>───⇌•:🌷: •⇋───<<
El ojiazul entró en su casa luego de haber tenido un día muy pesado en su empresa.
Quería ir a abrazar a su esposa, pero recordó que hace más de 3 semanas ni se besaban, mucho menos se abrazaban, ni siquiera para irse a dormir.
Últimamente se la pasaban discutiendo, se gritaban, y evitaban cruzarse en gran parte del día.
Pero a pesar de todo, aún vivían en la misma casa, más que nada por sus dos hijos, Oliver e Isabela Jones, de épocas 5 años, ya que no querían exponerlos a cambios tan grandes, aunque claramente no estaba siendo lo mejor para ellos.
>───⇌•:✨️: •⇋───<<
- Papi!- chilló el pequeño Oliver al ver a su padre.
- Hola campeón.- dijo tomándolo en brazos.- ¿Cómo te fue hoy en el jardín?- preguntó acariciando el cabello de su hijo.
- Eh...- murmuró rascando su nuca.
- ¿Qué pasa, Oli?
- Fui a detención papá...- susurró avergonzado.
- ¿Qué pasó?
- Es que había un niño que estaba molestando a Isa.- explicó.- Y yo la quise defender, le dije que no se meta con Isa, y el niño me pegó y yo me enojé y le pegue, y la maestra nos llevó a detención.- dijo.- Lo siento papi..
- Hijo... no está bien que resuelvas las cosas golpeando, pero entiendo que lo que hiciste fue en defensa de tu hermana, así que está bien, pero no debes golpear a nadie.- dijo.- Pero se que hay algo más que no me estás diciendo, ¿es así?
- Mhm...- suspiró.- es que... le conté sobre lo del niño ese a mamá... pero ella se enojó.- hizo un puchero y sus ojitos se cristalizaron.- Y...y me gritó.
- Ya bebé, no llores mi pequeño.- aseguró besando la frente de su hijo.- hablaré con ella luego, si?
- ¡No!- chilló, soltando algunas lágrimas.
- Hijo... tranquilo.- murmuró abrazando a su pequeño, mientras acariciaba su cabello.
Minutos después, el pelinegro más chico cayó profundamente dormido en brazos de su padre, por lo que este optó por llevarlo a su cuarto, lo dejo sobre su cama y luego salió de allí, para así irse a su habitación.
Pero al abrir la puerta de esto, algo pasó.
Su esposa o ex esposa, estaba a los gritos con su pequeña, quien lloraba en la cama.
- ¿Qué mierda, Betty?!- gritó el pelinegro.
- Tú no eres quien para opinar sobre mi forma de criar a mi hija.
- Te recuerdo que también es mi hija, Elizabeth.- respondió.- Cariño, ve a tu habitación.- ordenó dulcemente a su hija, quien solo asintió y luego salió de allí.
- ¿Cómo se te ocurre desautorizarme así frente a la niña?
- Lo hice porque no estas haciendo las cosas bien, Elizabeth, esa no es forma de tratar a tu hija!