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Seguía acostado en la cama mientras acariciaba de vez en cuando mi abdomen, todavía no podía creer que un pequeño estaba creciendo ahí.

Todo me tomó de sorpresa, desde que hace unos años creí que el padre de mis futuros hijos sería Foolish, yo lo conocía desde el primer año de universidad. Creamos una buena amistad desde el minuto uno y siempre me he cuidado , con el tiempo comencé a tener sentimientos por él.

Sabía qué eso no era algo mutuo y a pesar de tener claro eso le declare mis sentimientos siendo rechazado de una forma gentil. Era claro que Foolish nunca me trataría mal, pero me sentía triste.

Lo bueno es que pudimos seguir con nuestra amistad y yo tuve que ver como seguía saliendo con diferentes personas. Después de la universidad comencé a manejar una pequeña cafetería y Foolish fue el primero en confiar en mí, creo que saliendo de la escuela cambiarían sus sentimientos pero todo fue igual.

Después de saber que él estaba en una relación formal con un omega decidí tratar de borrarlo por completo pero nada dio resultado.

Salía cada fin de semana tratando de despejar mi mente, muy pocas veces conocía algún chico que llamara mi atención o con el que bailará así que solo iba a beber.

Un viernes por la noche mi amigo Roier me invitó a un bar y ahí fue la primera vez que vi a Slime, me atrajo físicamente desde el primer cruce de miradas que nos dimos, el se acercó con una sonrisa deslumbrante y esa actitud coqueta cuando se acercó a hablarme.

Bailamos toda la noche, no recordaba pasársela tan bien en una fiesta y más en compañía de un completo desconocido. Y esa increíble noche acabó en la habitación de un hotel, Slime me hizo sentir muy bien, no era mi primer experiencia sexual pero sí la qué más había gozado.

Hubiera estado dispuesto a volver a repetir esa experiencia pero un día después Foolish me dijo que había terminado con su pareja y las esperanzas volvieron a mi, así que trate de hacer más evidentes mis sentimientos.

Pero todo eso se fue a la botada cuando empecé a sufrir de mareos constantemente y eso fue aumentando mientras pasaban las semana ahora a provocar qué vomitara comenzando a sentirme fatigado. Decidí ir al médico para saber por qué me sentía tan mal.

Fue cuando me dieron la noticia que tenía 13 semanas de embarazo, fue una gran sorpresa porque con Slime nos protegimos y a parte de todo eso yo no lo conocía. No podía ir y hacerlo saber sobre mi situación, pero fue ahí de nuevo cuando apareció Foolish no quería que se entere de lo que pasaba así que lo oculté.

Hoy Foolish me mandó un mensaje para saber en donde estaba pero le mentí diciendo que me quede en casa a descansar.

Los síntomas del embarazo eran terribles y a veces no podía salir ni de mi cama, hasta que un día entró a la cafetería ese chico de ojos color verde jade y no sabía cómo decir o abordar el tema.

Cuando Slime me confesó que tenía sueños y pesadillas recurrentes sobre mi yo me sentí identificado por que muchas noches me levantaba casi rogando poder estar con él. Pero me molestaba lo egocéntrico qué era o la vocación donde se burló por mi atracción hacia Foolish, no sabía que podía ser tan evidente.

Estar cerca de él provoca algo en mi pero no quería que fuera así, yo quiero que mi alfa sea Foolish por eso me negaba a que el tratara de entrar a mi vida. Sabía que necesitaba a Slime para sobrellevar mucho mejor mi embarazo.

Ahora la idea de vivir con él era lo peor para mi, cada vez sentía más atracción a Slime, comenzaba a sentirme cada vez más tranquilo a su alrededor, me sentía seguro estando con él y sus feromonas haciendo que mi cuerpo se sintiera relajado.

Para dejar una línea marcada en nuestra relación le deje claro que esta relación era solo por el bebé, pero cuando me beso esa noche junto a su coche me quedé con ganas de más.

Borre esos pensamientos cuando escuchó la puerta abrirse anunciando qué Slime había llegado, miré la hora y ya pasaban de las ocho de las seis de la tarde.

Salí en busca de Slime, en la mañana que me quede solo decidí explorar la casa, recordaba un poco el camino pero también me guíe por los pasos de alfa. Lo encontré en la cocina, traía cargando bolsas qué tenían el logo de varias marcas de restaurantes. — Hola... — Lo saludo, tomando asiento en la barra de la cocina.

— Te traje comida, no sabía qué es lo que te gusta así que compre de todo, elige. —

— Gracias, ¿cómo te fue en el trabajo?— Acerque las bolsas para ver qué era lo que traía cada una.

—Estuvo bien, hoy iré a acostarme pronto espero no te moleste. — Encontré una bolsa con dos hamburguesas y papas fritas, agarré una papa para llevarla a mi boca.

—No te preocupes por mí, es tu casa... —

—Tu eres mi invitado y quiero que estés cómodo. ¿Saliste?—

—No, iba a ir por ropa pero aún me siento débil, tome esto espero no te moleste. — Señale la playera negra lisa y unos pantalones que me quedaban anchos, su ropa me mantuvo tranquilo todo el día haciendo que no tuviera ningún síntoma porque tenía sus feromonas impregnadas haciéndolas cálidas.

—Mañana te puedo acompañar, iremos en el coche para lo que necesites. —

—¿Quieres? — Le pase la bolsa de hamburguesas y le di una mordida a mi hamburguesa. —Debes de estar hambriento. —

— Si, tomaré una, quieres ir a la sala a comer. — Yo asentí.

— Ve a poner alguna serie o algo quiero cambiarme para estar mucho más cómodo. —

Camino al cuarto pero a mitad del camino se dio media vuelta acercándose a mí y sin decirme nada tomándome por sorpresa me abrazó acercando su nariz a mi cuello.

— Luces muy bien con mi ropa... — Lo abracé de vuelta, debería quedarnos así un rato más. — ¿Puedo besarte? — Pregunto, tomando mis mejillas acercando nuestros labios.

— Será mejor que te apures no queremos que la comida se enfríe. — Hablé cuando nuestros labios se estaban rozando, rompiendo el contacto.

—Tienes razón... — Me dio un beso en la comisura de mis labios, dejando con una necesidad de volver a tenerlo cerca.

Instant FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora