ᴀꜰᴛᴇʀɢʟᴏᴡ ❘ ᴘɪᴇʀʀᴇ ɢᴀꜱʟʏ

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Pierre's Pov :

24 de diciembre 2021

Isla Santorini, Grecia.

- ¡He encontrado las luces, Pi! - Gritó Giselle emocionada. Su voz llevaba una carga de entusiasmo que era imposible de ignorar. No pude evitar reír mientras me acercaba, intrigado por lo que había descubierto.

Bajó lentamente una caja más grande que ella, que prácticamente le cubría la cara. Su expresión de alegría y expectación me hizo sonreír aún más. Giselle tenía un talento especial para contagiar su emoción a quienes la rodeaban.

Habíamos decidido pasar las fiestas en Santorini, una elección que Giselle había sugerido con tanta pasión que no pude resistirme. Ella estaba ansiosa por mostrarme una casa sobre la que me había hablado últimamente , una que había estado abandonada pero que, según ella, se había convertido en algo especial.

La Navidad con Giselle siempre tenía un toque especial. Su amor por las festividades y su entusiasmo por decorar la casa siempre me habían hecho sonreír, y había extrañado profundamente esa sensación durante el tiempo que estuvimos separados.

Esta vez, estábamos juntos en Santorini, rodeados de luces brillantes y el cálido espíritu navideño que Giselle irradiaba. Habíamos estado ocupados poniendo las luces en el árbol, con Gama correteando por el lugar con una esfera en el hocico, como si quisiera ayudar en la decoración también.

No pude evitar recordar los momentos en que vivíamos juntos y compartíamos estas pequeñas tradiciones.

Después de terminar con el árbol, nos sentamos en el suelo, rodeados de cojines y mantas, cada uno con una taza de chocolate caliente en la mano. Los regalos esperaban a ser abiertos, y el brillo de anticipación en los ojos de Giselle era contagioso.

Decidimos empezar con los regalos, y Giselle me entregó el primero. La emoción crecía mientras desenvolvía el papel de regalo y encontraba una caja de zapatos. Al abrirla, me encontré con un par de Yeezys.

- ¡Wow, Giselle, son geniales!-  exclamé, sonriendo ampliamente.

- Sabía que te gustarían, te conozco mejor que nadie - rió, claramente satisfecha con mi reacción.

Le entregué una pequeña caja envuelta con un lazo dorado. Sus ojos brillaban de curiosidad mientras la tomaba entre sus manos y comenzaba a desenvolverla cuidadosamente.

- ¿Llaves? - preguntó, visiblemente confundida por el inusual regalo. Asentí suavemente, sintiendo un nudo en la garganta mientras sostenía su mirada.

- Sí, son las llaves de nuestro antiguo departamento en Mónaco -  respondí, dejando que un suspiro escapara de mis labios. Sentía una mezcla de nerviosismo y esperanza, preguntándome cómo reaccionaría ante este gesto.

- Pero... pensé que habías vendido el departamento - Vi cómo sus ojos se cristalizaban, una sorpresa que parecía mezclarse con un toque de nostalgia.

Su comentario golpeó en lo profundo de mi pecho. Sí, había tomado esa decisión en un momento de vulnerabilidad, cuando creí que no tenía sentido mantener un lugar que había compartido con ella. Pero con el tiempo, la distancia y la reflexión, me di cuenta de que estaba equivocado. No podía dejar que esos recuerdos, esos momentos que habíamos vivido juntos, se desvanecieran por completo.

- Eso fue lo que pensé en un principio. Pero luego me di cuenta de que no podía permitir que esos recuerdos desaparecieran. Fue un lugar donde vivimos momentos especiales, donde construimos parte de nuestra historia juntos - Respiré profundamente.

- Pierre...- Un sollozo escapó de sus labios mientras se acercaba un paso hacia mí.

- Elle, vuelve conmigo a casa - La miré fijamente con  mi corazón latiendo con una mezcla de esperanza y temor.