37. PLÁTICA

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— Entonces lo que hago yo, es aceptar los tratos —

—¿Tratos? —

Recibí un beso en mi frente antes de un fuerte suspiro.

— Si mi vida, por ejemplo, un hombre pidió prestado dinero a mis hombres, éstos le dijeron la fecha, pero él no pago el día acordado —

Me removí sólo para quedar sobre su pecho, tocando esa suave piel, adoro sentir a Lewis.

— Primero toman sus bienes, hasta cubrir algo de la deuda —

— Si el hombre no ha pagado... Secuestramos algún familiar 

Respiré profundo sobre la piel de ese pecho, olor dulce, azúcar... Caramelo.

— Y si definitivamente no paga...—

— Lo matan —  Murmuré, obteniendo una mano sobre mi cabello, dejando caricias suaves.

— Si... Todo eso debo autorizarlo. Dar la autorización de que entren a casa del hombre, que secuestren a algún ser querido y en el mayor... caso que lo maten —

Lewis no es un asesino, su trabajo es sólo estar tras un escritorio firmando autorizaciones.

— Entonces tú no matas, quiero decir, ¿por tu cuenta? —

— No, al menos que sea necesario —

Ésto es interesante, necesito saber más de ésto.

— Dime más —

— Necesitaré un besito, ya me cansé de hablar —

Sonreí subiendo a su rostro, antes de dar un beso en éste, nuestros labios moviéndose lentos y sinceros, muy sinceros, puedo sentir el amor incondicional de Lewis a través de su boca. Al separarnos sólo volví a mi posición anterior, dejando caricias en ese pecho desnudo mientras escuchaba latir el corazón de éste.

— Bien te diré ¿Qué quieres saber? —

Sonreí complacido dejando un leve beso sobre el pecho.

— Los tráficos, quiero saber de eso —

— Uhm.. pues lo común, armas, drogas y...—

— Personas, ¿trágicas personas? —

Tenía esa duda desde hace meses, Lewis no podía ser tan malvado cómo para traficar personas.

— Iba a decir piratería. No amor, yo no tráfico con personas, mis hombres tienen prohibido traficar con seres vivos —

— ¿Porqué ? —

Entonces sentí un beso en mi frente, uno de esos besos cariñosos.

— Porque existe una pequeña razón —

Entonces entendí a qué se refería.

— ¿Yo? —

— El día que te ví, mi papá iba a llevarte, pero se enteró de tu discapacidad —

Abrí la boca sorprendido, ese hombre malvado pensaba robarme, ¡¿Qué me pasa?!.

— Amor te juro que desde que me enteré de ese día, yo decidí nunca jamás en mi vida, volver a traficar con niños, después noté que los niños venían con sus madres, así que también detuve el tráfico de mujeres —

Sentí cómo un peso salió de mis hombros, él no se dedica a ningún tráfico de personas, no lo hace por mí.

— Tuve que soportar a mi padre, hasta que murió y destruí ese negocio, casi me arrancan la cabeza, pero por tí haría cualquier cosa...—

Ojos De Placer // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora