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Estacione mi coche frente a la cafetería de Mariana, me apresure a salir para poder estar antes de que cierre y no hacerlo esperar, le envié un mensaje avisando que estaba afuera.

Tenía algunos pendientes todavía pero prefería llegar mañana más temprano al trabajo. Mire a la entrada observando como Mariana cerraba la puerta de la cafetería yo aproveche para mirar tenía puesto una sudadera junto a una bufanda estos días la temperatura bajo entendía por que estaba tan abrigado.

Deje de mirarlo y salí para poder ayudarlo con las bolsas qué tenía por qué no podía cerrar.

— ¿Quieres que te ayude? — Mariana me miró algo asustado. — Lo siento...—

— No te preocupes, ten toma las bolsas. — Agarre las bolsas qué tenía y Mariana comenzó a cerrar las puertas. — Pensé que llegarías más tarde por tu trabajo.

— Es que tenía que resolver algo pero ya todo se resolvió rápido. — Caminamos hasta mi coche, abrí la cajuela para meter todas las bolsas en el interior.

— Está abierto, entra. — Mariana entró al coche y yo cerré la cajuela para después entrar al coche. —¿A dónde te gustaría ir? — Encendí el coche y mire a Mariana se veía algo pálido.

— No sé.. — Me acerqué a él y coloque mi mano en su frente tratando de comprobar si su temperatura corporal era alta. — Es que me he sentido mareado todo el día, se que hoy hablamos pero... — Mariana se recostó, cerrando los ojos.

— Lo mejor será que descanses, te llevaré a tu casa. ¿Dónde vives? — El omega seguía en su propio mundo, se veía demasiado mal. Me estiré hasta alcanzar el interruptor para bajar la ventana y que entrará un poco de aire, Mariana seguía sin hablar. — Lo mejor será ir a mi casa antes y hablaré con el médico. —

Maneje de forma tranquila tratando de no empeorar la situación, metí el coche en el garaje y al mirar al lado me di cuenta que Mariana se quedó dormido.
Baje del coche y abrí la puerta del lado del copiloto, carguen con el mayor cuidado al omega.

Camine con él en mis brazos hasta entrar a mi casa donde me dirigí a la habitación para dejarlo acostado, saque mi celular enviándole mensajes al médico tratando de saber como solucionar esto.

Sabía que era tarde y cabía la posibilidad de que no me contestara pero no sabía a quién más pedir ayuda, tal vez podría llamar a mi madre.

Para no comenzar a tener algún pensamiento negativo preferí enfocar mi mente en que Mariana estuviera cómoda, le quite los tenis con cuidado tratando de no despertarlo también le quité la bufanda y preferí taparlo con una manta, su temperatura era baja.

Fui por una silla para sentarme a su lado, me llegó un mensaje del médico sugiriendo qué me acostara al lado de Mariana y dejara salir mis feromonas qué lo harían sentir mejor ya que era normal en los primeros meses tener náuseas.

Me acosté a su lado, lo atraje hacia mí pasando mi brazo por debajo de su cabeza y sin perder tiempo solté mis feromonas con cuidado tampoco quería que fuera muy fuerte él tenía que acostumbrarse.

Mariana se comenzó a mover aferrándose a mi, siendo atraída por las feromonas qué solté.

— Espero que esto te ayude a ti y a mi bebé. — Susurre en su oído, mi mano fue a su mejilla dando caricias.

A pesar de que tenía mucho sueño no cerré los ojos quería estar atento a la reacción de Mariana, su temperatura cada vez se estabiliza haciendo que me tranquilizara un poco más.

Sus ojos se abrieron. — ¿Te sientes mejor? — Fue lo primero que pregunté, él asintió y se aferró más a mi.

— Hueles muy bien. —

— Gracias, pero me gustaría que me contestaras. — Me sentí avergonzado con lo que me dijo.

— Estoy mejor ahora. — Se veía tan tranquilo, eso me alegraba poder lograr que se sintiera mejor.

— Hablé con el médico y me dijo que esto era lo mejor para los dos. — Hable dando algunas caricias en su estómago sobre la ropa. El omega qué estaba entre mis brazos se comenzó a acomodar quedado sobre mi pecho. — ¿Todos los días has tenido estos síntomas? —

— Si, todos los días me he sentido realmente mal pero hoy fueron más intensos. —

— Se que no nos conoces muy bien y nuestra relación no es la mejor pero cada vez que lo pienso sé que lo mejor es que vivamos juntos. Es lo mejor para el bebé... —

Esperé a que él pudiera hablar se que no era el mejor momento por que el apenas se recuperaba.

— Es que... se que puedes tener razón pero... —

— Creo que es evidente que me atraes y tengo claro que tu no te sientes de la misma forma pero no por esto te mantengas alejado de mi quiero hacer por nuestro bebé. No quiero que tu la pases mal en el embarazo, yo estoy aquí para ayudarte en lo que necesites. — Seguí pasando mi mano por su abdomen notando qué se sentía una pequeña montaña demostrando que el bebé cada vez era más grande. — Quiero cuidarte, si vives aquí te ayudaré en lo que necesites, ahora mismo he estado ocupado por eso pero cuando termine mi atención será tuya y de el bebé. —

— No estoy seguro, tengo que ordenar algunas cosas y quiero pensarlo yo también quiero lo mejor para mi bebé. —

— Lo mejor es que sigas durmiendo, no quiero que te apresures a tomar una decisión. —

— Gracias por cuidarme. — Mariana se acercó a mí para darme un beso en la mejilla.

— Te daré una pijama, espera aún no te duermas. — Me levanté alejándome de Mariana, me sentí vacío al estar lejos de él, rápidamente deje de pensar en ese sentimiento y fui a mi armario tomando ropa. — Ten, yo me iré a cambiar al baño. —

Fui al baño a cambiarme, mi estómago gruñó por el hambre, había esperado a cenar con Mariana pero por lo ocurrido no pudo ser.
Salí del baño asegurándome qué el omega estuviera vestido, fui por mi celular dándome cuenta que ya casi era media noche.

— ¿Quieres algo de cenar? tengo demasiada hambre, algo que quieras. —

— Yo creo que estaré bien con algo de yogur con fruta. —

— Te lo traeré aquí, no quiero que te vayas a marear de nuevo. Puedes poner en la televisión lo que tu quieras en este mueble está el control.— Señale el mueble al lado de mi cama.

Caminé a la cocina, preparé un bowl con yogurt y fruta picada, también preparé una taza de té. Lo lleve todo y me encontré con Mariana a sentado buscando alguna película.

—¿Tienes una preferencia en cuanto a películas? — Pregunto, deje todo sobre la cama para comenzar a comer.

— Puedes poner lo que quieras. —

Recargue mi espalda en el respaldo de la cama, comencé a comer aliviando el hambre que tenía. Mariana puso una serie y se acercó a mí. — Oye podría sentarme cerca de ti... — Habló con timidez. — Es que tu cercanía me hace sentir mejor. —

— Si, ven te voy a abrazar. — Extendí mi brazo para que él se acercará, Mariana recargo su cabeza en mi hombro.

Instant FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora