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Estaba concentrado leyendo los correos que me llegaban, mientras escuchaba un poco de música con volumen muy bajo que hacía eco en la oficina para mantenerme concentrado ya era hora de la comida pero había decidido esperar un poco más tarde, no quería perder el hilo de lo que leía.

Desde hace un par de días había regresado a la empresa pero por faltar me atrasé en el trabajo haciendo que todos los jefes de área y yo tuviéramos diversas reuniones para verificar que todos marcharan como yo lo deseaba. Mariana también decidió que hoy regresaría a su trabajo, desde temprano me levanté a preparar todo para que él pueda estar cómodo.

No estaba feliz de que regresará a trabajar pero Mariana me había convencido qué todo estaría bien, además Mariana era el dueño del lugar entendía que tenía que ir.

Le hice prometer qué me mandaría mensajes en todo momento para que estuviera seguro de que todo está bien, desbloquee mi celular y le mande un mensaje a Mariana recordando qué tenía que tomar sus medicamentos que le envío el doctor.

Salí de los mensajes y entré al GPS para verificar qué Mariana no se hubiera movido de su cafetería, decidí regalarle un celular nuevo a mi omega por que su celular ya era muy viejo, la pantalla estaba rota, se trababa frecuentemente y con esa excusa tuve una gran oportunidad para poder configurarlo y tener toda su ubicación en tiempo real. Y esto lo hacía por su seguridad porque él me preocupaba.

La puerta de mi oficina fue tocada. —Adelante — Apague mi celular.

—Señor su padre está afuera y quiere hablar con usted.

Me tomó por sorpresa saber que estaban en la empresa, desde la fiesta no los había visto y tampoco tenía mucho contacto con ellos.

—Déjalo pasar y recorre la reunión que tenía programada. Puedes pedir algo de comer del restaurante al qué le gusta a mi padre para que podamos comer algo.

—Sí señor.

Decidí levantarme para recibir a mi padre, tomé mi asco y acomodé mi corbata.

—Buenas tardes hijo.

—Hola padre. — Nos abrazamos por un momento. —¿Por qué no me avisaste que vendrías? Habría podido preparar algo para que podamos comer.

—Solo pase a hablar contigo. — Sentía una rara reacción de mi padre, aunque luciera relajado eso me hacia sentía aun más preocupado.

Se sento en el sillón individual y yo me senté al lado. —¿Quieres hablar de la empresa? — Cuestione.

—No, solo es una visita a mi hijo. ¿Qué tal te ha ido?

—Bien, creo que he estado cansado por el trabajo pero me siento realmente bien.

—¿Y ya te mudaste con ese omega del qué nos hablaste? — Era obvio que a mi padre no le interesaba mucho este tema. —Puedo oler las feromonas del chico sobre ti.

—Si ya estamos viviendo juntos.

—No crees que es muy precipitado para que vivan juntos. — Hablo de qué forma sería, su sonrisa se borró.

—Padre este chico es especial para mi, yo le pedí que nos mudáramos juntos.

—Entonces es por eso que decidiste faltar durante días después de poner a la venta nuestro nuevo producto. Es por eso que la producción está demasiado atrasada y nuestros socios están molestos. — Ahora ya entendía por dónde iba esta conversación, a mi padre nunca le importó Mariana.

—¿Quién te dijo eso? — Apreté la mandíbula.

—Recibí llamadas de nuestros socios expresando mucha molestia por la incompetencia de nuestra empresa. — Crítico mi padre.

—Me tomó un par de días porque estaba agotado pero en ningún momento deje de lado el trabajo. —Informe tratando de ser claro con mi punto de vista.

—Deberías de pensar mejor en quien metes a tu vida, ese chico te está retrasando en el trabajo, no creo que tu hayas decidido faltar y ya. Tienes que alejar a las personas que estorban y no aportan nada bueno a tu vida, ese novio tuyo solo será un lastre en tu carrera. Además no sabes si ese omega... — Hablo con desprecio y siguió hablando. —, está cerca de tri solo por el dinero, en esta época muchos de ellos solo abren las piernas para quedar embarazados y atar a los alfas como tu.

—Si le hace caso a unos simples chismes podría crearte problemas... — No sabía muy bien quién había podido decirle esto, después de la discusión con Wilbur tuve la oportunidad de disculparme. Así que no creo que él no era el responsable de la molestia de mi padre, tal vez era un inversionista que estaba molesto con el manejo que tuve.

—Deberías agradecer qué yo soy tu hijo y no me molestara lo que estás diciendo porque te estas metiendo con mi compañía, tu ya no tienes nada que hacer aquí. Le diré a mi madre que te consiga un pasatiempo o algo para que no tengas que perder tu tiempo cotilleando y hagas algo de tu vida de jubilado por que solo yo soy consciente de cómo va todo esto y si crees que puedes hablar o insinuar alguna cosa sobre mi pareja estás equivocado. — Lo miraba con malos ojos.

Mi padre se sorprendió ante mi respuesta, tal vez él cree que bajaría la cabeza y le obedeceré sin cuestionar pero ya los dos eran adultos y no me dejaría. Tenía inmensas ganas de golpearlo y hacer que se tragara las palabras que dijo sobre Mariana, por que no estaba dispuesto a dejar que nadie lo rebajara y menos sin aun saber lo maravilloso que era.

—Solo te estoy dando un consejo, no tienes que actuar de esa forma tan irrespetuosa. Por un inutil omega por el cual estás momentáneamente enamorado no pelearemos, en unos días cuando termines con ese omega de turno me lo agradecerás.

—Tu eres el comenzó a ofender a una persona que todavía no conoces y si habla así es porque no dejaré que le hables de forma tan "irrespetuosa"... — Repetí la misma frase que él había dicho hace unos segundos. —, a mi futuro esposo y a la persona que lleva a mi hijo en su vientre.

Mi padre arrugó su ceño por mi confesión, se veía confundido sin poder decir ni una palabra, le di unos minutos para que pudiera analizar lo que le dije.

—Estuve estos días con mi omega porque él me necesitaba porque no se había sentido del todo bien por los síntomas y si tengo que volver a hacerlo lo haré sin pensarlo.

—¿Tendrás un hijo? — Mi padre lucía pálido, y su expresión de asombro me divertía un poco.

—Si seré padre esperaba decírtelo en otro momento junto a mi madre pero decidí que estoy harto de tener que ocultar algo tan hermoso, cuando te vengan a decir más rumores o cuentos de ese tipo les dirás que tu hijo está muy ocupado formando una familia y trabajando en una empresa.

—Pero... — Mi padre se había quedado sin palabras, yo me levanté del sillón.

—Si no tienes nada más que decir será mejor que te retires ya, porque al parecer la compañía está a punto de irse a la bancarrota y yo no estoy enterado. — Abrí la puerta de la oficina y extendí mi mano para darle paso a mi padre que seguía sentado completamente pasmado.

—Solo... — Murmuro para el mismo.

—Te quiero mucho padre pero en este momento estoy muy molesto y no quiero para nada cruzar una línea de la que ya no habrá retorno y será mejor que te retires.

Mi padre estaba mortificado, el tiempo vivido con él me hacía reconocer con facilidad sus expresiones se levantó del sillón con calma y se paró frente a mí pronunciando un simple "adiós" y se fue sin decir nada mas.




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