Capitulo XVIII. "Insensatez"

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Llegué a casa, estacioné el auto en la entrada, abrí la puerta con sigilo, seguramente mamá seguía dormida ya que trabajó el turno nocturno.
Tal como pensé, me asomé a la habitación y ella estaba dormida, así que le dejé seguir descansando.

Me recosté boca abajo en mi cama, mientras abracé la almohada como fue posible, no quiero ocultarlo, no he dejado de pensar en Becky, en el increíble momento que tuvimos esta mañana, la forma en que me besó, con tanta intensidad y deseo, enloqueció todo dentro mí. Puedo sentir esa sonrisa formarse en mis labios mientras lo recuerdo todo, me gusta, es el efecto BecBec.

Mis ojos comenzaban a cerrarse, pero mi mente seguía trabajando a mil por hora, mi cuerpo estaba exhausto pero no quería dormir, quería pensar en ella. Pasé mi mano por mi rostro, tratando de recordar su tacto, no quería irme, no quería dejarla esta mañana, quería pasar todo el día con mis brazos aferrados a ella, envuelta por su aroma, sintiendo lo suave de su piel... Pero no puedo, no quiero hacerle esto. No me quiero ilusionar, no quiero lastimarla y no quiero pensar en cosas imposibles.
...

-Hija, despierta, has dormido todo el día ¿No piensas comer algo?- me preguntó mamá dándome pequeñas palmadas en la espalda.
Me sentía un poco desorientada pero poco a poco empecé a levantarme.
-Hola mamá- le sonreí con cabello sobre mi rostro. -Luces cansada- dijo apartando mi cabello -Anda, ven a comer- me reincorporé y caminé hacia la cocina para ver lo que mamá había preparado pad thai, olía tan delicioso.

No lo había pensado, pero hacía ya varios días que no probaba comida de mamá, era raro cuando estábamos en casa al mismo tiempo y la echaba bastante de menos.

Ella estaba sentada en una de las sillas de nuestro pequeño comedor, me acerqué por detrás y la abracé -Mi niña hermosa- escuché que dijo mamá.
-Te extraño mucho- dije sin soltarla, ella me abrazó ligeramente con el brazo que me alcanzaba.
-También yo a ti mi niña, ven, siéntate, ya está servido- la solté lentamente, no quería hacerlo pero moría de hambre, ni siquiera me había dado cuenta. -¿Y bien?- preguntó mamá sonriendo mientras yo tenía mis mejillas repletas de comida.
-¿Mmh?- apenas pude emitir sonido.
-¿Algo que me quieras platicar?- terminé de masticar pensando en todo lo que quería contarle.
-Bueno, hay muchas cosas, ¿y si empiezas tú?- mamá asintió y comenzó a hablar.
-En el trabajo me topé a la señora Thakur, me contó que Sao está de nuevo en Bangkok, deberías mandarle mensaje, hace mucho que Sao no viene a la casa, podría preparar su cena favorita- de repente un extraño dolor empezó a recorrer mi cuerpo, empezando por la punta de mis dedos llegando hasta mis hombros, subiendo por mi cuello y punzando en mi cabeza.
Tenía meses que no sentía esto.
-Hija, ¿estás bien? ¿Freen?- traté de flexionar mi mano, era una sensación horrible y mi corazón empezó a latir demasiado rápido, como si alguien me estuviera persiguiendo.
-Estoy... estoy bien, mamá- no quise preocuparla o no estaría tranquila hasta llevarme al hospital o algo así.

Traté de disimular lo mejor que pude, mamá sólo se limitaba a observarme, tratando de platicarme con naturalidad cómo habían ido sus días. El solo hecho de escucharla nombrar a Sao me revolvió el estómago y me disparó la ansiedad,me desconcentré, mi mente quedó en blanco, no me interesa saber nada de Sao, mamá piensa que sólo hubo una amistad, cuando en realidad tuvimos una relación, después me fui en picada, y cuando todo terminó, me aislé y ocurrió este distanciamiento con Sao. A mamá no le agradaba mucho, pero siempre le trataba cordialmente por mí, porque sabe que a mí me importaba. Nunca me atreví a decirle la verdad de Sao, no le veía el caso.

Terminamos de comer y fui a mi habitación a buscar mi celular, no había hablado con Becky por quedarme dormida, quería hablarle, necesitaba escucharla, en cuanto lo desbloqueé me apareció una notificación de una nueva publicación de Becky.

Close To YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora