viaje, ella misma lo propuso.

Asiento a lo que dice y me empiezo a vestir. Se despide con un tierno beso y se va.

Salgo de mi oficina directo a ducharme.

— Señor — escucho como un de mis hombres me llaman, volteo y veo como traga grueso.

— ¿Que paso?

— Se robaron la mercancía que iba a ser enviada a Japón.

Me quedo pensando y siento como la sangre me hierve.

— ¿Cómo coño?.

— Los estaban esperando en la frontera señor.

— ¿Y el que iba manejando?.

— Los mataron a todos.

Mierda.

— Dile a Rubén que lo espero en oficina en diez minutos con toda la información.

Me dirigo al baño de mi habitación a ducharme con toda la rabia del mundo.

Me ha jodido varios clubes y 2 o más entregas yo también lo he jodido pero no puedo seguir permitiendo que esto siga sucediendo.

Una vez estoy listo bajo.

Entro a la oficina y veo a Rubén sentado con todas las carpetas.

— Quiero que me expliques cómo coño paso — Este se levanta y empieza a hojear.

— Sabían que el camión iba a pasar por esa carretera y esa información no la sabe nadie salvó a los que las entregan — Me siento.

— Osea que hay un maldito soplon — El asiente.

— Dejo algo más — Me enseña la carpeta y veo las fotos de los muertos con una marca.

Es una V, las hicieron torturandolos.

Detallo mejor la marca de uno y hay algo escrito en la espalda.

— Que dice aquí — le señalo el lugar y el me pasa otra foto.

Deberías cuidar mejor a tu esposa.

A.v

Maldito.

Me levanto rápido y agarro el teléfono, le marco  Elizabeth lo más rápido que puedo pero no contesta.

Llamo otra vez y pienso que no me a contestar pero si lo hace.

— ¿Dónde estás? — Digo preocupado.

— Ya voy de camino a mi casa, Riccardo ¿Que paso?.

— Otro ataque pero con amenaza — Respondo — Elizabeth trae a tu mamá para la casa si es necesario pero te quiero a mi lado, no quiero que te pase nada.

— Hey, estoy bien — Suspira — Recogo algunas cosas y voy para allá.

Cuelga y siento un poco de paz.

— Dónde está Dorian?.

— Está en el patio en su clase de tiro.

— Bien, tráeme a la abuela de ese bastardo — Digo tomando un vaso de licor — Vamos a ver quién sabe jugar.

— Bien señor.

— Jodele los tres burdeles que están en mi territorio mata a todos lo hombres menos a las mujer y niños — El asiente y sale de la oficina.

Es hora de empezar a Jugar.

Es hora de empezar a Jugar

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