Poppy buscó de forma torpe su blusa y se la puso lo más rápido que pudo. La vergüenza no la dejó ver a Luther y solo atinó a ponerse de pie para correr hacia la puerta. Era incapaz de pensar con claridad, aún podía sentir el tacto de las manos de él por toda su piel, cómo esos labios habían impactado con su inexperta boca. Quería llegar al fondo de esa extraña sensación que se apoderó de su cuerpo, pero todavía no era el momento.
Respiró y trató de que sus mejillas no se miraran tan rojas. La emoción de ver a sus hermano ya no existía, solo quería respuestas a todo.
Con seguridad, caminó por el pasillo de su casa hasta quedar cara a cara con Charles. Estaba sumamente delgado, con el cabello sucio hasta los hombros y una barba de meses. Llevaba puesta una vieja armadura llena de óxido o de sangre, no pudo distinguir. Pero lo que sin duda la alarmó, fue la bolsa que traía entre las manos, era muy grande y con un olor que ya había percibido antes. Era el mismo olor del cuartito de su padre.
—Mocosa, mira cuánto creciste —dijo y se acercó a ella para abrazarla.
Poppy le correspondió, pero se separó al instante. Tenía miedo de que bajara Luther.
—Creí que habías muerto...
—Fuimos atacados en el camino por una bestia, el batallón se retrasó unos días pero ya estoy aquí, sano y salvo —rio—, ¿Y mamá? Pasé por el taller de papá pero estaba cerrado, los vecinos me vieron raro y decidí venir a casa.
Poppy no supo que responder y el pánico se apoderó de ella cuando Charles se fijó en las botas de Luther en una esquina.
—¿Y esos zapatos? ¿Papá está en casa?
Silencio. Ella era incapaz de decirle alguna mentira, no se le ocurría nada.
—Por Dios, di algo Poppy —Charles la vio con detenimiento hasta que se percató que ella tenía los labios muy rojos y una marca en el cuello.
Su reencuentro fue interrumpido por Luther, quien bajó con mucha tranquilidad hasta quedar al lado de la chica.
—Oh, debes ser el otro hijo de Susana.
—¿Quién es usted?
—Luther, un amigo y la persona que ahora cuida de Poppy.
Charles percibió el aura oscura del hombre y alejó a su hermana de él. Sin decir nada, dio media vuelta y arrastró a la chica hasta quedar un poco alejados de la casa.
—¿Me vas a explicar qué ocurre?
Poppy respiró y buscó valor, debía contarle todo a su hermano, solo así podría regresar con Luther.
Relató todo lo que había pasado, desde la captura de su padre, la enfermedad y muerte de su madre y todos los vecinos que el lobo había matado. Al terminar, Charles cayó de rodillas y se aferró al vestido de ella mientras sollozaba. Se maldijo una y otra vez por no estar en casa antes, pero entre tanto dolor y arrepentimiento, lanzó una pregunta que tomó por sorpresa a Poppy.
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Promesas De Un Traidor
FantasíaEn el convento Saint Ekavine, Janne vive recluida esperando su muerte, hasta que conoce a Josh y encuentra un motivo para pelear contra los espíritus que la atormentan desde que era niña. En Credoss, Poppy se acerca cada vez más a Lu, el nuevo pret...