Giselle's Pov :
02 de febrero 2022
Montecarlo, Mónaco.
Las primeras semanas del nuevo año se convirtieron en una etapa de cambios y emociones. Pierre y yo empezamos con la mudanza a nuestro antiguo hogar en Mónaco, el lugar donde compartimos tantos momentos especiales y que había sido testigo de nuestro amor desde hace tanto tiempo. La casa en Santorini, por otro lado, acordamos que la usaríamos para escapadas en verano y en ocasiones especiales junto a nuestra familia y amigos.
Hoy Pierre me sorprendió con un plan especial. Me sacó de la casa con la excusa de llevar a Gama a la playa, pero al llegar, me vendó los ojos con una sonrisa traviesa.
- Pierre ¿ya puedo quitarla? - pregunte por quinta vez.
- Solo un poco más, quédate aquí - dijo entre risas.
Con los ojos cubiertos por la venda, podía sentir mi curiosidad creciendo. Escuché sus pasos alejándose por un momento y después, con su voz cerca, me dijo que podía quitarme la venda. Lentamente levanté la venda y mis ojos se abrieron ante una escena que me dejó sin palabras.
Frente a mí, en la playa, había un corazón formado por miles de rosas, con velas brillando a su alrededor. Un violinista estaba tocando una melodía suave y romántica que llenaba el aire. Pierre me sonreía, esperando mi reacción.
Mis ojos se llenaron de asombro y emoción. No podía creer el hermoso gesto que había preparado. Me acerqué al corazón de rosas, dejando que mis dedos rozaran su suave pétalos. Era como un sueño hecho realidad.
Dentro del corazón, había mantas extendidas en la arena y una cesta con nuestra comida favorita. Pierre me tomó de la mano y nos sentamos en el centro del corazón, rodeados por el aroma de las rosas y la música del violín.
- ¿Qué te parece? - preguntó con una sonrisa radiante.
- Es simplemente perfecto, Pierre. No puedo creer que hayas hecho todo esto - No pude evitar abrazarlo con cariño y emoción.
Mientras el atardecer pintaba el cielo con tonos dorados y rosados, disfrutábamos de un buen vino y algunos aperitivos que había traído en la cesta. Cada momento con Pierre se sentía como un regalo, y este día en particular ya había sido más especial de lo que nunca podría haber imaginado.
Entonces, como en un sueño, lo vi arrodillarse frente a mí. Mi aliento se detuvo y mis ojos se abrieron con asombro. No podía creer lo que estaba sucediendo. Ante mis ojos, Pierre sacó un pequeño estuche y lo abrió revelando un hermoso anillo.
Mis manos cubrieron mi boca, el asombro y la emoción llenándome por completo. Pierre me miraba con una intensidad que irradiaba amor y vulnerabilidad.
- Desde que éramos pequeños, siempre has sido mi amiga más cercana y mi confidente. A los quince años, me di cuenta de que estaba completamente enamorado de ti - comenzó a hablar con una voz suave pero llena de convicción - Y cuando finalmente tuve el valor de confesarte mis sentimientos, y tú correspondiste, fue el mejor momento de mi vida -
Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras lo escuchaba. Recordaba ese momento en que nuestros corazones se unieron de manera tan especial.
- Cada día a tu lado es un regalo. Me haces sentir como el hombre más afortunado del mundo. Pero también sé que cometí errores en el pasado, momentos en los que estuve ciego ante lo que realmente importaba. La idea de perderte me destrozaba, porque no existe otra mujer con la que pueda imaginar pasar el resto de mis días - continuó, su mirada nunca dejando la mía.
Tomó una pausa, su mano sosteniendo el anillo temblando ligeramente.
- Ahora tengo la oportunidad de enmendar esos errores, de recuperar lo que alguna vez dejé ir. Aquí, en esta misma playa donde hace unos años te traje para ver el atardecer, quiero hacerte una pregunta, Giselle -
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ᴀꜰᴛᴇʀɢʟᴏᴡ ❘ ᴘɪᴇʀʀᴇ ɢᴀꜱʟʏ
Fanfictionᴛᴇʟʟ ᴍᴇ ᴛʜᴀᴛ ɪ'ᴍ ᴀʟʟ ʏᴏᴜ ᴡᴀɴᴛ ᴇᴠᴇɴ ᴡʜᴇɴ ɪ ʙʀᴇᴀᴋ ʏᴏᴜʀ ʜᴇᴀʀᴛ