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Lleve la galleta a mi boca saboreando el rico sabor a chocolate, mientras anotaba toda la lista de cosas que faltaban qué me proporcionaba mi amigo.

—Ya hable con los proveedores para encargar más granos de café... - Necesitaba hacer cuentas de este mes y comenzar hacer pedidos para que lleguen a tiempo. — El que tenemos nos dura una semana así que es necesario que lo pidas.

—No te preocupes lo pediré hoy mismo. —Lleve mi mano al plato de galletas y tome otra para seguir comiendo. -Tienes que recordarme de poner el anuncio para solicitar un nuevo ayudante... — Pero mi amigo de repente me arrebató la galleta qué tenía en la mano y alejó el plato qué contenía más de estas. Traté de arrebatarle mi galleta pero él fue más rápido.

—Para de comer un segundo, no puedo concentrarme. — Se quejó. —Desde que llegaste no para de ir a la cocina por galletas o pastelillos. —

—Tengo un poco de hambre, no tienes que actuar así. — Le reclame pero fui lo más reglado para no llamar la atención de los demás trabajadores, agradece qué la cafetería aun estuviera abierta al público

—Deberías de comenzar a cuidar qué comes, este plato estaba repleto. — Me mostró el palito de vidrio con algunos detalles florales, solo tenía dos galletas y la que me quito de la boca.

—Son los antojos qué tengo, deja de gritar y actuar así. — Le arrebate el plato molesto. —Roier acaso eres tonto, casi le gritas a los cuatro vientos que estoy embarazado. — Lo reprendí dándole un golpe en la cabeza.

—¡Auch! ¿Por qué hiciste eso? — Roier llevó su mano a la parte de atrás de su cabeza dando masaje aliviando el dolor.

—Sabes que quiero que esto sea secreto. — Mi amigo Roier fue la única persona que le confesé qué esperaba un hijo, me ayudó durante estos meses cubriendome en el trabajo o si necesitaba ayuda con las visitas al médico. Y siempre le estaría agradecido por eso, pero hice qué prometerá qué no le diría a nadie.

Roier entrecerró los ojos y me miró fijamente. —No entiendo por qué te sigue preocupando qué todos se enteren, en unas semanas más se comenzará a notar más. —

—Lo sé pero... — Comencé a jugar con la pluma en mi mano. —Es raro pensar que no es de la persona a la que he amado. -—

Roier se acercó a mí abrazándome, él más qué nadie sabía todos mis sentimientos por Foolish y siempre estuvo cuando fui rechazado.

—Sé que es difícil para ti pero deja de enfocarte solo en el pasado y tal vez podrás mirar lo que tienes frente a ti. — Iba a reírme de lo que dijo Roier pero sentí como me tomo de la mandíbula para mirar el parking fuera de la cafetería.

Lucía un hermoso smoking que estaba hecho a la medida para él, su saco era color vino y la tela parecía ser terciopelo, su cabello muy arreglado tratando qué ni un solo cabello estuviera fuera de su lugar. Recordé que hoy era la fiesta a la que me invitó y yo me había negado, no entendía por qué estaba aquí si desde ayer me dijo que hoy estaría ocupado desde temprano.

De un coche negro salió Slime qué tenía algunas bolsas, se acercó hasta la puerta y toco ya qué a esa hora no estaba abierto.
Yo me dirigí a la puerta para abrirle dejándolo entrar.

—Hola, ¿Qué haces aquí? Creí que estarías ocupado con la fiesta. — Con solo estar cerca de él pude notar el olor de su colonia, era un fragancia intenso pero nada que pudiera ser desagradable. Salí de la tienda cerrando la puerta para que nadie escuchara la conversación.

—Si ya casi tengo que estar pero recordé que no te di la llave de la casa. — Su mano fue al bolsillo derecho de su saco. —Ten esta es una copia, para que puedas entrar. — Me sorprendió escuchar eso, es obvio que ya vamos a vivir juntos pero no podía negar que me emocioné al escuchar que me daría una llave de su casa.

—Gracias pero no tenias que venir hasta aquí, pude haber ido a tu trabajo. —

—No tienes por que preocuparte y te mandaré un número por mensaje... — Slime estaba apresurado, hablaba lo más rápido que podía tratando de que sus palabras fueran entendibles. —Es el número de un chófer para que te lleve a la casa o donde necesites ir te llevará. —

—Gracias pero no era necesario. —

—Es muy necesario, quiero evitar que pueda pasar algo en el transporte o cuando caminas solo, tienen que estar los dos muy bien. — Nadie se había preocupado tanto por mi e inevitablemente comencé a sentir como mi corazón se acelera de la emoción. —Antes de que se me olvide también esto también es tuyo... — me dio las bolsas y yo me aferre a ellas. —Ayer antes de dormir mencionaré que tenias muchas ganas de helado así que fui a comprar no sabía qué sabor es el que te gusta y compre todos estos. —

Yo estaba sin palabras, mi omega interior pedía abalanzarme sobre él y quitarle ese Smoking qué tenía puesto pero mi parte racional era la que me detenía por que estábamos en la calle frente a mi trabajo. Además yo siempre le marqué una línea para que no hubiera contacto físico entre nosotros. —Puedo pedirte algo antes de irte. —

–Si, puedes pedirme lo que quieras. —

Sin decirle nada lo tome de la mano para entrar a la cafetería, deje la bolsa en la primera mesa que vi, bajo la mirada de todas las personas que había fuera. Lo guíe hasta la pequeña oficina qué tengo en la cafetería casi nunca la ocupaba.
Abrí la puerta y la cerré cuando los dos entramos, Slime me miraba intrigado por que no entendía lo que hacía.

—¿Qué es lo que... —

Sin dejar que siguiera hablando por la calle cuando uno de nuestros labios, ya no podía con la necesidad de volver a besarnos. Todo en mi mente era borroso y no pensé en lo que podría pasar después de esto.

Slime fue el que tomó el control del beso, sus manos fueron a mi cintura qué la apretaba con pasión. Sentí su lengua pasar por mis labios y yo le di acceso para que entrará en mi boca. Mis manos fueron a su cabello, en medio del beso sentí como mordía de manera sensual mi labio inferior, provocando qué soltara un jadeo.

Sentí como Slime me sostenía para no caerme porque mis piernas empezaron flaquearon, era una combinación de emociones la qué tenía, por su forma en que quería protegerme a mí y a nuestro hijo. O la forma en que se preocupó por los antojos qué le mencioné la noche anterior en una conversación mientras cenábamos.

—Espero que no te arrepientas de esto. — Su voz estaba entrecortada por el beso que nos dimos, me aferre a su saco tratando de evitar que se alejara de mi.. —Porque ahora más que nunca voy a querer que solo seas mío. —




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Muchas gracias a todos los que estan leyendo esta historia, es mi primera vez escribiendo un omegaverse y me alegro que les guste. 💖💖

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