Capitulo XI. "Arrepentimientos"

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Estaba sentada viendo vídeos en mi teléfono mientras esperaba que Becky estuviera lista para irnos, apenas iban a ser las 7:30 así que no teníamos prisa.

La puerta de mi habitación se abrió y escuché como cayó y rodó un lapiz labial junto al sofá. Me levanté del sofá y de inmediato me agaché para recogerlo, mientras estaba de rodillas en el piso un aroma delicioso y envolvente atrapó mi nariz y empecé a elevar mi mirada, miré unos botines negros de tacón, seguidos por unas largas y delgadas piernas, vestidas únicamente con una miniflada de mezclilla negra desgastada, un abdomen desnudo y contorneado con un top negro y una camisa oversize negra tipo piel encima con un pequeño bolso Chanel al hombro. Su cabello hacia la espalda, un labial rojo intenso y un delineado negro delgado que alargaba su mirada, se miraba tan sexy, tan atractiva, tan hermosa, tan... Irresistible.

1. No recuerdo qué estoy haciendo de rodillas en el piso
2. Estoy frente a Becky viéndola como idiota desde hace no sé cuánto tiempo.
3. No me interesa, podría continuar así para siempre.

-Cierra la boca, puede entrar algún bicho- Becky acarició mi rostro hasta mi mentón para cerrar mi boca, quién lo diría, tenía la boca abierta. Me puse de pie lo más rápido que pude. No quiero parecer idiota pero no creo que pueda evitarlo, ¿De verdad espera que pase así toda la noche?
-Ehm, ah, Becky...- se sentía tan extraño llamarla Becky, es decir, es su nombre, pero Becky es dulce, tengo una imágen dulce, tierna e inocente de ella en mi mente, este look choca totalmente con lo que pienso.
-Ahm, eh, Rebecky- ¿REBECKY? -ehm, perdón es que... luces increíble...- se me fue el aliento -creo que deberíamos irnos ya ¿Está bien? Heng dijo que pasaría por nosotras y ahh...- ¿Qué estaba diciendo? -Deberiamos salir- Becky se acercó lentamente sin quitarme la mirada, mis nervios fueron de 100 a 1000 en un segundo.
-¿Quieres salir conmigo?- me preguntó alzando su ceja, oh rayos.
-Ehm sí, sí, o sea, salir del departamento, es que... Seguro Heng ya está afuera, a eso me refiero- idiota Sarocha.
-Oh, claro, vamos- me respondió de una forma tierna, no entiendo cómo sobreviviré la noche.

No pude evitar ver cada detalle de Becky, era la primera vez que sentía esta extraña sensación recorrer mi cuerpo, como si tuviera que estar cerca, estar sintiéndola. Abrí la puerta de atrás del carro de Heng y sostuve su mano mientras ella entraba al carro, demonios no quería soltarla.

-WOW, pero que guapa te miras Becky, abran paso a la anfitriona hahaha- Heng la miró de reojo y después a mí, yo me miraba muy linda me puse ese vestido negro que no me había animado a usar y planché mi cabello para llevarlo hacia un lado.
-¿Te bañaste, Freensita?- dijo con ironía.
-Claro ya tenía dos semanas sin una ducha, ya era necesario- los tres nos reímos y Heng arrancó el auto.

Yo sentada junto a él moví discretamente todos los espejos de forma que me fuera posible continuar mirando a Becky.

Al estar cerca de su casa pudimos percibir unas luces que iban desde el piso hasta el cielo y  se movían de un lado a otro y la fuerte música fue cada vez más evidente
-Becky...- Becky no hizo caso, estaba muy ocupada viendo por la ventana entre más nos acercamos a su casa.
-Ay no... Ay no... AY NO, ESO ES EN MI CASA- dijo Becky con preocupación, al llegar a su calle había varios carros estacionados alrededor y un chico con una linterna nos señaló un lugar que estaba apartado exclusivo para Heng
-Oh vaya, ¿También contrataste valet parking?- bromeó Heng, cuando el chico de la linterna se acercó a su ventana.
-Usted debe ser Heng Asavarid, ¿cierto?- le preguntó el chico mientras yo miraba la cara aterrada de Becky -Así es, buen hombre, ese soy yo- dijo fingiendo elegancia a lo que no pude evitar reír.
-Me dijo la señorita Orntara que les apartara este lugar junto a la entrada, yo voy a estar cuidando todos los autos no se preocupe, disfruten la fiesta- Heng se estacionó y bajamos del auto.
Becky tenía miedo de entrar a su casa de sólo ver a lo lejos todo lo que estaba ocurriendo. Abrimos la puerta de su patio para entrar y todos quedamos boquiabierta.

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