19

336 65 6
                                    

—Quiero conocer a tus padres. — Hablo convencido Mariana que no paraba de darme caricias en la cara tratando de convencerme de las palabras que decía, los dos estamos acostados en el sillón, el pequeño omega tenía sus delgadas piernas sobre las mías.

—Yo quiero que los conozcas pero no sé si sea un buen momento para pelear con ellos. — Jugaba con la orilla de su short.

—Slime, ya estoy a punto de entrar a los cinco meses y aún no los conozco. Acaso no quieres que los conozca. — Lo miré y me reí ante su comentario.

—Claro que los conocerás amor y también quiero que mi hijo los conozca pero...

—Deja de poner excusas y déjame ir hoy a la cena. Yo te he presentado a todas las personas importantes para mi. — Mariana junto sus manos y en su rostro apareció una cara de súplica. Esta noche había organizado una cena de la empresa, no era nada especial pero cada año mi padre había creado la costumbre de hacer la fiesta durante esta época para celebrar los logros que se habían obtenido pero era solo una excusa. Y entendía su reclamo de Mariana, él me presentó a todos sus amigos del trabajo aunque la mayoría no me cayera bien y en cuanto a su familia él desde muy joven su madre falleció y en cuanto a su padre no tenían la mejor relación.

—¿Estás seguro que quieres ir? Necesito que estés bien, no estoy seguro de que mis padres te traten de la mejor manera y quiero evitar que te lastimen. — Me acerqué a él y le di un beso en sus labios acariciando sus mejillas acercando nuestras frentes.

—No me preocupa que ellos me puedan lastimar, porque sé que tú me protegerás. —Lo abrace mas a mi, no podía creer que alguien tan lindo como él estaba esperando un hijo mío, me sentía tan afortunado de tenerlo a mi lado.

—Esta bien iremos pero siempre te mantendrás a mi lado, no quiero perderte de vista ni un segundo.

—Te prometo que estaré cerca de ti. — dijo emocionado dando saltitos en el sillón de felicidad.

No pude evitar sonreír con la imagen que tenía frente a mis ojos, amaba cuando lo hacía feliz y ese tipo de gestos lo hacían lucir aún más lindo. —Tenemos que buscar que te pondrás, porque en tu guardarropa nunca he visto un traje.

—Claro que sí tengo un traje.

—Claro que no tienes, iremos de compras y te regalaré un lindo traje para que hoy en la noche lo puedas lucir. — Con delicadeza lo tome de los muslos y lo cargue en dirección a nuestra habitación, para prepararnos a salir.

—No tienes por qué comprarme cosas.

—Sabes que nunca me ha importado gastar en ti así que no discutas, te ayudará a ponerte tus tenis e iremos a todas las tiendas.

El lugar estaba repleto de personas, la música en vivo hacía eco en todo el lugar pero sobre ella se escuchaban entre risas y algunos murmullos, dando miradas indiscretas en mi dirección, yo tomaba la mano de Mariana que no dejaba de temblar. Las mesas estaban distribuidas por todo el lugar, estaban adornadas con bellas flores que estaban por todo el lugar y en el techo era adornado por hermosos candelabros de cristal junto a unas hermosas pinturas. El lugar deslumbraba con unas hermosas luces haciendo que el lugar luciera romántico, era un lugar muy amplio con diferentes piezas escultóricas.

—Fue una mala idea venir, quiero irme. — Murmuro Mariana cerca de mi oído.

—¿Por qué dices eso? Jamás disfruté tanto una cena de estas.

—Es que todos me están mirando mal y me siento incomodo. — Mire a todos los que miraban a mi omega con cabreado para que pusieran sus ojos en otra cosa, no quería que mi solecito se sintiera fuera de lugar o se sintiera incómodo. Además que había todo tipo de feromonas que podrían causarle algún tipo de náuseas asi que lo acerque más a mi para que su olfato solo pudiera concentrarse en mis feromonas.

—Solo te miran por que tienen envidia de lo atractivo que te ves en este traje. — Mariana estaba luciendo un traje gris oscuro que estaba entallado a punto de no ser molesto para él, una camisa de cuello alto color negra y unos mocasines del mismo color. —Eres el omega más hermoso de este lugar, es normal que todos te miren.

Le di un pequeño apretón en la mano para tranquilizarlo. —Estoy un poco paranoico.

—Tranquilo. — Acerque mis labios a su cuello dejando un beso. —Creo que vi a mis padres por aquí, ven.

Lo guíe entre el mar de personas, algunas me detenían para saludarme pero yo los cortaba de inmediato, de pronto yo también me sentía nervioso, solo una vez les presente a un novio pero no salió del todo bien por qué terminó con una muy mala experiencia amorosa.

Mis padres estaban al lado de la barra intercambiando un par de palabras con uno de los abogados de la empresa, me detuve frente a ellos dándoles una pequeña señal para que se acercaran a mi. Mi madre miro inmediatamente a Mariana y sin perder el tiempo se despidió del abogado y tomó del brazo de mi padre arrastrándolo hasta nosotros.

—Slime, hace mucho que no te veo, te extraño mucho. — La dulce voz de mi madre me tranquilizaba, solté un momento a Mariana y abracé a mi madre.

—Yo también te extrañe, perdón por no ir a visitarte.

—No te preocupes se que no estabas de humor. — Me aleje de ella y tome de la mano de nuevo a Mariana que podía notarla algo húmeda por el sudor.

—Buenas noches padre. — Nos dimos un apretón de manos.

—Buenas noches. — La voz gruesa de mi padre hizo que Mariana apretara más mi mano, si no conocías a mi padre podría ser un poco intimidante para su edad él se mantenía haciendo todo tipo de ejercicio dándole un semblante rudo.

—Quería presentarles a una persona muy especial para mí, el es Mariana. — Mi madre chillo de emoción y abrazó a Mariana sin precio aviso tomando por sorpresa al omega de ojos color avellana.

—Estaba deseando poderte conocer desde hace semanas. — No se alejaba mi madre de Mariana y tampoco que a pesar de que lo tomó por sorpresa él lucía tranquilo. —Eres realmente hermoso ahora entiendo por que mi hijo está tan loco por ti.

Marianan estaba sin palabras ante los halagos imparables de mi madre. —Muchas gracias, yo también deseaba poder conocerla. — Se separaron un poco pero mi madre dirigió su mirada al vientre de Mariana.

—¿Cuántos meses tienes? — preguntó mi madre, ella se olvidó completamente de mi padre y de mi que solo mirábamos la escena.

—Estoy por cumplir los cinco. — Sus ojos de mi madre se aguaron de la felicidad.

—Lo siento, no quiero crear una escena pero estoy demasiado feliz, espero que puedas contar conmigo para lo que necesites.

—Y puedes contar conmigo también. — Hablo ahora mi padre, él se notaba feliz a pesar de que su expresión no cambiará mucho. —Se que tal vez mi hijo te ha hablado sobre nuestra relación pero quiero que eso cambie.

—Muchas gracias a los dos, deseo que podamos tener una buena relación y que nos acompañen en este paso que daremos. — Me acerqué a Mariana tomándolo de la cintura, tratando de controlar sus emociones.

—Me gustaría invitarlos a la casa para poder hablar mejor de esto, tengo muchas preguntas. — MI madre no podía con la emoción, tomó de nuevo a Mariana abrazandolo, yo me acerque a mi padre.

—Quiero pedirte una disculpa por lo que dije la última vez, ofendí a una persona que es importante para ti sin tomar en cuenta tus emociones.

Un mesero pasaba a nuestro lado y lo detuve para pedirle dos tragos para poder continuar con la plática.

—No te preocupes se que no querías hacerlo con esa intención, yo tampoco fui muy honesto sobre mi relación con Mariana y lo enserio que íbamos.

Mi padre me sonrió y ahora si me dio un abrazo felicitandome por que pronto sería padre, me alegraba poder solucionar los problemas con mis padres odiaba pelear con ellos y más por rumores que comenzaron otras perosnas. 

Instant FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora