Capitulo 23

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Elizabeth.

Llevamos 5 horas en el avión ya no se qué hacer estoy inquieta.

Riccardo apenas entramos al avión se puso a trabajar en su laptop vamos a estar dos semana a donde sea que me lleve.

Dejo todo organizado en New York la seguridad al máximo y todo lo que se requiere.

Aquí tenemos bastante seguridad también se ve que Riccardo es muy delicado con todo.

Me traen un café que pedi son las 11 de la mañana ya comimos y de todo.

Me está matando la curiosidad de saber a dónde me va a llevar pero no me ha querido decir he insistido pero no abre la boca.

– No te lo voy a decir Elizabeth – Me dice por quinta vez se arrecuesta en la cama.

– Vamos no seas pesado dime y ya problema solucionado de igual forma lo voy a saber – le digo sentándome en la cama haciendo puchero.

– Si te lo digo no sería sorpresa Principessa – Suspiro.

– Bueno cuánto falta me estoy muriendo del aburrimiento.

– Pareces una niña, faltan 2 horas – Levanta su reloj para ver la hora.

– No...quieres hacer algo mientras...

– Tengo muchas cosas en mente Elizabeth – se desabotona la camisa haciendo que vea su pecho.

– A ver muéstrame esas cosas que tienes en mente.

– Abre las piernas – Le hago caso y las abro llevo unos hilos de color blanco con un vestido cómodo.

– Quiero que te toques para mí Principessa – Me ve a los ojos, arrima el sillón que estaba en la esquina y lo deja al frente de la cama.

Me acomodo un poco más en la cama y abro más las piernas, bajo un poco el vestido para que no me cubran las tetas, me las empiezo a tocar dando unos pellizcos suaves.

Me tocó por encima de las bragas de arriba abajo, lo observo viendo mi punto sencible.

Echo a un lado las bragas y muevo mi dedo por mi clítoris siento mis mejillas rojas. Introduzco un dedo que se desliza con facilidad por mi humedad.

Meto tres dedos y los empiezo a sacar y meter. Me lamo los dedos y pellizco mis pezones.

Me salen varios gemidos.

– ¿No me quieres coger? – Veo su polla que está levantada – Imagina tu polla entrando por mi coño, mi humedad haría que entrara fácil.

Veo como traga saliva.

– ahh...mmm– me corro y siento mi humedad bajando por mis piernas tengo las respiración entre cortada.

– Ahora sí te voy a follar ese maldito coño – Se levanta y me quita el vestido de un tirón el queda en boxer.

Mete dos de sus dedos en mi canal abro la boca chupa mis tetas como vil crío. Las chupa con fuerza pero sobretodo me mete los dedos haciéndome arquear.

– Follame – le digo mirándolo a los ojos – No juegues más conmigo y Follame de una puta vez.

Se prepara sacando su glande y poniéndolo en mi entrada, pone su mano sobre mi pelvis y empieza a hundirse apenas entra la mitad la saca.

Lo veo con mala cara pero de repente me agarra del cuello y entra de una sola estocada haciéndome soltar un grito.

– No grites Principessa, no quiero que nadie escuché gemir a mi mujer – Cada vez me da más fuerte.

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