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- Princesa, ven con papi.- susurró el pelinegro, tomando en brazos a su niña, quien aún tenía sus ojos cristalizados.- ¿Qué tengo que hacer para que tu sonrisa vuelva otra vez, mi amor?
- Que vuelva mi hermanito, eso quiero.- susurró la niña de 5 años.
- Amor, sabes que no puedo traer a Jake, yo y mamá más que nadie sabemos lo que te duele que el ya no esté aqui, nosotros también lo queremos aquí otra vez, pero no podemos, mi niña.
- Mentira, el tiene que volver papi.- se negó la niña entre lágrimas.
- Sophie... Mi amor, el no va a volver, el ya esta mejor allí en el cielo con el abuelo.
- Lo quiero a Jake de vuelta.-sollozó la niña, escondiéndose en su cuello.
- No puedo hacer eso mi amor, sabes que si fuese por mi, lo haría, haría lo que fuera por traerlo de nuevo, pero no puedo.
La niña se aferró con fuerza a él, y lloró. Lloró durante un buen tiempo en el hombro de su papá, hasta que el cansancio la venció, y cayó profundamente dormida.
Jughead suspiró, besó su frente, y con cuidado la dejó sobre su cama. La arropó, dejando un último beso en su frente antes de salir de la habitación de su hija más pequeña.
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Jughead Jones y Betty Cooper eran un matrimonio más feliz, llevaban más de 10 años de haberse puestos de novios, y 8 años de casados.
Ambos se conocieron cuándo ambos tenían 10 años, y desde un primer momento, tuvieron una gran química, generando una hermosa amistad, casi al instante.
Cuando ambos tuvieron 15, sus sentí por el otro comenzaron a cambiar, logrando que un año más tarde, se pusieran de novios.
Años más tarde, cuando llegó su aniversario número 10 de novios, Jughead decidió dar un siguiente paso. Proponerle matrimonio a Betty.
Algo que luego un año más tarde, se concretó, y ambos se casaron.
Y tan solo un par de meses después de su boda, se enteraron que su familia se estaba comenzando a agrandar.
Y tan solo meses después, llegó su hijo, Jake Jones, quien a los meses de nacido, le detectaron un tumor en su cabeza.
Hicieron varios estudios, tratamientos, pero nada parecía funcionar.
2 años después llego su segunda hija, Sophie.
Esta era muy apegada a su hermano quien con todas sus fuerzas siempre trataba de abrazarla y llenarla de amor, hacerla reír y mimarla lo más que podía.
Pero cuando Jake cumplió sus 7 años, su tumor empeoró, logrando que meses después, dicho tumor se lleve su vida, dejando a la familia Jones con un inmenso dolor.
Ambos padres estaban destrozados, pero sin duda quien aún no lograba calmar su dolor, era su niña. Quien desde la partida de su hermano, ya no queria comer, no quería salir de su cuarto, ni hablar con nadie.
Pasaba gran parte del día llorando o simplemente durmiendo.
Y ambos adultos ya no sabían que hacer, estaban desesperados por no poder ver bien a su pequeña.
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- ¿Cómo la viste, Jug?
