Capítulo 26:Interrogatorio

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—mal, muy mal mi pequeño Bell....

Nos encontramos en una cabaña vieja en el medio de un pueblo destruido donde habían dos personas.

Una chica de cabello rosa que estaba viendo una chimenea encendida y a un niño de cabello blanco amarrado a una silla con cadenas.

—p-perdon —se disculpo Bell con lágrimas en los ojos intentando liberarse pero no podía.

—estuvimos cerca de robar ese cargamento de Rakia pero tú en vez de cumplir tú trabajo decidiste huir del lugar y eso está muy mal —dijo con una voz enojada sin quitarle la mirada de encima a la chimenea.

—¡Lo siento! ¡No lo volveré a hacer! —grito entrando en pánico sabiendo que esta vez no iba a ser de las típicas palizas que le daba Valletta.

—en eso tienes razón, no lo vas a volver a hacer porque me voy a asegurar que quedes marcado para que sepas que te pasara si vuelves a desobedecerme —dijo con una sonrisa siniestra sacando una plancha de hierro de la chimenea la cual estaba al rojo vivo.

El rostro de Bell se volvió pálido al ver eso empezando a moverse con más fuerza de la silla pero no lo lograba.

—¡NO! ¡POR FAVOR, NO LO HAGAS! —grito desesperado viendo como Valletta se acercaba lentamente hacia él.

—tranquilo, sentirás como un pequeño beso nada más —se burlo estando frente a Bell—. Que te quede como lección no volver a hacerlo.

—¡NO! ¡NO LO HAGAS!.

Pero Valletta lo ignoro acercando lentamente la plancha hacia el rostro del albino con una sonrisa viendo el pánico en el niño.

Y en un segundo más la plancha ardiente toco el rostro de Bell empezando a quemarlo.

—¡AAAAAAAAAAAAAAH!.

El olor a quemado empezó a inundar la habitación mientras humo empezaba a salir del rostro de Bell señal que se estaba quemando.

Desgraciadamente para Valletta sus gritos duraron solo unos tres segundos hasta que cayó inconsciente no resistiendo el inmenso dolor.

—tsk, esperaba más gritos —dijo decepcionada quitando la plancha del rostro de Bell viendo la mitad del rostro de este quemado.

La plancha solo la lanzó otra vez a la chimenea para seguir viendo el rostro quemado del albino.

—mmmmm no me gusta —susurro no muy convencida—. Prefiero su rostro normal, creí que se vería mejor con quemaduras.

Y decepcionada Valletta tomo una poción y empezó a rociarla en el rostro de Bell curando la enorme quemadura aúnque la sensación de ser quemado siempre se mantendría en los recuerdos del albino quedando como otro de sus tantos traumas.

—mucho mejor —dijo satisfecha al ver que Bell regreso a la normalidad aunque aún seguía inconsciente—. Espero que hayas aprendido la lección mi querido Bell porque la próxima vez que no me obedezcas te ira peor.

Y con esas palabras Valletta salió de la habitación dejando solo al niño inconsciente y encadenado a la silla.

Unos recuerdos dolorosos para Bell, unos recuerdos que quisiera olvidar.

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Un fuerte puñetazo despertó a cierto albino de su sueño haciendo que fuera abriendo poco a poco los ojos.

Al abrirlos vio que se encontraba en una celda encadenado de pies y manos a una pared y frente a él habían dos miembros de la familia Ganesha.

Ellos dos se habían encargado de golpear al albino una y otra vez desde que llegó a la celda como un método de tortura.

A pesar de todo te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora