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Mo Guan Shan entonces se cansó de caminar sólo por esos inmensos pasillos, estaba seguro que había vuelto a dar toda la vuelta, de sólo pensarlo lo invadía un sentimiento de enojo y frustración.

No había sido lo suficientemente listo como para recordar el camino o el número de su habitación. Podría haberse devuelto y preguntarle al imbécil del doctor del cual había escapado por dónde ir. Pero ahora tampoco sabía que puerta tomar para volver a esa oficina, no sabía por qué pero era un desastre para orientarse.

Respiro profundo, lo único que agradeció era que con todas las personas que se había topado ninguna de ellas parecía haberlo reconocido.

Aun así, Mo Guan Shan sentía que... se estaba ahogando, como si sus pensamientos y su ira lo estuvieran sofocando de a poco, como si no pudiera encontrar ninguna salida ni forma de escape de sus propios sentimientos. Solo se sentía atrapado en sus pensamientos y los sentimientos que tenía en ese momento. Era como si su mundo se estuviera cerrando a su alrededor, como si el peso de todos sus problemas lo estuviera aplastando.

"Mo... ¿Cómo te metiste en las drogas?"

La pregunta resonaba en su cabeza como alguna especie de eco, provocando un revuelo en su estómago, respiro profundo ante las arcadas.

¿Por qué se supo a la defensiva? Era normal que He Tian quisiera indagar en el tema. No veía nada malo en las palabras del pelinegro, tenía una mirada curiosa pero no era dañina, además tenía tacto para hablar pues realmente no parecía haberlo dicho de mala manera.

¿Entonces por qué?

No lo sabía, o no quería saberlo. No, simplemente no quería pensar en ello.

Respiro profundo, había una gran mancha oscura en sus recuerdos, y realmente prefería que siguiera así, de solo pensar en eso hacía que tuviera dolores inmensos de cabeza. Trató de componerse y seguir su camino hacia un destino incierto dentro de ese maldito hospital, lo único que agradecía era que mañana mismo se iba de ese puto lugar, seguiría con su vida con normalidad, realmente nadie podía obligarlo a hacer una mierda.

Pensó entonces en su madre. Y tuvo arcadas sólo con recordar el tono de reproche y el sollozo de esa mujer dando vueltas en su cabeza.

Dios, realmente sentía que se iba a morir.

Vio un elevador, presionó el botón esperando a que llegará a su piso, se estaba tardando mucho; en medio de la espera, la ansiedad e impaciencia lo dominó y prefirió irse por las escaleras.

"¿Arriba o abajo?" ¿Siquiera importaba? Rodó los ojos, "abajo" mentalizo mientras empezaba a bajar las escaleras, escucho voces aproximándose entonces Mo se arrepintió, no quería toparse con nadie, dio media vuelta dispuesto volver sobre sus pasos.

—¿Mo?

...

Volvió la vista a el cuadro abstracto en su pared, sin Mo ahí era fácil perderse en los colores y formas que poseía. Aún estaba pensativo, no había dicho nada malo pero Mo lo tomó como si hubiera dicho que iba a matar a su madre.

Era estúpido, su trabajo era buscar una solución a las dolencias de los pacientes que lo necesitaran, lo tenía claro, pero entonces ¿Por qué demonios buscaba agradar a Mo o tener un contacto más allá de lo debidamente necesario con él?

Era absurdo. ¿Quería llevárselo a la cama? ¿Era eso? ¿Tanto habían bajado sus estándares? "Un punk drogadicto que no parece tener encanto alguno" deliberó en su cabeza... realmente le hacía falta dormir un par de horas más y quizás un buen polvo.

"Para" se dijo a sí mismo, se recostó en su sillón. Simplemente sus ideas divagaban en una rabia ilógica, Mo estaba en su derecho de no responder preguntas, pero no había necesidad de ser grosero.

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