[Chapter 21]

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𝓚𝓘𝓜.
𝐏𝐚𝐫𝐭. 𝐈

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—¿Siempre es así? De algún modo su personalidad me recuerda a alguien

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—¿Siempre es así? De algún modo su personalidad me recuerda a alguien... —Musitó por lo bajo, pero lo suficientemente alto para que los demás escucharan.

El equipo había llegado a una aldea cercana a la cual habían ingresado para buscar información relevante sobre Naraku y los fragmentos, sin embargo, su búsqueda fue interrumpida porque Miroku fue engatusado por una chica, lo que provoco que se armara un gran escandalo, ya que la chica era hija del lider del pueblo y al ver las intensiones del monje con su hija, lo amenazo para que se casaran, no obstante, huyendo a sus responsabilidades, Miroku y todos tuvieron que salir rápido de aquel lugar mientras eran perseguidos por los guardias del jefe.

Ahora se encontraban seguros y muy lejos de aquel lugar como para ser encontrados, sin embargo, todos miraban mal al Monje por que actuar. A Hiroyuki de cierto modo la situación se le hizo nostálgica, ya que recordó a su antiguo maestro y el tiempo que paso con este fuera de la aldea... Vagamente se pregunto si Jiraiya había encarnado en este monje antes de descartarlo y no darle tantas vueltas al asunto, aunque si que se encontraba bastante divertido y más al ver como la exterminadora golpeaba a Miroku con su arma, reclamándole y regañándolo por ser tan pervertido.

—Definitivamente es una muy mala influencia para mi.

Hablo arriba del hombro de Hiroyuki. Desde que empezaron el viaje, el pequeño Kitsune se había apegado muy bien al mayor, ya que sentía cierta familiaridad y confianza con él, no podía explicarlo, pero sus instintos le decían que quería estar cerca del mayor, era algo así como idearlo como una figura familiar, lo cual resultaba bastante curioso ya que a parte de Hiroyuki, Shippo solo había sentido eso con Kagome e Inuyasha cuando los conoció.

—Por favor no llegues a copiar lo que este depravado hace. —Aconcejo mirando al menor y ganándose la mirada indignada de Miroku.

—No soy un depravado, soy un monje.

—Ajá. —Bufó el Inu—  ¿Hacía dónde nos dirigimos ahora? Por culpa de Miroku no podemos pensar en volver a esa aldea y buscar información.

—Ciertamente...

Apoyó mientras soltaba un suspiro y miraba todo a su alrededor, de algún modo el lugar le resultaba bastante familiar..

—¿Lo has olvidado? —La voz del Mayor llamo la atención del peli-rojo y de los demás— No estamos muy lejos del pueblo de Kim.

Ante sus palabras, el contrario abrio sus ojos con cierta sorpresa, ¡Kim! Por supuesto, estaba olvidando a su gran amigo, se reprocho mentalmente ante eso, no podía ser tan desconsiderado, Kim lo había ayudado mucho en el pasado y cuando apenas estaba empezando a reorganizar el reino del Este, fue por cierto tiempo su mano derecha hasta que decidió retirarse y formar su propia aldea alejado de los problemas.

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