Capítulo 10, parte I

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Dedicado a AnaAlida9 ❤️

Me quedó muy largo y tuve que partirlo en 2. La segunda parte la narra nuestro flan de coco ❤️


«Doy vueltas y vueltas
Satélite
Dando vueltas, esperando a que me atraigas a ti
Puedo ver que estás sola ahí abajo
¿No ves que estoy justo aquí?»
Satellite, Harry Styles

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Juri

Aquella mañana era una de «esas».

De esas en las que me costaba levantarme de la cama, en las que mi primera acción era tomarme analgésicos sin que Miko notara mi sentido de urgencia, en las que vestirme era una tarea titánica, y en las que no me provocaba comer ni waffles. Y esos que los waffles eran mi desayuno favorito.

La peor parte de esos días era tener que sonreír frente a mi hermana y hacer como si no quisiera dejar de sentir todo mi cuerpo, para que ella no empezara a preocuparse o siguiera posponiendo su vida por intentar hacer algo por la mía.

—¿Pudiste dormir algo? —me preguntó mientras se vestía.

—Llegamos al hotel hace dos horas, no dormí nada —admití—. Solo bajaré a desayunar porque no pienso perderme la comida de un hotel cinco estrellas. ¿Qué harás hoy?

Haremos —corrigió—. Si no tienes energía para que vayamos a conocer la ciudad, puedo quedarme cont...

—Otra vez con lo mismo —refunfuñé, terminando de arreglarme—. Lo más probable es que tome una siesta larguísima. ¿Qué harás mientras tanto? ¿Quedarte encerrada en la habitación viendo televisión cuando estamos en otro país? No seas aburrida, Yumiko.

—No seas testaruda.

Estuvimos listas a la vez y caminamos en dirección a la puerta de la habitación. Al instante vimos a Hans con la mano lista para tocar la puerta, y un segundo después se sorprendió al vernos.

—Buenos días —lo saludó mi hermana, luego se mostró preocupada—. ¿Está todo bien?

—Sí —respondió él, volviendo a una serenidad casi apática—. Vengo a hacer una ronda, las haré todas las mañanas.

Las dos asentimos. Estaba familiarizada con las rondas de enfermería —y mi hermana también—. No pensé que Hans fuera a cumplir con algo similar durante el viaje, pero lo entendía.

—Si quieres me esperas en el restaurante y así nos encuentras una mesa —le dije a Miko—, no creo que tome mucho tiempo.

—Podría... —empezó mi hermana, y por suerte fue Hans quien la cortó.

—No creo que sea necesario. Serán quince minutos o menos.

Miko frunció los labios. Pensé que insistiría en quedarse, dado que a veces podía ser muy sobreprotectora; sin embargo, ya fuera por hambre, porque no le gustó que Hans la interrumpiera, o porque quizá querría ver a Indie Gentes durante el desayuno, cedió. Se despidió de forma breve y le echó una mirada suspicaz a Hans antes de retirarse.

Volví a adentrar en la habitación y mientras me sentaba en la cama con alivio, escuché a Hans decir:

—De nada.

Lo miré sin entenderlo. Él apoyó un bolso cerca de mí y se encogió de hombros.

—Sé cuándo alguien finge estar bien. Además, te ves exhausta. Tras observar cómo se comporta tu hermana contigo cuando estás cerca, asumí que necesitabas unos minutos para respirar y admitir que no te sientes bien.

Resonantes © [Indie Gentes #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora