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Cuando por fin He Tian se despidió de sus internas por esa jornada laboral sintió que se quitó un peso de encima, saber que aún le quedaba al menos medio año para deshacerse de esas niñas y su internado solo le daban ganas de jubilarse joven.

Recogía sus cosas en su oficina con suma tranquilidad, su turno también había terminado, estaba deseoso de llegar a casa, calentar comida instantánea y quedarse viendo The Witcher hasta dormirse. Sonaba como un gran plan para su noche solitaria y cansada; todo iba de maravilla hasta que le informaron que al doctor que le correspondía el turno nocturno esa noche le había fallecido el padre hace apenas unas horas.

Y claramente eso no iba a frenar a He Tian de irse a su casa, Al diablo, gente muere y nace todos los días. No era su problema.

Pero las enfermeras de turno le suplicaron colgándose de sus brazos que se quedará con ellas por si sucedía cualquier percance por la noche, porqué según ellas "de noche no se sentían seguras". Lo cual era una idiotez. Pero aun así He Tian acepto quedarse en el turno nocturno con una sonrisa que realmente parecía más una mueca torcida.

Por alguna razón el turno nocturno era mucho más pesado que el diurno. Pero He Tian ya estaba hecho mierda llevaba al menos quince horas metido en el hospital. Sentía los dedos entumecidos del frío que tenía. Eran las once de la noche, tomaría un descanso de quince minutos fuera y luego volvería. Sí eso haría.

Terminaba de ajustar el oxígeno al señor mayor que tenía en observación por un derrame cerebral que estuvo atendiendo por los últimos cuarenta minutos. Una vez listo suspiro con fastidio y salió de la habitación, se bajó con la mano la mascarilla que para ese punto lo tenía sofocado.

No sabía si era por el cansancio que tenía encima o por su creciente apatía hacía todo, pero ya ni siquiera su trabajo parecía satisfacerlo, ¿Dónde había quedado su vocación? Se lo preguntaba mientras se lavaba el rostro en el lavabo del baño para personal.

Se miró en el espejo, no era infeliz pero tampoco lo contrario... Simplemente vivía su vida en piloto automático desde hace años.

Jian Yi le había recomendado muchas veces salir de la rutina, buscar más pasatiempos, viajar, dejar de buscar en las personas sólo satisfacer sus deseos carnales. Pero cambiar a sus treinta y dos años era difícil, y no es que fuera viejo, He Tian se consideraba bastante joven. Sólo que no sabía por dónde comenzar a cambiar.

Bajo la mirada hacia sus manos apoyadas en el borde del lavabo, más concretamente su mano derecha, observó el dorso de la misma, logrando ver aún la palabra "Red", la misma se había casi borrado en su totalidad, tanta agua y alcohol antiséptico que habían pasado por sus manos desde que había dejado al pelirrojo en su habitación hace horas.

Se preguntó entonces si el sujeto habría cenado algo. No podía asegurar nada, pero quizá no.

Entonces sus propias tripas sonaron recordándole que lo único que había comido hoy eran los sándwiches que comió con el mismo pelirrojo. Suspiro nuevamente y salió de los baños, quizás compraría unas sopas instantáneas en la tienda 24horas de la esquina y quizás si Mo Guan Shan tenía hambre podrían comer juntos.

"Es tarde" se recordó así mismo en sus pensamientos, miro su Rolex en su muñeca, marcaban las once pasadas las veinte. Dudo un poco, "Bueno, si está dormido puedo comerme las dos" se encogió de hombros.

Ya en la recepción se distrajo un rato conversando con la recepcionista de lindos ojos cafés, no recordaba haberla visto antes, lo tendría en mente para invitarla a otros asuntos más adelante.

Se fue del hospital luego de guardar su número como "recepcionista 4". No era que no recordara sus nombres, simplemente no les importaba; tenía a sus internas como "interna 1", "interna 2", "interna 3". Sus ligues del hospital no estaban mejor "residente castaño" "enfermera rubia", "enfermera pecosa" "enfermero ojos negros", etcétera, Jian Yi tenía la suerte de estar agendado como "tonto Yi" y bueno Zhan Zheng Xi sólo era "Zhan".

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