Capítulo 12

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Dedicado a sparksofsummer ❤️

«Si simplemente me acuesto aquí,
¿Te acostarías conmigo y te olvidarías del mundo?»
Chasing Cars, Snow Patrol

Pacho

Una chica nos abrió la puerta y luego de darle la «contraseña», nos indicó que debíamos cruzar la cabina de teléfono que estaba al fondo de lo que parecía una tienda de antigüedades. 

—Está prohibido tomar fotos —nos dijo mientras Miko y yo caminábamos hasta la cabina—, si alguien de seguridad los ve tomando fotos o grabando, los sacarán de inmediato del club. Qué disfruten.

Entramos a la cabina y al fondo de esta había una puerta. Al abrirla, el sonido de la música nos sobresaltó. Cruzamos con rapidez y solo cuando estuvimos en el centro del salón, me di cuenta de que estaba tomando la mano de Miko mientras la guiaba a través del grupo de personas. Había sido un gesto instintivo y me sorprendió que en ningún momento ella apartara su mano. Así que yo tampoco lo hice.

Aquel club tenía varios ambientes, pero el primero, en el que nos encontrábamos, era el más movido de todos. Las luces estaban atenuadas, la barra era muy extensa, la pista de baile ya estaba encendida con decenas de personas bailando reguetón.

Me giré para mirar a Miko y la encontré moviendo la cabeza de un lado a otro, cantando una canción de Bad Bunny. Se veía radicalmente distinta a la Miko de remeras de Arctic Monkeys, pero igual de provocativa. Cuando su mirada se encontró con la mía, me guiñó un ojo y le devolví el gesto. No tenía idea de a qué jugábamos, pero no me quejaba.

—¡Hasta que al fin aparecen! —nos gritó Luis cuando nos acercamos a ellos. Levantó su trago y nos hizo señales como si no pudiéramos verlo.

Miko y yo nos soltamos de manos a la vez. Hasta en eso estuvimos en sintonía.

—¿Tan temprano y ya estás borracho? —le pregunté.

—No estoy borracho —se defendió.

—¿Quieres que te lleve a tatuarte en un rato? —le ofrecí, sabiendo que lo odiaría. De inmediato, mi amigo frunció el ceño y me sacó el dedo corazón.

—Su taxi tardó toda la vida —se quejó Nani a mi lado.

—Creo que se entretuvo con la conversación que Miko y yo estábamos teniendo.

—Iré por un trago —comentó Miko, tras hacernos una seña a Nani y a mí—. ¿Les busco algo?

—Vamos contigo. —Le sonrió mi amiga y me dio un codazo con disimulo.

A Miko pareció darle igual, y los tres nos dirigimos a la barra. Mientras esperábamos por nuestras bebidas, Miko sacó el celular de su cartera y, aunque no quise ser chismoso, no pude evitar leer la notificación en su pantalla. Además, no era mi culpa que tuviera la letra gigantesca; hasta un miope podría leer sus mensajes al otro lado del salón.

Ignacio S. te ha mandado un mensaje de voz 🎤

El rostro de Miko abandonó la sonrisa y frunció el ceño. Pensé que lo abriría, pero solo se quedó mirando la pantalla por más tiempo del usual. Del otro lado, Nani también lució curiosa.

El tal Ignacio le mandó dos nuevos mensajes de voz.

—¿Lo queremos o lo odiamos? —le preguntó Nani. Miko recordó que estábamos ahí y la miró sin entender—. Ya sabes, ese Ignacio que te está escribiendo. Si lo queremos, entonces ve su mensaje. Pero si lo odiamos porque te hizo algo, mándalo a la mierda. No abras su mensaje hasta mañana.

Resonantes © [Indie Gentes #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora