- Papá...
- ¿Si, mi niña?
- ¿Me puedes contar tu historia de amor con mamá? - preguntó la adolescente de 14 años a su padre
- Claro - sonrió recostandose en su cama junto a sus dos hijas; Emily Jones de apenas 2 meses y Juliet Jones de 14 años. - Ven linda, abrázame - pidió el pelinegro, haciendo sonreír a su hija mayor
‐ Siempre papi ‐ respondió ella, abrazando a su padre
Bien - sonrió - Todo comenzó hace algunos años atrás...
Era un día frío como cualquier otro día en el pueblo de Riverdele, más específicamente en el lado Sur.
Allí me encontraba yo, un joven adolecente de apenas 16 años, bastante rebelde e inseguro.
Estaba algo ebrio luego de haber cumplido los retos que mis amigos de aquel entonces me habían asignado
- Jones! Jones! Jones! - gritaban aquellos chicos, y segundos después, ya había bebido el onceavo shot de vodka puro.
Honestamente yo ya no estaba en mis cinco sentidos, estaba desorientado, y la cabeza me daba mil vueltas...
Y por otro lado estaba ella... Una hermosa rubia, de ojos verdes, y una bella sonrisa
Ella era todo lo opuesto a mi, segura y responsable eran unas de las tantas características de aquella hermosa chica.
- Betty, ¿Cómo estás?
- Genial Cher, pero... ¿pasó algo? Digo, es raro que me llames a estas horas
- Como me conoces prima... te llamaba porque... estoy en bar de las serpientes, y estoy viendo al vagabundo con el que te juntas
- ¿Jughead? Pero si él siempre va allí, sabes que ahí se reúne con las serpientes, ¿Qué sería lo extraño?
- No se si extraño, pero puedo asegurarte que este chico esta todo menos cuerdo -
- ¿Acaso esta ebrio?-
- Exactamente -
- Ya voy para allá -
...
Tan solo unos minutos después, oí el bello sonido de su voz, aquella voz que tanto amaba escuchar, la cuál no paraba de nombrarme
- Jughead! Aquí estás - dijo ella con su voz angelical al encontrarme
- ¿Betty? ¿Qué demonios? ¿Qué haces aquí? - pregunté
- Ven conmigo - dijo ella estirando su mano hacia mi, mano que luego de unos segundos tomé -
Aquella noche ella se encargó de cuidarme, me dio agua para beber, una ducha, un plato de comida bien resuelto, y un colchón donde dormir, y sobre todo; un par de oídos para escucharme, y un hombro donde poder llorar
- Ya Juggie... llora -
- No puedo hacerlo -
- ¿Por qué?
