Elizabeth
Escucho mi celular sonar y a ciegas tocó la cama hasta que lo encontro.
- Carajo, por fin contestas.
- Gastón?
- Si soy yo, Elizabeth vente para la casa de Riccardo recibimos un atentado en una de las bodegas!.
- Que?...como está ?- Salto de la cama y me pongo lo primero que encuentro.
- Estamos tratando de curarlo no quiso ir al hospital y pidio que te llamará.
- Voy para allá - Salgo de la casa y prendo mi moto y voy directo allá.
Está loco como no va querer ir a un jodido hospital ¿se quiere morir?.
Tardo menos de diez minutos en llegar salgo corriendo hasta su habitación.
Apenas llegó esta un señor con un maletín supongo que es el doctor.
Lo veo en la cama está pálido y tiene un vendaje en la costilla derecha.
- ¿Como está? - Pregunto con un nudo en la garganta.
- Está bien señora Mancini, solo está sedado, sacamos la bala lo único que afecto fue un poco a la costilla. Necesita reposo, estos son los medicamentos - Me da el papel
- Gracias -.Digo con la vista nublada.
- Con permiso - el doctor se va y me acerco, le sobó la cabeza - ¿Por que eres tan terco?.
Le agarro la mano me siento en un banquito que estaba cerca y empiezo a llorar.
Siento como alguien me toca el hombro.
- Padre va estar bien, no llores el siempre despierta - Veo un niño tiene el cabello castaño y sus ojos...
- ¿Que..haces aquí? - Le digo volteando para verlo mejor, lleva un pijama.
- Soy su hijo, me llamo Dorian.- Me dice orgulloso.
¿Que?
¿Hijo de Riccardo?
No puede ser.
Lo veo con más detalle y si, se parece mucho a el.
- Que...mierda.
- Pero ya no llores padre despierta siempre solo hay que esperar que se le pase el sedante.
- ¿Cuántos años tienes Dorian?.
- Ocho y tu eres ?.
- Elizabeth.
Se me queda viendo por un rato hasta que se da la vuelta y se va.
Por qué Riccardo no me dijo nada, esto es importante.
Siento rabia y bajo a la cocina.
Allá paso el resto de la noche tomando café hasta que salen los rayos de sol.
- Ya despertó - Me dice Gaston que ha estado todo el día a su lado.
Me levanto de uno de los taburetes y me dirijo hacia donde está.
Abro la puerta y está con los ojos abiertos. Siente mi mirada y me ve.
- ¿Como te sientes? - Le digo sería.
- Bien, Eli antes de que digas algo... - lo interrumpo se a qué se refiere.
- Creo que debiste decirme que tenías un hijo, esto no fue por amor ni por desicion de ningún de los dos. Pero creo que debiste decírmelo Riccardo es algo importante.
ESTÁS LEYENDO
Tentación oculta
RomanceRiccardo Mancini un hombre poderoso próximo rey de la mafia italiana con un carácter de mierda, todo lo que el dice se hace y punto. Elizabeth De Finci una mujer que nació en cuna de oro caprichosa y con las agallas bien puestas y que no se deja so...