Capitulo 5:Obras de caridad

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Por las calles de Orario una desanimada pelirroja caminaba lentamente.

Por el rabillo del ojo podía observar a unas cuantas personas reparando sus casas ya que habían sido dañadas por la batalla que hubo contra Evilus hace dos días y sin querer Alise se sentía culpable del daño.

-todos los días digo que llevaré la justicia a la ciudad y siempre termino fallando -penso con una sonrisa amarga-. Soy patética.

Si, Alise, la hermosa chica animada que siempre tenía la costumbre de elogiarse a ella misma con una gran sonrisa estaba decaída menospreciandose a ella misma.

Si sus amigas vieran ese lado suyo de seguro se desmayarían de la sorpresa.

-quizas tenía que haber peleado con todo desde el principio, así podría haber tenido una oportunidad de derrotar a Valletta -penso mientras caminaba por la calle donde tuvo su enfrentamiento contra la alto mando de Evilus-. Pero no gano nada con desanimarme, no cambiaré el pasado así. Solo me queda aprender de mis errores.

Aún con esa mirada decaída levanto la vista para ver a las personas que intentaban arreglar sus casas lo más que podían.

Aunque abrió los ojos levemente al ver como cierto chico albino estaba ayudando a un anciano a hacer su casa otra vez clavando unas cuantas tablas de madera.

Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de Alise al ver al chico albino.

-¿Porque estoy aquí deprimida? -penso dándose unas palmadas en sus mejillas y volver a tener esa gran sonrisa que la caracterizaba-. Tengo que seguir los pasos de Bell y ayudar en lo más que pueda a los civiles.

Y con una bella sonrisa en su rostro Alise se acercó al albino el cual estaba a punto de pegarle con el martillo a un clavo.

-¡Bell!.

-¡Aaaaah!.

Por el repentino grito de la pelirroja Bell se asustó golpeándose su dedo con el martillo y soltando un quejido de dolor.

-A-Alise-san -susurro Bell con una pequeña lagrimita en su ojo mientras su dedo se volvía rojo por el golpe.

-jeje perdón por asustarte -se disculpo Alise avergonzada-. Veo que el día de hoy te has levantado con ganas de hacer obras de buena caridad.

-simplemente quiero ayudar en algo -dijo avergonzado volviendo a clavar la tabla.

-como esperaba de mi amigo justiciero -dijo Alise orgullosa-. Así que me veo en la obligación de ayudarte, tú superior no se puede quedar de brazos cruzados.

-¿Superior? -dijo Bell confundido.

Y con una sonrisa Alise se acercó y tomo otra tabla para empezar a clavarla para aligerarle el trabajo a Bell.

-esta casa va a ser la mejor de todas -murmuro Alise con determinación haciendo que Bell tuviera una gotita estilo anime.

-muchas gracias por ayudarme jóvenes -agradecio un anciano el cual era el dueño de la casa-. Quisiera ayudar pero mi edad ya no da para más.

-¡No sé preocupe que Alise y Bell lo ayudarán! ¡El dúo justiciero! -exclamo con una sonrisa orgullosa mientras le daba una palmada a Bell.

Pero este al estar clavando gracias a la palmada de Alise otra vez se equivocó y se terminó golpeando el mismo dedo.

-l-lo siento -se disculpo Alise con una sonrisa nerviosa al ver cómo Bell se tomaba su dedo adolorido-. ¡Lo tenemos todo bajo control!.

El anciano solo sonrió por la actitud de los dos jóvenes alejándose para que pudieran hacer el trabajo tranquilamente.

A pesar de todo te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora