Capitulo XXI. "No vas a huir de mí"

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-Casi no has probado bocado, ¿te sientes muy mal? ¿Duele mucho?-
-No, es sólo que, me distraes- solté, inevitablemente Freen se sonrojó, no pronunció palabra, sólo sostenía nerviosa la pequeña mesa donde estaba el desayuno.
-¿No dirás nada?- Freen tragó en seco y me respondió.
-¿Te gustó el desayuno?- preguntó nerviosa, podía oír su voz que luchaba por no desafinar.
-Me gustó, pero...-
Freen me miró atenta esperando mi respuesta, yo estaba perdida viendo sus labios. No pude evitar morder mi labio inferior, cuando miré como de nuevo Freen tragó en seco.
-Pero...-
Necesitaba saber qué había ocurrido con Freen anoche, ¿por qué estaba aquí?
-Aún duele mi cabeza-
Freen movió la pequeña mesa y la coloco en el piso de la habitación, acomodó suave la almohada para que me recostara.
-Tendrás que esperar un tiempo para que la pastilla haga lo suyo- dijo acomodando mi cabello sobre la almohada y poniéndose de pie. Rápidamente, antes de que Freen se alejara la sostuve por la muñeca.
-Quédate conmigo, recuestate-
Podía ver el color subir por las mejillas de Freen.
-Por favor- insistí -quiero que te recuestes junto a mí-
Freen no pronunció palabra, sólo se recostó a mi lado, sobre su brazo izquierdo, mirándome de frente, completamente nerviosa mientras podía sentir como mi piel se erizaba sólo por tenerla cerca. Maldita sea, tan cerca.

-P'Freen, me gustas demasiado- solté sin siquiera pensarlo, pero es que era inevitable quedarme callada con semejante belleza a mi espectativa.
Sus hermosas cejas se alzaron, la tomé por sorpresa, empezó a titubear y le interrumpí. -Por favor, ¿Me puedes decir cómo es que llegaste aquí anoche?- la duda estaba matándome, pero creo que ella más.
-Bueno, yo vine a verte porque no respondiste mi llamada y me preocupé- Freen no sabía mentir.
-Seguro...- puse los ojos en blanco.
Freen soltó un suspiro
-Yo, agh...- Freen no se miraba nada convencida de querer decirme qué había ocurrido, pero ya no tenía marcha atrás.
-Miré que estabas con tu nov... con la rubia y, bueno, ella no tiene muy buen antecedente, me incomodé y quise hablarte pero no tenía respuesta, así que me preocupé y vine a buscarte-
-Te preocupaste... ¿Qué te preocupó?-
-Que estuvieras con ella- no entiendo lo que está ocurriendo conmigo pero sus palabras me están enloqueciendo.

-¿Por qué?- Freen volteó su rostro para desviar la mirada, a lo que la tomé del mentón para hacerla voltear de vuelta a mí. No vas a huir de mí, Sarocha.
-Dije ¿Por qué?- ella se congeló. Miré como su respiración se empezaba a agitar, su pecho subía y a bajaba con mayor velocidad.
-Sentí celos- no le dije nada, sólo mantuve mi mirada fija mientras sostenía su mentón. -No lo entiendo, sólo sentí celos y tuve que venir, el sólo hecho de pensar... mmmh- Freen soltó un suspiro de frustración y trató de voltear de nuevo la cara, pero se lo impedí sosteniendola aún con más fuerza.
-¿De pensar qué?- Mis ojos se fueron directo a sus labios, no podía soportar un maldito segundo más.
-De pensar en la rubia besándote de nuevo, me molesta-
-¿Ah sí?- me estaba comportando muy insolente, creo que Freen celosa se está convirtiendo en mi debilidad y necesito más de eso. -¿Tanto te molesta que tuviste que venir hasta acá en la madrugada?
-Sí- respondió a secas. ¿Acaso estoy loca o por qué es tan atractiva cuando está así?
-¿Y qué tiene de malo que alguien más me bese?-

No debí preguntar eso.

-¿Qué tiene de malo? No quiero que nadie más lo haga, Rebecca- que delicioso dice mi nombre.
-¿Nadie más?-
-Sólo yo-

Entonces ya no soporté más y con la misma fuerza con que la estuve deteniendo jalé su rostro hacia mi. En cuanto sentí sus labios sobre los míos mi hambre se hizo aún más presente, podía sentir la desesperación, el impulso, las ganas.
La mano derecha de Freen se fue directo a mi cintura, jalándome hacia ella, mis manos tenían su rostro acorralado, impidiéndole alejarse, si es que en algún momento lo intentaba.

-No dejes de besarme- pronunciaba en los fugaces momentos donde tomábamos aire. -Bésame, sólo tú- De pronto pude sentir la mano de Freen en mi cintura, pero esta vez por debajo de mi camiseta, no sé que hice para merecer esto pero en definitiva quiero un poco más.

Podía sentir como Freen estaba desesperada, mientras yo jugueteaba mordiendo suavemente su labio inferior, de pronto, em medio de un profundo beso pude sentir su lengua, pidiendo permiso para entrar en mi boca, ¿Cómo decirle que es más que bienvenida?

Estábamos enfrascadas en un juego de poder, en un beso hambriento, donde Freen apretaba mi cintura haciéndome sentir que ella tenía el control. Pero no lo iba a permitir.

En un movimiento rápido y al parecer bastante provocativo, me coloqué encima de Freen, con mis rodillas a ambos lados de su abdomen, ambas de sus manos en mi cadera y ambas de mis manos en su cuello. Ahora ella estaba a mi merced.

Podía sentir como las uñas de Freen se encajaban en mi cadera por lo fuerte que me sostenía, me jalaba hacia ella y me besaba con más intensidad, mientras poco a poco sus manos comenzaron a subir por mi cadera hasta mi cintura, por debajo de mi blusa.
-¿Quieres quitarla?- le pregunté mordiendo mi labio, ella me miró expectante, con su mirada me pedía permiso, se cuestionaba si realmente mi pregunta era una invitación.
-¿Qué te detiene?-
Freen comenzo a acariciar mi espalda debajo de la blusa mientras empezó a levantarla de la manera más jodidamente lenta posible.

Mientras estaba en el suelo de la habitación tratando de  recomponerme lo más rápido posible, una Freen pálida y probablemente sin pulso se había quedado congelada sentada en la cama.
-¡Ya voy, ya voy!- le respondí a mi papá quién con los dos golpes más fuertes que he escuchado sobre una puerta asustó lo bastante a Freen para que ésta me empujara fuera de la cama antes de poder sacarme la blusa.

La entiendo, yo hubiera reaccionado igual o peor si hubiera estado debajo de Freen y alguien tocara así a la puerta.

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